Las selecciones de Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia y Países Bajos anunciaron que sus capitanes no usarán los brazaletes durante el tiempo que participen en el Mundial Qatar 2022 ante las amenazas de la FIFA de sancionar a los jugadores con tarjetas amarillas si se sumaban a la campaña de solidaridad en favor de la comunidad LGTBI+.
Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).- Aunque Tamim bin Hamad Al Thani, Emir de Qatar, aseguró que el Mundial 2022 es un evento que “une a todos a la vez”, así como un momento para “celebrar la diversidad”, en los hechos es todo lo contrario, pues a sólo unas horas del inicio del torneo internacional de futbol la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) amenazó con implementar sanciones contra las selecciones que se atrevieran a usar un brazalete arcoíris en defensa de la comunidad LGTBI+, en un país en donde la homosexualidad se considera delito.
Este domingo 20 de noviembre dio inicio el Mundial de Qatar 2022, y durante el evento de inauguración el Emir de Qatar expresó: “Qué maravilloso que la gente pueda poner a un lado lo que los divide y celebrar la diversidad y lo que une a todos a la vez”, palabras que quedaron en el olvido sólo unas horas después del partido inaugural —en donde la polémica también estuvo presente con la anulación de un gol contra el anfitrión— cuando siete selecciones declinaron su respaldo a la campaña “One Love” en los partidos del torneo.
Las selecciones de Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia y Países Bajos anunciaron que sus capitanes no usarán los brazaletes durante el tiempo que participaran en el Mundial Qatar 2022 ante las amenazas de la FIFA de sancionar a los jugadores con tarjetas amarillas si se sumaban a la campaña de solidaridad en favor de la comunidad LGTBI+, misma que impulsó Países Bajos, para la cual diseñó un brazalete con un corazón multicolor, con el que se buscaba fomentar la inclusión y diversidad tanto en el futbol, como en la sociedad.
La determinación de las selecciones de no involucrarse en la campaña “One Love”, se tomó poco después de que se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en los estadios en los que se llevarán a cabo los partidos de futbol, debido a la presión del Gobierno de Qatar misma que apoyó Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y quien también, además de defender el historial en materia de derechos humanos de Qatar, solicitó el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que durante el torneo futbolístico se lleven a cabo campañas sociales como: “El fútbol une al mundo”, “Protejamos a los niños”, “Salvemos el planeta”, entre otras.
Sólo unas horas antes de que se llevaran a cabo los encuentros de este lunes, en los que se esperaba que el inglés Harry Kane, el holandés Virgil van Dijk y el galés Gareth Bale portaran el brazalete, así como en próximos días los capitanes de Bélgica, Suiza, Alemania y Dinamarca, las siete federaciones tomaron la decisión de no expresar abiertamente su apoyo a la comunidad LGBTI+. “Como federaciones nacionales no podemos poner a nuestros jugadores en una posición en la que puedan enfrentar sanciones deportivas, incluidas tarjetas”, indicaron en un comunicado conjunto.
“Nuestra prioridad número uno en el Mundial es ganar los partidos”, dijo la federación de los Países Bajos de futbol en un comunicado por separado. “De modo que uno no quiere que el capitán comience el partido con una tarjeta amarilla”.
FIFA verbindt sportieve sancties aan het dragen van de OneLove-aanvoerdersband.https://t.co/ZvIbLgy7wu
— KNVB (@KNVB) November 21, 2022
Desde el pasado 19 de septiembre, las 10 federaciones que se sumaron a la iniciativa One Love: Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Gales, Suiza, Francia, Noruega y Suecia, pese a que estas dos últimas no participarán en el mundial, enviaron una invitación a la FIFA para que se sumara a la propuesta, pero el organismo internacional de futbol nunca respondió. Por su parte Infantino dejó entrever que se oponía al uso del brazalete, pues en una conferencia previa al Mundial aclaró que la FIFA solo defendía causas compartidas por todos.
Las amenazas de amonestación que este domingo 20 de noviembre lanzó la Federación Internacional de Fútbol contra las federaciones europeas que se atrevieran a portar el brazalete en favor de la comunidad LGBTI+ también contradicen el exhorto que Gianni Infantino hizo a las 32 selecciones que participan en el Mundial 2022 a apartar la política del campo de juego, lo que evidencia el cariz político que rodea al primer Mundial en Medio Oriente.
Asimismo, un día antes de que arrancara el mundial, el 19 de noviembre, Infantino llamó “hipócritas” a los países occidentales que han criticado la situación de Derechos Humanos en Qatar. “Por las cosas que los europeos han hecho al mundo durante los últimos tres mil años deberían estar disculpándose otros tres mil antes de empezar a dar lecciones morales a la gente”, declaró el presidente de la FIFA en rueda de prensa.
“¿Cuántas compañías de negocios, europeas o extranjeras, que ganan millones, miles de millones gracias a Qatar, han discutido la situación de los derechos de los trabajadores migrantes con las autoridades? Ninguna, porque cambiar la legislación implica menos beneficios”, cuestionó en comentarios recogidos por la cadena BBC.
“Hoy albergo sentimientos muy poderosos. Hoy me siento qatarí, me siento árabe, me siento africano, me siento gay, me siento discapacitado, me siento un trabajador migrante”, expresó Infantino durante la conferencia en la que defendió la celebración del torneo y antes de matizar que se trataba de una expresión de empatía.
