La reina murió en el castillo de Balmoral, su residencia de verano en Escocia, donde los miembros de la familia real acudieron con urgencia después de que el Palacio de Buckingham informara de un empeoramiento en el estado de salud de la monarca.
Londres, 8 de septiembre (AP/Europa Press/SinEmbargo) — La reina Isabel II, la monarca con el reinado más largo de Gran Bretaña y una roca de estabilidad durante gran parte de un siglo turbulento, murió el jueves después de 70 años en el trono. Tenía 96 años.
El Palacio de Buckingham anunció que falleció en el Castillo de Balmoral, su residencia de verano en Escocia, donde miembros de la familia real británica acudieron rápidamente después de que su salud empeoró.
Un vínculo con la generación casi desaparecida que peleó en la Segunda Guerra Mundial, era la única reina que la mayoría de los británicos han conocido en su vida. Su nombre definió una época, la era isabelina moderna.
El impacto de su pérdida será enorme e impredecible, tanto para la Nación como para la monarquía, una institución que logró guiar a través de décadas de enorme cambio social y escándalos familiares.
Con la muerte de la reina, su hijo Carlos, de 73 años, se convierte automáticamente en monarca, aunque su coronación podría tardar meses. Se desconoce si Carlos elegirá llamarse rey Carlos III o algún otro nombre.
La vida de la reina quedó indeleblemente marcada por la guerra. Como princesa Isabel, hizo su primera transmisión pública en 1940, cuando tenía 14 años, enviando un mensaje de guerra a los niños evacuados al campo o al extranjero.
“Nosotros, los niños en casa, estamos llenos de alegría y coraje”, dijo con una mezcla de estoicismo y esperanza que repercutiría durante todo su reinado. “Estamos tratando de hacer todo lo posible para ayudar a valientes soldados, marineros y aviadores. Y también estamos tratando de soportar nuestra parte del peligro y la tristeza de la guerra. Sabemos, cada uno de nosotros, que al final todo estará bien”.
Desde el 6 de febrero de 1952, Isabel reinó sobre una Gran Bretaña que se reconstruyó de la guerra y perdió su imperio; se unió a la Unión Europea y luego la dejó; y se transformó de potencia industrial a la sociedad incierta del siglo XXI. Soportó a 15 primeros ministros, desde Winston Churchill hasta Liz Truss, convirtiéndose en una institución y un ícono, un punto fijo y una presencia tranquilizadora incluso para aquellos que ignoraban o detestaban la monarquía.
Se volvió menos visible en sus últimos años cuando la edad y la fragilidad redujeron muchas apariciones públicas. Pero mantuvo firmemente el control de la monarquía y en el centro de la vida nacional cuando Gran Bretaña celebró su Jubileo de Platino con días de fiestas y desfiles en junio de 2022.
The Queen died peacefully at Balmoral this afternoon.
The King and The Queen Consort will remain at Balmoral this evening and will return to London tomorrow. pic.twitter.com/VfxpXro22W
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 8, 2022
El mismo mes se convirtió en la segunda monarca con el reinado más largo de la historia, detrás del rey francés Luis XIV del siglo XVII, quien asumió el trono a los cuatro años. El 6 de septiembre de 2022, presidió una ceremonia en el castillo de Balmoral para aceptar la renuncia de Boris Johnson como Primer Ministro y designar a Liz Truss como la 15ª Primera Ministra en función durante su reinado.
Cuando tenía 21 años, casi cinco años antes de su coronación, le prometió a los pueblos de Gran Bretaña y de la Mancomunidad de Naciones que “toda mi vida, ya sea larga o corta, estaré dedicada a su servicio”.
Fue una promesa que cumplió durante más de siete décadas.
A pesar de las complejas y a menudo frágiles relaciones de Gran Bretaña con sus antiguas colonias, Isabel gozaba de respeto general y se mantuvo como Jefa de Estado de más de una decena de países, de Canadá a Tuvalu. Encabezó la Mancomunidad de Naciones de 54 integrantes construida alrededor de Gran Bretaña y sus antiguas colonias.
Estuvo casada durante más de 73 años con el príncipe Felipe, quien falleció en abril de 2021 a los 99 años. Isabel era la matriarca de una familia real cuyos problemas eran objeto de fascinación mundial, amplificados por versiones de ficción en series como The Crown. A Isabel le sobreviven cuatro hijos, ocho nietos y 12 bisnietos.
A través de innumerables eventos públicos conoció posiblemente a más gente que ninguna otra persona en la historia. Su imagen, que adornaba sellos postales, monedas y billetes, era una de las más reproducidas en el mundo.
