El mandatario mexicano aseguró que México impedirá el ingreso del maíz transgénico para consumo humano y señaló que además de las consultas al T-MEC, hay otras vías para tratar la disputa en este tema.
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).- El Gobierno de México busca una salida a la disputa por el maíz transgénico con Estados Unidos, dijo este martes el Presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque señaló que si no se logra existen paneles para resolverlo.
En su habitual conferencia de prensa en el Salón de la Tesorería, el mandatario mexicano recordó que ayer se reunió con Tom Vilsack, Secretario de Agricultura estadounidense, quien dio a conocer que el Gobierno de Joe Biden podría considerar acudir al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), si no se logra una resolución favorable.
«Estuvimos ayer con el Secretario de Agricultura del Gobierno de Estados Unidos, platicamos bien, dimos toda la información. Se está buscando una salida. Nosotros fuimos muy claros en que no podemos permitir el maíz de importación, ya sea amarillo, que se sostiene, es transgénico, para el consumo humano».
El Presidente López Obrador aseguró que México impedirá el ingreso al país del maíz transgénico para consumo humano y detalló que su Gobierno ofreció ampliar el plazo de dos años para revisar el caso del maíz amarillo para verificar que éste no sea dañino para la salud, aún cuando sea utilizado para forraje.
«Nosotros somos autosuficientes en maíz blanco y no vamos a permitir la importación de maíz amarillo para consumo humano, se ha hecho para forraje y en ese caso se está planteando que también tengamos un plazo para revisar el contenido de este maíz amarillo […] Como eso lleva tiempo, ofrecimos ampliar el plazo a dos años para el caso del maíz amarillo que se utiliza para forraje, o sea, se puede importar, pero no para consumo humano. No aceptamos maíz transgénico para consumo humano. Estamos buscando la forma para que ellos entiendan que una cosa es lo mercantil, la ciencia que permite mayor productividad y otra cosa es la salud, y que si se tiene que decidir entre la salud y el mercantilismo, nosotros optamos por la salud», añadió.
Indicó que además de las consultas al T-MEC, hay otras vías para tratar la disputa por el maíz transgénico. «Se avanzó. El señor Secretario de Agricultura es una gente consciente, nos entendió. Hay también mecanismos para dirimir estas controversias en el tratado, pero nosotros tenemos elementos para defender el porqué no se permite el maíz transgénico. Vamos a esperar a ver si hay un acuerdo», agregó.
Reiteró que México sí permitirá la importación del maíz para forraje, aunque precisó que el tema es que ese maíz esté sujeto a un permiso anual de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y que se puede ampliar y llevar también a cabo un acuerdo para que la Agencia de Salud de Estados Unidos y la Cofepris haga un análisis sobre las características de ese maíz amarillo y que le aseguren a su Gobierno que no son dañinas a la salud.
«O sea, no estamos en una postura cerrada, incluso darnos tiempo, pero sí no abrir la entrada de maíz transgénico o no seguro para consumo humano. Y les decía yo que nosotros afortunadamente tenemos autosuficiencia en maíz blanco y pues el señor Secretario de Agricultura, que ya fue Gobernador, tiene mucha experiencia, pues sabe que el maíz es originario de México y tenemos muchísimas variedades nativas y que es nuestro patrimonio cultural».
Today, I met with Mexican President López Obrador to discuss the U.S.- Mexico bilateral trade relationship and its importance for U.S. farmers, ranchers and producers. My full statement: pic.twitter.com/AYP8Ji4QNK
— Secretary Tom Vilsack (@SecVilsack) November 29, 2022
También recordó que el fallecido artista mexicano, Francisco Toledo, le envió una carta diciéndole que no permitiera que se importara maíz transgénico. «Y además es la salud. Tampoco es un asunto dogmático. Que las agencias de salud de Estados Unidos y la Cofepris hagan un estudio y esto es bueno no sólo para los consumidores mexicanos, también para los consumidores de Estados Unidos».
«Esperemos llegar a un acuerdo, pero si no se llega a un acuerdo, hay paneles y no alarmarnos de que se acuda a un tribunal y que decidan. Pero nosotros no podemos ceder en esa solicitud. Ellos buscan la ganancia, la utilidad y algunos hasta el lucro y no les importa nada, su Dios es el dinero. Hay que entenderlos. Nada más que un Gobierno democrático tiene que representar a todos, no una minoría y esto, pues se va entendiendo cada vez más y yo agradezco que nos respetan del Gobierno de Estados Unidos, el hecho de que él venga a escuchar de manera directa cuál es nuestra postura, cuáles son nuestras razones, se lo agradecemos mucho. Además, sin prepotencia, como lo ha planteado siempre el Presidente [Joe] Biden», concluyó.
El pasado 15 de noviembre, senadores estadounidenses pidieron a Katherine C. Tai, representante comercial de Estados Unidos, que solicitara formalmente un proceso de consultas con México a través del T-MEC por la política de López Obrador de “prohibir las importaciones de maíz biotecnológico para el 2024”.
“El decreto del Presidente López Obrador no sólo es un fracaso para los agricultores estadounidenses, sino que también es imposible de implementar”, expresaron los senadores.
Mexico wants to recant on their commitments under the #USMCA and ban U.S. genetically modified corn imports by Jan. 2024.
This drastically impacts our @Iowa_corn growers. @ChuckGrassley and I say Biden’s @USTradeRep needs to step up. ⬇️ pic.twitter.com/MoJT82Ngz9
— Joni Ernst (@SenJoniErnst) November 14, 2022
Los funcionarios estadounidenses argumentaron que “en general, el 92 por ciento del maíz producido en Estados Unidos es genéticamente modificado”, por lo que “en un pronóstico de 10 años bajo las prohibiciones de México, se estima que podría causar una pérdida de 73 mil millones de dólares a la economía estadounidense”.
Además, el 31 de mayo de 2021, empresas de transgénicos de Estados Unidos acusaron al Gobierno mexicano de violar el T-MEC ante las políticas implementadas contra los productos genéticamente modificados. Por ejemplo, la Organización de Innovación en Biotecnología (BIO, por sus siglas en inglés) criticó el decreto presidencial por considerarlo “poco práctico y anticientífico […] que denigra una tecnología que es fundamental”.