“Por supuesto que no soy qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado o trabajador migrante. Pero me siento como ellos porque sé lo que significa ser discriminado y acosado como extranjero en un país extranjero”, aclaró.
Fue en 2010 cuando Qatar obtuvo la sede del torneo internacional de futbol, y desde ese momento empezaron reiteradas críticas hacia esta nación por el maltrato que reciben los trabajadores migrantes, quienes laboran por salarios bajos y en condiciones peligrosas, por la represión contra activistas, así como contra la comunidad LGBTI+ y por la discriminación que sufren las mujeres.
En este país árabe se practica la religión musulmana, la cual considera un delito “el coito entre personas del mismo sexo”, mismo que está penado con condenas que van desde la cadena perpetua hasta la pena de muerte. Además, su código penal señala que el acto de provocar o seducir a un varón a cometer actos de “sodomía e inmoralidad” está castigado con tres años de cárcel. Esta situación encendió las alarmas de colectivos LGTBI+ que expresaron su preocupación a la FIFA por organizar la Copa del Mundo en esta nación.
Los temores de posibles actos de discriminación contra personas de la comunidad LGTBI se acrecentaron cuando Nasser Al-Khater, Presidente del comité organizador del Mundial declaró en una entrevista que la gente no debe sentirse insegura ni amenazada, pero dijo que esperaba que “no realicen en público muestras de afecto y respeten la cultura local”, lo que provocó la solicitud de diversos colectivos LGTBI+ hacia la FIFA para que “no se vendan los grandes eventos deportivos a países que no respetan los derechos humanos”, incluso pidieron que cambie el país organizador de este evento deportivo para que no se celebre allí.
A las declaraciones del presidente del comité organizador del Mundial se suman las expresadas por Khalid Salman, embajador del Mundial 2022 y exfutbolista internacional con la selección qatarí, quien a principios de este mes afirmó, en el marco de una entrevista que concedió a la cadena ZDF, la cual se difundió en Alemania, que la homosexualidad “es un daño en la mente”.
Los comentarios de Salman tuvieron lugar durante un documental que se emitió dos semanas antes del torneo internacional de futbol, en el que reiteró que la homosexualidad es haram, lo que significa que es un pecado prohibido por el islam y aceptó que tiene “un problema” con el hecho de que los niños vean comportamientos homosexuales, por lo que enfatizó que aunque su país será tolerante con los turistas homosexuales que acudan al Mundial 2022 “tendrán que adaptarse y aceptar nuestras normas”, sostuvo.
Por ello, aficionados alemanes, en donde se emitió la polémica entrevista del embajador del Mundial 2022, llamaron a boicotear el torneo futbolístico. Incluso, algunos funcionarios del país germano consideraron “muy delicada” la organización de esta justa deportiva. En una visita a Qatar, durante la primer semana de noviembre, Nancy Faeser, Ministra de Interior de Alemania, adelantó que acudiría al Mundial sólo si el Primer Ministro del emirato garantizaba la seguridad para los seguidores LGTBI+.
Luego de darse a conocer las amenazas de la FIFA para las selecciones que utilizaran el brazalete alusivo a la campaña One Love, la Federación de Asociaciones de Aficionados se pronunció al respecto y expresó que sus integrantes se sentían “traicionados”. “Nunca más se debería dar un Mundial a un país solo por el dinero. Ningún país con problemas con los derechos LGTBI+, de las mujeres, de los trabajadores, o cualquier otro derecho humano, debería recibir el honor de organizar un Mundial”, subrayó el organismo mediante un comunicado.
#QatarWorldCup2022 #OneLove pic.twitter.com/2NNgZrL5IX
— The FSA (@WeAreTheFSA) November 21, 2022
Pero las amenazas de la FIFA no detuvieron a la reportera de un medio británico, que desafió la determinación de la Federación de futbol y utilizó el brazalete de arcoíris durante la transmisión del encuentro entre Inglaterra e Irán. Se trata de Alex Scott, reportera en cancha de la cadena BBC, a quien durante varios enlaces se le vio portando el brazalete alusivo a la campaña One Love, y que los jugadores tienen prohibido usar.
Alex Scott is wearing the One Love arm band whilst presenting on BBC One. pic.twitter.com/GAZxwEKw0H
— Scott Bryan (@scottygb) November 21, 2022
El Código Penal de Qatar no sólo criminalizó las relaciones entre personas del mismo sexo de su población residente, también la de los visitantes, quienes deben seguir un estricto listado de normas, ya que de no acatarlas pueden ser sancionados con condenas que van desde años de cárcel hasta la pena de muerte. Por ejemplo, el medio El Confidencial señala que si hombres mayores de 16 años sostienen relaciones sexuales consentidas pueden recibir un castigo de hasta siete años de prisión.
Pero el castigo aumenta en caso de que los imputados sean musulmanes, ya que si se trata de personas solteras pueden ser objeto de flagelación, mientras que si son casados la pena puede llegar a la pena de muerte. Además, para quienes inciten a otro hombre a "cometer un acto de sodomía o inmoralidad" la pena ira de uno a tres años de prisión; y para las personas que sostengan relaciones sexuales de manera consentida con otra mayor de 16 años fuera del matrimonio el castigo será de hasta 10 años de cárcel, lo que también incluye a personas homosexuales.
- Con información de Alfonso López Dávila, AP y Europa Press