Pero su vida íntima y opiniones fueron siempre poco menos que un enigma. De su personalidad el público veía muy poco. Era propietaria de caballos y pocas veces parecía más feliz que durante la semana de carreras del Royal Ascot. Tampoco se cansó de la compañía de sus adorados perros corgi galés.
Isabel Alejandra María Windsor nació en Londres el 21 de abril de 1926, era la primogénita del duque y la duquesa de York. No nació para ser reina, ya que el hermano mayor de su padre, el príncipe Eduardo, estaba destinado a la corona y se suponía que la heredarían los hijos que tendría.
Pero en 1936, cuando Isabel tenía 10 años, Eduardo VIII abdicó al trono para casarse con la estadounidense dos veces divorciada Wallis Simpson, de modo que el padre de Isabel fue coronado como Jorge VI.
La princesa Margarita recordaba preguntarle a su hermana si esto significaba que algún día sería reina. “Sí, supongo que sí” dijo Margarita recordando a su hermana. “No lo volvió a mencionar”.
Isabel comenzaba su adolescencia cuando Gran Bretaña entró en guerra con Alemania en 1939. Aunque el rey y la reina permanecieron en el Palacio de Buckingham durante el bombardeo del Blitz y visitaron los barrios atacados de Londres, Isabel y Margarita pasaron la mayor parte de la guerra en el Castillo de Windsor, al oeste de la capital. Incluso ahí cayeron unas 300 bombas en un parque adyacente, y las princesas pasaron muchas noches en un refugio subterráneo.
En 1945, luego de rogar a sus padres durante meses que le permitieran apoyar las tareas de la guerra, la heredera del trono se convirtió en la suboficial segunda Isabel Alejandra María Windsor en el Servicio Territorial Auxiliar. Isabel aprendió con entusiasmo a conducir y dar mantenimiento a vehículos pesados.
La noche que terminó la guerra en Europa, el 8 de mayo de 1945, Isabel y Margarita lograron mezclarse, sin ser reconocidas, con la multitud que celebraba en Londres “llevadas por una ola de felicidad y alivio”, dijo a la BBC décadas después, al describir “una de las noches más memorables de mi vida”.
En noviembre de 1947 se casó en la Abadía de Westminster con el oficial de la armada real Felipe Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca, a quien había conocido en 1939 cuando ella tenía 13 años y el 18. En la posguerra Gran Bretaña enfrentaba austeridad y racionamientos, de modo que la decoración en las calles fue limitada y no se declaró un día de asueto público. Pero a la novia se le permitieron 100 cupones extra de raciones para su ajuar.
La pareja vivió por un tiempo en Malta, donde Felipe prestaba servicio en la armada, e Isabel disfrutó una vida casi normal como esposa de un oficial. El primero de sus cuatro hijos, el príncipe Carlos, nació el 14 de noviembre de 1948. Le siguieron la princesa Ana el 15 de agosto de 1950, el príncipe Andrés el 19 de febrero de 1960 y el príncipe Eduardo el 10 de marzo de 1964.
En febrero de 1952, Jorge VI murió mientras dormía a los 56 años tras años de enfermedad. Isabel recibió en Kenia, donde se encontraba de visita oficial, la noticia de que sería la próxima monarca.
Su secretario privado, Martin Charteris, recordó después encontrar a la nueva monarca en su escritorio, “sentada erguida, sin lágrimas, con un poco de rubor, aceptando totalmente su destino”.
“De alguna manera no tenía un aprendizaje”, reflexionó Isabel durante un documental de la BBC de 1992 que abrió una rara ventana hacia sus emociones. “Mi padre murió muy joven, así que todo fue una manera muy repentina de asumir y hacer el mejor trabajo posible”.
La coronación de Isabel, que se realizó más de un año después, fue un gran espectáculo en la Abadía de Westminster visto por millones a través del medio relativamente nuevo de la televisión.
La primera reacción del Primer Ministro, Winston Churchill, a la muerte del rey fue reclamar que la nueva reina era “sólo una niña”, pero Isabel se lo ganó a los pocos días y eventualmente él se volvió uno de los fervientes admiradores de la reina.
En la monarquía constitucional de Gran Bretaña, la reina es la Jefa de Estado, pero tiene poco poder directo, y en sus actos oficiales cumple lo que le ordena el Gobierno. Sin embargo, no carecía de influencia. Alguna vez comentó que no había algo que pudiera hacer para bloquear legalmente la designación de un obispo, “pero siempre puedo decir que me gustaría tener más información, y ese es un indicador que el Primer Ministro no pasará por alto”.
