La iglesia católica advirtió que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 93 por ciento de los delitos denunciados en México queda en la impunidad total.
Ciudad de México, 20 de noviembre (SinEmbargo/AP).- La iglesia católica de México reiteró este domingo el llamado a toda la población a unirse en oración para pedir la erradicación de la impunidad y "uno de los principales problemas del país" que es la corrupción que "prevalece en los tres niveles del Sistema Judicial".
A través de su editorial semanal publicado en Desde la fe, la institución religiosa señaló que como ciudadanos, se debe exigir justicia y procesos claros, así como transparentes en todos los niveles de Gobierno, ya que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 93 por ciento de los delitos denunciados en México queda en la impunidad total.
"La Arquidiócesis Primada de México hace suyo este llamado. Por ello, ha convocado a sus parroquias y movimientos laicales a sumarse a esta jornada de oración. Así, todos unidos como hermanos y a una sola voz, imploraremos a Dios nuestro padre y a nuestra madre santísima de Guadalupe que nos iluminen y nos alienten para seguir construyendo un México en paz, algo que todas y todos los mexicanos anhelamos", dijo.
Acusó que uno de cada 10 delitos perpetrados son denunciados, de los cuales sólo se inicia la investigación correspondiente en menos del siete por ciento. Estos datos, destacó, son desalentadores para los ciudadanos comunes, pues afirmó que si alguien es víctima de un delito, la probabilidad de que se haga justicia es mínima.
Sin embargo, dijo que todos deben de poner de su parte para ello, comenzando con la educación en casa y así poder ser ejemplo contra la impunidad y la corrupción a través de acciones sencillas y concretas.
"Impulsemos la denuncia oportuna, el seguimiento a los procesos (aunque sea engorroso), no cedamos ante la tentación del soborno o la 'mordida' para evitar las multas de tránsito, permisos, trámites, verificaciones de carros, etcétera. Vayamos paso a paso para enderezar el camino".
Las declaraciones de la iglesia católica se dan después de que el pasado mes de junio los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, junto a un guía turístico, fueran presuntamente asesinados por José Portillo Gil, alias “El Chueco”, en la localidad norteña de Cerocahui. A partir de este caso, se inflamó la comunidad religiosa y se agrió su relación con los distintos niveles de Gobierno en México.
“El Chueco”, líder de una organización criminal, aún es buscado por las autoridades, ya que hasta el momento no han podido dar con su paradero a pesar de un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad en la sierra de Tarahumara.
Portillo Gil, quien a pesar de tener desde hace varios años orden de captura, se paseaba por las calles de Cerocahui con absoluta impunidad e incluso patrocinaba un equipo de beisbol local.
Los crímenes de los miembros de la congregación generaron conmoción en México, un país mayoritariamente católico, y llamaron la atención de la comunidad internacional ante la creciente violencia que golpea a la nación latinoamericana.
Desde entonces, organizaciones religiosas se han manifestado en contra de la violencia que impera en el país desde hace varios años.
El pasado 25 de junio, en una ceremonia luctuosa tras el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y un laico en la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua, al norte de México, el sacerdote jesuita Pedro Ávila dijo que “los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, frase utilizada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador para referirse a la política de combate al crimen implementada por su administración.
Tras las declaraciones de Ávila en junio, López Obrador dijo que los sacerdotes no debían pedir resolver los problemas de seguridad con violencia y los acusó de “hipocresía”, ya que, según el Presidente, éstos no criticaron las estrategias contra el crimen de gobiernos anteriores.
Desde que asumió la Presidencia en el 2018, el mandatario ha dicho que su estrategia de seguridad está enfocada en “atender las causas” que originan el crimen, como la falta de oportunidades laborales y de educación entre los jóvenes.