Mientras que el Presidente electo de Brasil celebra el triunfo, el aún mandatario federal de dicho país, Jair Bolsonaro, aún no ha emitido ningún tipo de mensaje. Durante meses pareció que Luiz Inácio Lula da Silva obtendría una victoria fácil, con una campaña en la que azuzó la nostalgia por su Presidencia de 2003 a 2010.
Madrid/Río de Janeiro, 30 de octubre (AP/SinEmbargo).-- Con más de 59 millones 801 mil 287 votos, es decir, un 50.85 por ciento del total de votantes, Luiz Inácio Lula da Silva ganó nuevamente las elecciones presidenciales de Brasil. Asimismo, su contrincante, Jair Bolsonaro, se convirtió el primer Presidente brasileño en no lograr la reelección.
Alrededor de una hora después de que se diera a conocer su triunfo, el ahora nuevo Presidente de Brasil escribió en su cuenta de Twitter que lo que ahora está ocurriéndole es "un proceso de resurrección en la política brasileña".
"Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país. En una situación muy difícil, pero estoy seguro que con la ayuda de la gente encontraremos una salida y restauraremos la paz", tuiteó luego de su discurso tras su victoria, en el cual señaló que buscará la unificación del país.
Considero que tive um processo de ressureição na política brasileira. Tentaram me enterrar vivo, e agora estou aqui, para governar o país. Em uma situação muito difícil, mas tenho certeza que com a ajuda do povo vamos encontrar uma saída e restabelecer a paz.
— Lula 13 (@LulaOficial) October 30, 2022
Veinte años después de ganar la Presidencia de Brasil por primera vez, el izquierdista venció al Presidente Jair Bolsonaro en unos comicios extremadamente reñidos que representan un giro radical para el país tras cuatro años de políticas derechistas.
Con más del 99 por ciento de los votos computados, Lula llevaba 50.9 por ciento y Bolsonaro 49.1 por ciento, ante lo cual la autoridad electoral dijo que la victoria de Lula estaba matemáticamente asegurada.
Es un sorprendente regreso al poder para Lula, de 77 años, cuyo encarcelamiento en 2018 por un escándalo de corrupción le impidió participar en los comicios de ese año, lo que despejó el camino para el triunfo de Bolsonaro, defensor de valores conservadores.
Pronunciamento do presidente eleito do Brasil, Luiz InácioLuladaSilva https://t.co/sz0Kx6FvyD
— Lula 13 (@LulaOficial) October 30, 2022
“Hoy el único ganador es el pueblo brasileño”, declaró Lula en un discurso en un hotel del centro de Sao Paulo. “Esta no es una victoria mía ni del Partido de los Trabajadores, ni de los partidos que me apoyaron en la campaña. Es la victoria de un movimiento democrático que se formó por encima de partidos políticos, intereses personales e ideologías de forma que la democracia saliera victoriosa”.
Lula ha prometido un Gobierno que vaya más allá de su Partido de los Trabajadores. Desea incluir a centristas e incluso a algunas personas de tendencia derechista que votaron por él por primera ocasión, y hacer que el país vuelva a gozar de la prosperidad que tenía en el pasado. Sin embargo, enfrenta dificultades para lograrlo en una sociedad muy polarizada en la que el crecimiento económico se está desacelerando y la inflación crece enormemente.
Su victoria representa la primera ocasión desde que Brasil regresó a la democracia en 1985 que el presidente en funciones no logra reelegirse. Los comicios altamente polarizados en la mayor economía de Latinoamérica extendieron una ola de recientes victorias izquierdistas en la región, la cual incluye a Chile, Colombia y Argentina.
Cuando Lula le habló a sus partidarios —prometiendo “gobernar un país en una situación muy difícil”— Bolsonaro aún no había reconocido la derrota.
Fueron las elecciones más reñidas de Brasil en más de tres décadas. Sólo un poco más de 2 millones de votos separaron a los dos candidatos luego del conteo del 99.5 por ciento de los sufragios. Previamente la contienda más reñida había sido la de 2014, la cual se decidió por una diferencia de 3.46 millones de votos.