La magnitud de la influencia política de la monarca ocasionalmente llevaba a especulación, pero no a muchas críticas mientras estuvo viva. Los puntos de vista de Carlos, quien ha expresado opiniones fuertes sobre todo tipo de temas desde arquitectura al medioambiente, podrían ser más conflictivos.
Isabel tenía la obligación de reunirse semanalmente con el Primer Ministro, y generalmente este la encontraba bien informada, curiosa y actualizada. La única posible excepción fue Margaret Thatcher, de quien se decía tenía una relación fría, si no es que congelada, con la reina, aunque ninguna de las dos hizo comentarios al respecto.
Las opiniones de la reina en esas reuniones privadas fueron objeto de grandes conjeturas y un terreno fértil para dramaturgos como Peter Morgan, autor de la obra The Audience y de la popular serie The Crown. Esas versiones semificticias eran producto de una era en que disminuía la deferencia a la familia real, cuyos miembros se convertían en figuras de la farándula y sus problemas eran del dominio público.
Y hubo bastantes problemas dentro de la familia, una institución conocida como “La firma”. En los primeros años de Isabel en el trono, la princesa Margarita provocó una controversia nacional por su romance con un nombre divorciado.
En 1992, el año que la reina calificó como “annus horribilis”, su hija la princesa Ana se divorció, el príncipe Carlos y la princesa Diana se separaron y también lo hizo el príncipe Andrés de su esposa Sarah. Ese mismo año el Castillo de Windsor, una residencia que a la reina le gustaba mucho más que el Palacio de Buckingham, sufrió graves daños en un incendio.
A la separación pública de Carlos y Diana —“en nuestro matrimonio éramos tres”, dijo Diana sobre la relación de su esposo con Camilla Parker-Bowles— siguió el shock de la muerte de la “princesa del pueblo” en un accidente automovilístico en París en 1997. Esa vez la reina parecía fuera de sintonía con su pueblo.
En medio de un luto sin precedentes, muchos consideraron que la incapacidad de Isabel para dar una muestra pública de dolor era una falta de sensibilidad. Tras varios días, finalmente dio un discurso a la nación transmitido por televisión.
La mella en su popularidad fue breve. Para esas alturas era considerada una especie de abuela nacional, con una mirada penetrante y una sonrisa dulce.
A pesar de ser una de las personas más ricas del mundo, Isabel tenía fama llevar una vida frugal y seguir al sentido común. Era una monarca conocida por apagar luces en habitaciones vacías y una mujer de campo que no tenía miedo de estrangular faisanes.
Un reportero de un diario, que fue a trabajar de manera encubierta como lacayo en el palacio, confirmó la imagen de esa Isabel con los pies en la tierra, capturando fotografías de recipientes de plástico en la mesa del desayuno real y de un pato de plástico en una bañera.
La sangre fría de Isabel no se alteró cuando un joven le apuntó con una pistola y disparó seis salvas mientras ella montaba un caballo en 1981, ni cuando descubrió a un intruso perturbado sentado en su cama en el Palacio de Buckingham en 1982.
La imagen de la reina como un ejemplo de la decencia británica fue satirizada por la revista Private Eye, que la llamó Brenda. Aquellos que se oponían a la monarquía la llamaban “Señora Windsor”. Pero la causa republicana tuvo poco impulso mientras ella estuvo viva.
En su Jubileo de Oro en 2002, dijo que el país debería “volver la vista con orgullo mesurado sobre la historia de los últimos 50 años”.
“Han sido 50 años bastante memorables bajo cualquier criterio”, dijo en un discurso. “Ha habido buenos y malos momentos, pero cualquiera que pueda recordar cómo eran las cosas después de esos seis largos años de guerra, aprecia los enormes cambios que han sido logrados desde entonces”.
Una presencia reconfortante en casa, era también un emblema de Gran Bretaña en el extranjero, una forma de poder suave, respetada siempre cualesquiera que fuesen los caprichos de los líderes políticos del país en el escenario mundial. Cuando apareció en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 junto a James Bond, el gesto pareció apropiado. Gracias a la magia del cine parecía que la reina había llegado en paracaídas al Estadio Olímpico.
En 2015 superó el reinado de su tatarabuela la reina Victoria quien estuvo en el trono durante 63 años, siete meses y dos días, para convertirse en la monarca con el reinado más largo de la historia de Gran Bretaña. Siguió trabajando hasta entrada en su 10ma década de edad, aunque el príncipe Carlos y el hijo mayor de éste, el príncipe Guillermo, se hicieron cargo de algunas de las visitas, inauguraciones e investiduras que forman parte de los deberes reales. La pérdida de Felipe a comienzos de 2021 fue un duro golpe para la reina, quien tristemente se sentó sola en su funeral en la Capilla del Castillo de Windsor bajo las medidas sanitarias de la pandemia de coronavirus.
