Sansón y Yo , cinta del documentalista Rodrigo Reyes, estrenó en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). El filme cuenta la historia de un migrante encarcelado en Estados Unidos, una historia llena de injusticia y desigualdad que podría ser la de cualquier otra persona que decide salir de su país en busca de un mejor futuro.
Morelia, Michoacán, de octubre (SinEmbargo).- Dirigido por Rodrigo Reyes y producido por Inti Cordera, el documental Sansón y Yo estrenó en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Un filme que muestra la historia de un joven víctima de sistema penitenciario de Estados Unidos y de la desigualdad de México.
El director Rodrigo Reyes muestra en su filme un ejercicio en el que desarrolla un documental con unos toques de ficción en algunas situaciones que provoca. La cinta nació del encuentro entre el cineasta y un joven llamado Sansón, cuando Reyes fungió como su traductor en el juicio que se llevaba a cabo en su contra en Estados Unidos.
«Hace 10 años me tocó ser intérprete judicial en un caso muy particular, en un homicidio calificado en una zona rural en California y el culpable era un chico mexicano, un migrante sin papeles de 19 años llamado Sansón. Yo estuve a su lado tres semanas pero no lo pude conocer, no pudimos entablar una relación de saber quién eres, de dónde vienes, que te pasó, cómo llegaste aquí, yo sentía una gran necesidad de conocerle, porque al final de cuentas éramos paisanos, y yo podía intuir que había una historia detrás de la historia de ese caso, pero el Tribunal no permite el acceso a esta información. A Sansón lo sentencian a cadena perpetua sin salida todo por ser el chofer en una situación que resultó en un homicidio, entonces dices ¡qué injusticia y que injusticia con la gente!, con nuestros migrantes», cuenta entrevista con SinEmbargo el cineasta.
La conexión entre Rodrigo Reyes y Sansón se va fortaleciendo. Entre ellos se desarrolla una amistad en la que, aunque sea a la distancia, se crea un red de apoyo. Rodrigo Reyes sale a buscar respuestas sobre la vida de Sansón, y Sansón inicia un proceso introspectivo. Ambos comparten y crecen a la par.
«Creo que Sansón y Yo es una película que muestra el proceso de madurez de un director, de un proceso creativo cocinado a fuego lento porque la película tardó 10 años en terminarse. Creo que finalmente llegó a la pantalla y a la posibilidad de que la película muestra no sólo esta historia, sino la de muchos migrantes que están en condiciones similares a las de Sansón. Que la película sirva también como una herramienta o que forme parte del discurso en el contexto de la situación de todos los migrantes, pues no solamente mexicanos, sino latinoamericanos y centro americanos que están en condiciones similares. Es una película que al final nos habla y nos busca hacer reflexionar sobre la justicia, es el gran tema que la película debe de proponer», explica Inti Cordera, productor ejecutivo del filme.
Rodrigo Reyes inicia un viaje a México para conocer más sobre la historia de Sansón, se acerca a su familia y es testigo de que la situación que lo mantiene privado de su libertad es la consecuencia de muchas otras como la pobreza, la violencia de un país y la falta de oportunidades.
La historia que parte de lo particular, de un individuo, termina siendo universal. Los movimientos migratorios suceden en todas partes del mundo como una necesidad de búsqueda a una mejor vida:
«Siento que la migración no por nada es el gran tema del mundo contemporáneo. En este tema de migración, la vida de Sansón nos sirve para retratar todos los sistemas que han fracasado. En el caso de Sansón su camino hacia esa sala tribunal a ese juicio. Él venia cargando muchas experiencias donde la prisión ya venía tocando su vida. Esa prisión ya estaba ahí cuando él se queda huérfano, cuando se queda en una pobreza bastante dura, cuando tiene que migrar de indocumentado, o sea la prisión ya no está acompañado, es una sombra y creo que su caso representa la situación de muchos ‘sansones’. Nuestro país está lleno de ‘Sansones’, está lleno de chicos buscando un sueño y a que veces ese sueño se torna en una pesadilla», destaca Reyes.
«Es el fracaso de muchos sistemas, la falta de apoyo a nivel social, la falta de expectativas y de oportunidades y cómo en Estados Unidos en particular, lo migrantes de nuestro país y America Latina hay una saña y el sistema los castiga con una crueldad indiferente donde al final la sentencia de Sansón sólo sirve para castigar y no para hacer justicia. En su historia se confunde lo que es la justicia con el castigo, y creo que en eso él comparte una experiencia que trágicamente ha atrapado a muchos paisanos mexicanos que han quedado olvidados».
La obra del cineasta Rodrigo Reyes se ve marcada por el tema de la migración por su misma identidad como migrante radicado en Estados Unidos. Purgatorio (2013), Lupe bajo el sol (2016) y 499 (2020), el director explora en la figura del migrante invitando al espectador a reflexionar sobre ello y empatizar con sus historias.
«Para nosotros como cineastas el gran reto era eso, el muro de la indiferencia y el silencio, que estos sistemas imponen sobre Sansón y estás historias. No hay acceso, no hay manera de contarlo y no hay valor en contarlo. No vale la pena de contar la historia de estos chicos. Cuando es una tragedia que esta ocurriendo a una escala tremenda. Son miles y miles de chavitos que están sentenciados a esta penas de cadena perpetua, ese es el contexto detrás de Sansón», señala el director.
Con Sansón y Yo , Rodrigo Reyes busca «narrar una vida con poesía» y que conecte con el público a través de la sensibilidad:
«Yo creo que el cine tiene la gran función de acercarnos y develar, de rasgar todos lo velos y las barreras que nos dividen, frente a una realidad. Muchos de nosotros no vivimos las circunstancias de Sansón, sin embargo somos parte del mismo sistema, y creo que el cine tiene ese potencial de meternos hasta el fondo, en una realidad que debemos compartir. Si queremos reimaginar nuestro mundo, tenemos que acercarnos a otras historias».
«El cine a demostrado ser una herramienta de cambio, de sensibilización y de incidencia. Esta película llegará a la mente y corazón de quien la vea sea el público en general o un tomador de decisiones en México o Estados Unidos», destaca Cordera.