La ceremonia de inauguración de la Presidencia de Lula se llevará a cabo el 1 de enero. Ya fue presidente del país de 2003 a 2010.
UNA ELECCIÓN REÑIDA
Desde las 16:20 horas (tiempo de Ciudad de México) se mostró cómo el candidato de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva se impuso por un estrecho margen a su rival y ahora expresidente brasileño, Jair Bolsonaro. Pasado el tiempo y con el 98.22 por ciento escrutado, da Silva afianzó así las opciones de remontada tras un inicio del recuento en el que Bolsonaro estaba por delante.
Minutos antes, pese a que el candidato de extrema derecha a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro (49.52 por ciento), se había impuesto a su rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva (50.48 por ciento), el minuto a minuto del conteo de votos ha dado un giro y los resultados oficiales correspondientes al 87.55 por ciento del escrutinio muestran que la ventaja ahora es para la izquierda brasileña.
Estos datos divulgados por el Tribunal Superior Electoral en su página web son por el momento provisionales y podrían variar conforme avance el recuento, como ya ocurrió en la primera vuelta, celebrada el pasado 2 de octubre.
En ese entonces Bolsonaro aparecía como la opción más votada hasta bien avanzado el recuento pese a que finalmente fue Lula quien logró más respaldo, aunque no el suficiente como para lograr la victoria directa en primera vuelta". El exmandatario de izquierda, de 77 años, se impuso en la primera vuelta con un 48 por ciento de los votos contra un 43 por ciento del Presidente ultraderechista quien, sin embargo, logró un mejor resultado de lo que pronosticaron los sondeos.
Las urnas cerraron el domingo por la tarde en una segunda vuelta polarizante de las elecciones presidenciales de Brasil, en las que se enfrentan el Presidente Jair Bolsonaro —que promete salvaguardar los valores cristianos conservadores— frente al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quien enfocó su campaña en devolver al país a un pasado más próspero.
Democracia. pic.twitter.com/zvnBbnQ3HG
— Lula 13 (@LulaOficial) October 30, 2022
La segunda vuelta se perfila como una contienda reñida entre estas dos figuras ampliamente conocidas y divisivas que despiertan amor y odio. Hasta las 16:12 horas de este 30 de octubre (hora de Ciudad de México), ya se había contabilizado el 89.53 por ciento de los votos y Lula contaba con 53 millones 712 mil 832 votos; por otra parte, su contrincante, Jair Bolsonaro, tenía 52 millones 598 mil 864 a su favor.
Cinco minutos después, a las 16:17 horas y con el 91.89 por ciento del conteo total, Lula seguía con la ventaja con un 50.58 por ciento (55 millones 189 mil 618 votos) y Bolsonaro con 49.42 por ciento (53 millones 923 mil 613 votos). Ya a las 16:30 horas, el sistema electoral de Brasil llevaba un conteo total de 96.83 por ciento, con el cual el expresidente izquierdista mantenía su ligera ventaja con el 50.72 por ciento de los votos totales (58 millones 277 mil 658 votos) frente al 49.28 por ciento (56 millones 699 mil 722 votos) del aún mandatario federal de Brasil.
A las 16:47, la Justicia Electoral de Brasil informó que la ventaja de Lula da Silva continuaba con un 50.79 por ciento (59 millones 178 mil 110 votos) de la votación a su favor. Por su parte, Jair Bolsonaro conseguía 57 millones 345 mil 034 votos, es decir, el 49.22 por ciento de los votantes totales.
La votación determinará si la cuarta democracia más grande del mundo mantiene el mismo rumbo de políticas de extrema derecha o devuelve a un izquierdista a la cúspide, y, en este último caso, si Bolsonaro aceptará la derrota. Hubo múltiples reportes de lo que los críticos dijeron parecían intentos de suprimir la participación de los simpatizantes de Lula.
Los centros de votación en la capital Brasilia ya estaban abarrotados por la mañana y, en uno de ellos, el trabajador gubernamental jubilado Luiz Carlos Gomes dijo que votaría por Lula.
“Es el mejor para los pobres, especialmente en el campo”, declaró Gomes, de 65 años, originario del estado de Maranhao, una región del noreste del país donde priva la pobreza. “Antes de él siempre nos moríamos de hambre”.