Isabel gozó de una excelente salud hasta entrada en sus años 90, aunque se le pudo ver usando un bastón durante una aparición tras la muerte de Felipe. En octubre de 2021 pasó una noche en un hospital de Londres para que le realizaran exámenes tras cancelar un viaje a Irlanda del Norte.
Los problemas de la familia no cesaron. Su hijo el príncipe Andrés se vio involucrado en la sórdida historia del abusador sexual y empresario estadounidense Jeffrey Epstein, del que había sido amigo. Andrés negó las acusaciones sobre que tuvo sexo con una mujer que afirmaba haber sido traficada por Epstein.
El nieto de la reina, el príncipe Enrique, se alejó de Gran Bretaña y de sus deberes reales después de casarse en 2018 con la actriz estadounidense Meghan Markle. Enrique afirmó en una entrevista que alguien en la familia, aunque no la reina, había sido poco amable con su esposa.
La reina gozó de una salud envidiable hasta bien entrada en sus años 90 aunque se le pudo ver usando un bastón tras la muerte de Felipe. En octubre de 2021, pasó una noche en un hospital de Londres después de cancelar un viaje a Irlanda del Norte.
Unos meses después dijo a los invitados a una recepción “como pueden ver, no me puedo mover”. El palacio, que no compartió muchos detalles, dijo que la reina estaba experimentando “problemas de movilidad”.
Siguió teniendo reuniones virtuales con diplomáticos y políticos desde el Castillo de Windsor, pero sus apariciones públicas se hicieron cada vez más raras. La reina se retiró de fechas obligadas del calendario real incluyendo el Domingo de Conmemoración y las ceremonias del Día de la Mancomunidad, aunque asistió a una misa memorial para el príncipe Felipe en la Abadía de Westminster.
Mientras tanto tomó medidas para prepararse para la transición. En febrero de 2022 la reina anunció que quería que la esposa de Carlos, Camila, fuera conocida como “reina consorte” cuando “llegue el momento” de que su hijo sea rey. Esto retiró las dudas sobre el papel de la mujer que algunos culparon por la ruptura del matrimonio de Carlos con la princesa Diana en la década de 1990.
En mayo de 2022 hubo otro momento simbólico cuando la reina pidió a Carlos que la supliera y leyera su discurso en la ceremonia de apertura del Parlamento, uno de los deberes constitucionales más importantes de la monarca.
Siete décadas después de la Segunda Guerra Mundial, Isabel estaba nuevamente en el centro del ánimo nacional en medio de la incertidumbre por la pandemia de COVID-19, una enfermedad de la que ella misma se contagió en febrero de 2022.
En abril de 2020, durante el cierre del país y con el Primer Ministro Boris Johnson hospitalizado, la reina hizo una rara aparición en video instando a la gente a mantenerse unida.
Isabel invocó el espíritu de la Segunda Guerra Mundial, ese importante momento en su vida y en el del país, al parafrasear la popular canción de la época de la guerra “We’ll Meet Again” de Vera Lynn.
“Debemos reconfortarnos en el hecho de que a pesar de que podría haber más cosas que tengamos que soportar, llegarán mejores días. Estaremos nuevamente con nuestros amigos. Estaremos nuevamente con nuestras familias. Nos encontraremos de nuevo”, dijo.
El rey Carlos de Inglaterra lamentó, en un comunicado, el fallecimiento de su madre, Isabel II, «un momento de la máxima tristeza» que ha sentido como propio y que también ha extendido a todo el conjunto de ciudadanos de Reino Unido y de la Commonwealth.
«Lloramos profundamente el fallecimiento de una soberana preciada y de una madre muy querida», ha dicho el nuevo monarca, que reinará como Carlos III.
Durante este periodo de luto y cambio», el rey ha dicho que tanto él como su familia se sentirán arropados por «el respeto y el profundo afecto» que los ciudadanos siempre han profesado hacia su difunta madre.
EL MUNDO LAMENTA LA MUERTE DE LA REINA
Ante la noticia, diversos políticos de México y del mundo reaccionaron hoy con consternación a la muerte de la reina Isabel II.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador envió sus condolencias al pueblo de Reino Unido; así como a amigos, familiares y miembros de la Casa Real por la muerte de la reina Isabel II.
«Envío mis condolencias a los pueblos del Reino Unido por el fallecimiento de la reina Isabel II, monarca británica y soberana de 14 estados independientes. De igual manera, las hago extensivas a sus familiares, amigos y miembros de la Casa Real», escribió el Jefe del Ejecutivo federal.
