El juicio de García Luna, programado a iniciar el 17 de enero de 2023, tendría al menos 19 testigos claves para carearlos con el exfuncionario mexicano, entre ellos Édgar Valdez Villarreal, "La Barbie", y Reynaldo, "El Rey Zambada", según confirmaron fuentes cercanas al juicio.
Por Miguel Ángel Vega
Culiacán, 22 de diciembre (Ríodoce).– El juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública en México, Genaro García Luna, pudiera revelar el nivel de corrupción que existió durante la administración del expresidente Felipe Calderón, así como nombres de funcionarios que trataron con el narco, pero también omisiones de Estados Unidos ante las alertas de corrupción que sabían estaban ocurriendo, revelaron analistas de seguridad.
“Es un juicio que sin duda va a revelar mucho del porqué falló la llamada guerra contra las drogas, y también cuál fue el papel que jugó la DEA en la estrategia de Estados Unidos en su lucha contra los cárteles”, consideró Peniley Ramírez, autora del libro Los Millonarios de la Guerra, que revela la red de corrupción que tejió García Luna estando en el poder.
El juicio, programado a iniciar el 17 de enero de 2023, tendría al menos 19 testigos claves para carearlos con el exfuncionario mexicano, entre ellos Édgar Valdez Villarreal, "La Barbie", y Reynaldo, "El Rey Zambada", según confirmaron fuentes cercanas al juicio.
Pero también es posible que testifiquen Sergio Villarreal Barragán, "el Grande", Dámaso López Núñez, "el Licenciado", y otros ex integrantes del Cártel de Sinaloa que hoy en día están en poder de Estados Unidos; así como Iván Reyes Arzate, ex colaborador de García Luna.
“Yo pienso que es muy probable que, durante este juicio, van a salir los nombres de muchos funcionarios que habrían trabajado con el Cártel de Sinaloa, y algunos de ellos seguro trabajaron con García Luna directamente, y por eso va a ser un juicio muy interesante”, insistió la periodista Ramírez.
En la página 134 del libro El Licenciado, al final del capítulo titulado “La reunión entre el Grande y Calderón Hinojosa”, Jesús Lemus precisa que el dinero lo entregó a un teniente del ejército que lo recibía en la entrada de la residencia oficial de Los Pinos, para posteriormente pasar a saludar al presidente Calderón, que ya lo estaba esperando en su despacho.
“Es lo que me platicó (el Grande), por inverosímil que sea la historia, y Genaro García Luna claro que estaba enterado, lo cual hace suponer que Calderón siempre estuvo involucrado”, dijo Lemus a este reportero, poco después de la publicación de su libro.
Si "el Grande" testifica y muestra pruebas en contra de García Luna, aunado a los testimonios del Rey Zambada, de Reyes Arzate, y del Licenciado, es posible que sean los elementos que terminen de hundir al exsecretario de Seguridad Pública, pues además de esos testimonios, los documentos que los fiscales aseguran tener en su poder, junto con las grabaciones en audio e imagen, reforzarán las acusaciones contra García Luna.
LOS CABOS SUELTOS
Los testigos protegidos en poder de Estados Unidos que testificarán contra García Luna, son sólo algunos de los elementos que aportarán testimonios contra el acusado, sin embargo, hay otros señalamientos que inculpan a García Luna, de acuerdo a una investigación hecha por este semanario en colaboración con otros medios internacionales, donde se han encontrado agentes de la desaparecida policía federal preventiva, que de testificar ante un jurado en una corte de Estados Unidos, también acabarían por hundir a García Luna.
“A nosotros se nos llegó a ordenar, en medio de la noche, que cerráramos calles para que un vehículo, tipo Suburban que iba a llegar a la ciudad, transitara directamente a Los Pinos y entrara, pienso yo, a hacer alguna entrega de algo, supongo yo que era dinero”, dijo un viejo agente de la policía federal a quien este semanario entrevistó.
-¿Pero por qué piensa que quienes iban en esa Suburban eran criminales? porque pudo ser otra persona–, se le cuestionó al ex agente, y esto fue lo que respondió:
-Porque traían gorras, y yo por pura curiosidad, después chequé el número de placas, y era una Suburban que era robada, y un funcionario no va a llegar a Los Pinos en una Suburban robada a las dos de la mañana, y porque las personas que iban al frente tenían toda la finta de mañosos”.
El testimonio de ese exagente coincide casi con exactitud por lo dicho por el Grande a Lemus cuando ambos estuvieron presos en Puente Grande, pero también con el testimonio de un narcotraficante a quien Ríodoce tuvo acceso en la sierra de Sinaloa, y quien sólo pidió ser identificado con la inicial de “R”.
“A Calderón y a García Luna se les entregaron muchos millones de dólares para que nos dejaran trabajar, que se les entregaron en las manos, pero les ganó la avaricia y empezaron a pedir más dinero, y ahí fue donde empezaron los problemas”, dijo el narcotraficante, quien es un colaborador de alto nivel de la facción que comanda Ismael "El Mayo" Zambada.
Interrogado sobre si existía algún tipo de prueba respecto a lo que decía, el narcotraficante dijo que cuando se trata con gobierno, el funcionario trata de que no quede ningún rastro de que recibió algo, pero que está el acuerdo, y si el funcionario no cumple, hay consecuencias.
“Sigue pasando, pero por lo general el funcionario trata de cumplir lo que está en sus manos”, dijo.
Mientras tanto, en la corte del Distrito Este, en Brooklyn, todo parece estar puesto para el inicio de juicio.
Apenas el jueves de la semana pasada, los fiscales entregaron al abogado de García Luna, Cesar de Castro, más de 10 mil documentos, que serían parte de las pruebas incriminatorias de la investigación.
Apenas el pasado 22 de noviembre, el juez Brian Cogan negó una petición de la defensa en cuanto a retirar cuatro cargos en contra del exsecretario de Seguridad relacionados con posesión, importación y distribución de narcóticos en Estados Unidos, a lo que la defensa argumentaba que ya habían pasado más de cinco años desde que, supuestamente, el acusado participó.
García Luna fue detenido en diciembre de 2019, en el aeropuerto internacional de Dallas, en Estados Unidos. Al día siguiente fue recluido en una cárcel de máxima seguridad, en Brooklyn, y tras ser presentado ante al juez Cogan, se declaró inocente de cargos por traficar droga, y por mentir a funcionarios de aduanas de los Estados Unidos.