Como la votación se realiza por medio de máquinas electrónicas, usualmente el resultado final está disponible en cuestión de horas después del cierre de las urnas por la tarde. La mayor parte de las encuestas de opinión mostraban a Lula al frente, aunque los analistas políticos coinciden en que la contienda se tornó cada vez más reñida en las últimas semanas.
Poco después de que abrieron las urnas y poco después de depositar su voto el domingo en Río de Janeiro durante los comicios de Brasil, el aún Presidente Jair Bolsonaro sostenía en el aire un trofeo de plata junto a los jugadores del Flamengo, el campeón de la Copa Libertadores.
El mandatario derechista posó para las cámaras y se tomó selfies con los jugadores, que el sábado ganaron el torneo. Flamengo, el equipo más popular de Brasil, doblegó 1-0 al Athletico Paranaense. Bolsonaro también almorzó con algunos de los jugadores del Flamengo, antes de regresar a la capital de Brasil para aguardar los resultados electorales.
El pronósitico de Datafolha emplea los datos del recuento oficial y los pondera por regiones en función de resultados previos y la participación de votantes en cada estado, todo ello con la colaboración del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
Estos resultados cierran una tensa campaña de violencia política y polarización para un país que sale muy dividido y con un presidente que tendrá 77 años cuando asuma el cargo. Será su tercera etapa en el poder tras sus dos mandatos de 2003-2010.
TEMOR AL NO RECONOCIMIENTO DE RESULTADOS
Bolsonaro parecía confiado tras el resultado de la primera vuelta, mucho mejor que el que los sondeos le otorgaban, pero al menos dos hechos de la última semana pueden haber complicado su avance: declaraciones de su ministro de Economía, Paulo Guedes, sobre una posible desvinculación del aumento del salario mínimo al valor de la inflación, y la insólita reacción de un exdiputado bolsonarista que al ser arrestado respondió con granadas y tiros que hirieron a los agentes policiales.
Acorralado, Bolsonaro, que recientemente había dejado a un lado sus críticas al sistema de urnas electrónicas, levantó esta semana un nuevo foco de sospechas al denunciar supuestas irregularidades en la difusión de piezas publicitarias en radios del noreste del país. El Tribuntal Superior Electoral (TSE) desestimó las alegaciones por falta de pruebas y advirtió a la campaña del presidente que la denuncia presentada podría constituir un "crimen electoral" y un intento de "tumultuar la segunda vuelta".
Muchos analistas sostienen que Bolsonaro está preparando el terreno para cuestionar los resultados en caso de que pierda los comicios, pero que eso puede depender en buena parte del margen que exista en el resultadod e ambos candidatos.
CRUCIAL VOTO RELIGIOSO
Visitas a templos, fotos con sacerdotes, cartas a fieles, y asi una larga lista de medidas de campaña que ambos candidatos no dudaron en realizar para conquistar el voto religioso, clave electoral. Los esfuerzos por conquistar ese voto, en lo que la prensa denominó una "guerra religiosa", continuaron hasta la recta final de la campaña.
En Brasil, un país donde viven 215 millones de personas mayoritariamente católicas, pero con una influencia creciente de las iglesias evangélicas -un tercio del electorado-, el 59 por ciento considera a la religión como un factor importante a la hora de decidir el voto, según la consultora Datafolha.
Bolsonaro cuenta con un amplio respaldo de los evangélicos, activo que ha explotado durante su campaña. El actual mandatario, un católico de 67 años luego bautizado en el Río Jordán por un famoso pastor evangélico, retiene un 65% de las intenciones de voto entre los evangélicos contra 31 por ciento de Lula, apoyo que ha sustentado con la defensa de la familia tradicional y la Biblia o el nombramiento de un Juez "terriblemente evangélico" para la Corte.
En su cruzada electoral, contó además con su esposa Michelle, una evangélica devota, de voz afable, que viajó por el país para apuntalar el apoyo religioso definiendo la contienda como una batalla entre el "bien y el mal" y aludiendo a Lula como el "diablo".