Envío mis condolencias a los pueblos del Reino Unido por el fallecimiento de la Reina Isabel II, monarca británica y soberana de 14 estados independientes. De igual manera, las hago extensivas a sus familiares, amigos y miembros de la Casa Real.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) September 8, 2022
Mientras que el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, escribió un mensaje en su cuenta de Twitter, en el cual también externó sus condolencias al pueblo y al Gobierno de Reino Unido por la muerte de la monarca.
En tanto, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó en un comunicado el fallecimiento de la reina Isabel II, «más que una monarca» y cuya labor a lo largo de más de siete décadas «ha definido una era» a nivel mundial.
«En un mundo de cambios constantes, fue una presencia constante y un motivo de tranquilidad y orgullo para generaciones», ha dicho Biden en una nota firmada junto a su mujer, Jill, y en la que ha subrayado la «conexión personal e inmediata» que sentían muchos británicos con su reina.
El mandatario norteamericano recordó a Isabel II como «una mujer de Estado» que contribuyó también a que exista a día de hoy la «relación especial» de la que presumen Londres y Washington.
Nuestros pensamientos y condolencias al pueblo y gobierno del Reino Unido.
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) September 8, 2022
A título personal, Biden y la primera dama han recordado que conocieron por primera vez a la difunta reina en 1987, cuando el actual inquilino de la Casa Blanca era Senador. En junio de 2021, Biden realizó a Reino Unido su primer viaje al exterior como Presidente.
De cara al futuro, el Presidente de Estados Unidos confía en mantener la «estrecha amistad» con el nuevo rey británico, Carlos III.
Por su parte, el Primer Ministro de Irlanda, Micheál Martin, ha enviado en nombre de su Gobierno sus condolencias al vecino Reino Unido por el fallecimiento de la reina Isabel II, sin la que «el mundo es un lugar peor».
«El mundo es un lugar peor por su fallecimiento pero uno mucho más rico y mejor como resultado de su larga vida y de su contribución duradera», ha destacado Martin, en un comunicado en el que atisba «el fin de una era».
Our statement on the death of Queen Elizabeth II. pic.twitter.com/0n7pmVVg2w
— President Biden (@POTUS) September 8, 2022
El mandatario irlandés ha recordado la visita de Estado que Isabel II realizó a Irlanda en 2011, «un paso crucial en la normalización de las relaciones» con el principal vecino. «Esta visita fue un gran éxito», ha señalado.
El Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha trasladado su pésame a la familia real británica y a la población de Reino Unido después de conocerse la «irreparable pérdida» de la reina Isabel II.
«Con profunda tristeza nos enteramos del fallecimiento de su majestad la reina Isabel II», ha manifestado Zelenski en su perfil de la red social Twitter.
«Nuestros pensamientos y oraciones están con ustedes», ha concluido el Jefe de Estado ucraniano.
It is with deep sadness that we learned of the death of Her Majesty Queen Elizabeth II. On behalf of the 🇺🇦 people, we extend sincere condolences to the @RoyalFamily, the entire United Kingdom and the Commonwealth over this irreparable loss. Our thoughts and prayers are with you.
— Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) September 8, 2022
Otra de las figuras públicas que mostró sus condolencias por la muerte de la reina Isabel II fue Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, quien junto a su esposa Michelle Obama externó su reconocimiento a la labor de la monarca.
«Como muchos de ustedes, Michelle y yo estamos agradecidos de haber sido testigos del liderazgo dedicado de su majestad, y estamos asombrados por su legado de servicio público digno e incansable. Nuestros pensamientos están con su familia y el pueblo del Reino Unido en este momento difícil», compartió en un comunicado.
A partir de hoy, la página web del Palacio de Bukingham ha quedado parcialmente inhabilitada por el fallecimiento de la reina Isabel II, de tal forma que se limita a mostrar el breve comunicado que confirma la muerte de la monarca a la espera de «cambios apropiados».
El portal exhibe un retrato de la difunta reina sobre fondo negro e, inmediatamente debajo, la nota con la que el Palacio ha confirmado este jueves por la tarde que «la reina ha muerto en paz en Balmoral», su residencia en Escocia.
Like so many of you, Michelle and I are grateful to have witnessed Her Majesty’s dedicated leadership, and we are awed by her legacy of tireless, dignified public service. Our thoughts are with her family and the people of the United Kingdom at this difficult time. pic.twitter.com/sbID222iSQ
— Barack Obama (@BarackObama) September 8, 2022