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Oscar de Jesús Martínez Treviño

03/10/2022 - 12:03 am

“Una mejor alternativa”

"Los gobernantes, independientemente de las razones que los lleven a ello, se aíslan para tomar sus decisiones, cayendo así en el error".

Bandera de México al atardecer en el Zócalo de la Ciudad de México.
Sin duda hay consenso entre los mexicanos sobre la necesidad y la urgencia que tenemos de construir un país más fuerte. Foto: Denisse Hernández, Cuartoscuro

Hace tiempo tuve la oportunidad de leer “La Marcha de la Locura, la sinrazón desde Troya hasta Vietnam”, un extraordinario libro escrito por la dos veces ganadora del premio Pulitzer, la norteamericana Bárbara Tuchman. En dicho libro la autora narra de manera magistral diversos casos de la historia universal, en los que, de manera irracional, los gobernantes toman decisiones y fijan políticas contrarias a sus propios intereses y los de sus pueblos, ante la presencia contemporánea de alternativas claramente superiores.

Desafortunadamente, este actuar absurdo de muchos gobernantes se repite con demasiada frecuencia a lo largo de la historia. Pareciera que los seres humanos estamos condenados a repetir una y otra vez los mismos errores.

Lo anterior se hace más común en la medida en que los gobernantes, independientemente de las razones que los lleven a ello, se aíslan para tomar sus decisiones, cayendo así en el error de tomarlas basados en sus propios caprichos e ideas preconcebidas, en lugar de hacerlo con base en un análisis racional de todas las alternativas existentes y los hechos y datos objetivos.

En esto yace una de las paradojas del poder. Cuanto más centralizado esté el poder en un solo individuo, mayor será la probabilidad de que sus decisiones resulten tarde o temprano en su propio perjuicio y el de sus dependientes. Pero quizá más paradójico aún es observar a los pueblos que se encuentran en dichas situaciones caminar tan sumisamente a su propio precipicio.

Reflexionando sobre estas ideas no dejo de observar ciertos paralelismos con la situación que actualmente estamos viviendo en nuestro México.

Sin duda hay consenso entre los mexicanos sobre la necesidad y la urgencia que tenemos de construir un país más fuerte, más seguro, más próspero e inclusivo, en donde todos tengamos igualdad de oportunidades para desarrollarnos al máximo de nuestras capacidades.

Por ello resulta un contrasentido que, cuando la única alternativa viable para lograrlo es la búsqueda de acuerdos ampliamente consensuados que resulten del diálogo y la negociación entre los diversos actores de la sociedad, desde las esferas del poder se promueva el monólogo, las visiones únicas y la polarización estéril que solo divide y enfrenta a nuestra sociedad.

A través de nuestra historia ha quedado claro una y otra vez que sólo cuando los mexicanos estamos unidos hemos podido avanzar. Nunca la división ha traído prosperidad a nuestro México. Destruir sin ofrecer una mejor alternativa que la de regresar al México del pasado, resulta un absurdo.

Necesitamos detener el ataque al que mediante el discurso y el amague presupuestal se les somete constantemente a los órganos autónomos que los mexicanos hemos venido construyendo en las últimas décadas para servir de contrapeso al poder, fortaleciendo así nuestra democracia y Estado de Derecho.

En materia de seguridad es necesario que en lugar de buscar imponer a las fuerzas militares como cabeza de la Guardia Nacional unos años más nos centremos en lo verdaderamente importante. Que juntos discutamos y definamos cómo podemos fortalecer al Poder Judicial, cómo podemos desarrollar mejores Fiscalías independientes y cómo podemos crear los cuerpos policiales civiles y profesionales, capaces de garantizarnos la tan anhelada seguridad a la que tenemos derecho.

Es imperativo que, desde el gobierno, se promueva el diálogo social amplio, abierto, constructivo y razonado. Solo así podremos aspirar a tomar las mejores decisiones en beneficio de todos. Para ello, por supuesto que también requerimos de un mayor involucramiento de quienes habitamos este país. Necesitamos contar con ciudadanos comprometidos y de tiempo completo.

Hay mucho por hacer y mejorar en nuestro país. Discutamos abiertamente y sin prejuicios todos los temas y mejoremos lo que haya que mejorar. Pero hagámoslo desde el diálogo y la unidad. El tiempo apremia y esta es sin duda una mejor alternativa para avanzar. #Opinión Coparmex.

Oscar de Jesús Martínez Treviño
Es director de Desarrollo Corporativo en Xignux y responsable de diversas áreas, incluyendo Legal y Capital Humano. Funge como secretario del Consejo de Administración de Xignux –empresa en la que inició su trayectoria en 1990–, un corporativo que, a través de sus empresas, participa en dos grandes industrias: energía y alimentos. Con más de 65 años de historia y 29 mil colaboradores, tiene presencia operativa en México, Estados Unidos, Brasil y Venezuela. Oscar ha sido invitado a participar en distintas asociaciones y ha sido consejero de CAINTRA y CINTERMEX. Actualmente es presidente de Coparmex Nuevo León y miembro del Consejo Directivo de Coparmex Nacional.

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