El Subsecretario Ricardo Mejía detalló que las autoridades solicitaron a la Jueza Isis Peralta Salvador una orden de cateo a los cinco inmuebles, entre ellos, un rancho en Villa Hidalgo, el cual supuestamente era propiedad de los líderes de dicho grupo delictivo en San Miguel Totoloapan; sin embargo, dijo que la impartidora de justicia se negó a otorgarla en un primer momento.
Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).- El Subsecretario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) expuso esta mañana "un caso de impunidad", el cual se generó por un retraso por parte de una Jueza de Control de Guerrero para conceder una orden de cateo a un inmueble ubicado en San Miguel Totolapan, municipio donde 20 personas perdieron la vida en un ataque perpetrado por un grupo armado.
"El pasado 26 de julio, con acciones de inteligencia y de investigación criminal realizadas por la Fiscalía General de Guerrero, se pudo determinar cinco posibles inmuebles donde el grupo criminal de la Familia Michoacana desarrollaba actividades presuntamente delictivas, entre ellas la privación ilegal de la libertad de personas", detalló Ricardo Mejía Berdeja.
Por ello, dijo, las autoridades solicitaron a la Jueza Isis Peralta Salvador una orden de cateo a los cinco inmuebles, entre ellos, un rancho en Villa Hidalgo, el cual supuestamente era propiedad de los líderes de dicho grupo delictivo en San Miguel Totoloapan.
Sin embargo, el Subsecretario mencionó que la Jueza se negó en un primer momento a otorgar dicha orden, a pesar de que ésta fue solicitada en "términos de la Ley, así como debidamente fundada y motivada".
Agregó que después de nuevas gestiones por parte del Ministerio Público y al insistir, dos días después, la Jueza Isis Peralta autorizó "finalmente" el cateo; sin embargo, Ricardo Mejía informó que al haber pasado 48 horas, los criminales tuvieron el tiempo suficiente para "salir del lugar, quitar evidencias y al mismo tiempo organizar cinco bloqueos en el lugar para dificultar las acciones de las autoridades".
Mencionó que cuando se pudieron realizar los cateos los presuntos delincuentes ya no habían dejado nada de evidencia. Además, destacó que días después vino el homicidio de Nazario Domínguez, director de Desarrollo Rural en San Miguel Totolapan y posteriormente el múltiple asesinato, donde el Alcalde de ese municipio, Conrado Mendoza, y su padre murieron.
"Esto es importante porque la oportunidad en algunas acciones de carácter persecutorio es determinante para los buenos resultados. No actuar a tiempo puede finalmente abonar a que con posterioridad se desaten otro tipo de eventos", concluyó.
El pasado 5 de octubre, se registró un ataque perpetrado por un grupo armado en San Miguel Totolapan, en Guerrero, que dejó un saldo de 20 personas fallecidas, entre ellas, el Alcalde Conrado Mendoza Almeda.
El Consejo de Seguridad del estado de Guerrero, donde se ubica Totolapan, indicó en un comunicado que civiles armados atacaron a balazos el Ayuntamiento en el que el Alcalde Conrado Mendoza “sostenía una reunión con su equipo de trabajo”. Las autoridades confirmaron que entre las víctimas se encontraban Mendoza y su padre, el exalcalde Juan Mendoza Acosta.
Los muros del edificio, que en ese momento estaba circundado por un parque de diversiones infantiles, quedaron totalmente acribillados. Sin embargo, vecinos y personal de emergencia que atendieron a las víctimas indicaron que el lugar donde fueron asesinados el Alcalde y su equipo fue una construcción a varias calles del Ayuntamiento, donde dichas personalidades habían sido citadas para una reunión.
Totolapan, un municipio ubicado en una región conocida como “Tierra Caliente”, la cual se extiende entre los estados de Guerrero, Michoacán y el Estado de México, fue controlado durante años por el narcotraficante Raybel Jacobo de Almonte, alias “El Tequilero”.
En su única aparición pública conocida, Almonte aparece en un video en 2015 bebiendo con Mendoza padre, entonces Alcalde electo. No estaba claro si Mendoza estaba allí por propia voluntad o por la fuerza. En ese video, Almonte parecía estar tan borracho que sus balbuceos eran ininteligibles y uno de sus secuaces lo sostenía para que no cayera de su silla.
En 2016, los habitantes de Totolapan, hartos de los secuestros de Los Tequileros, retuvieron a la madre del jefe de ese grupo criminal para obligar a liberar a los rehenes.
Durante mucho tiempo Los Tequileros se dedicaron al tráfico de goma de opio, que se extrae de los cultivos de amapola de la zona, una de las fuentes de trabajo de muchas comunidades muy pobres de estas montañas de difícil acceso, donde proliferan las explotaciones mineras de oro, entre otros metales. Ahora el consumo creciente de fentanilo, un opioide sintético, ha hecho de la amapola un negocio mucho menos rentable.
-Con información de AP.