Artes de México

Un libro que afirma la importancia del diseño popular

04/09/2022 - 12:01 am

Giovanni Troconi afirma la importancia cultural y artística del diseño popular y, al mismo tiempo, recorre los senderos de su historia y tradición.

Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).- Las expresiones artísticas populares conviven cotidianamente en nuestro entorno. En el libro México: diseño gráfico popular (Artes de México, 2019), Giovanni Troconi afirma la importancia cultural y artística del diseño popular y, al mismo tiempo, recorre los senderos de su historia y tradición para esbozarnos los espacios en que esta manifestación ha sido prolífica en nuestro país: rótulos, la nota roja, fotonovelas, calendarios, monografías, el cartel de lucha libre, entre otros. Este libro resalta el lugar que tiene el diseño popular en la cotidianidad mexicana y su importancia en la vida comercial del país.

México: diseño gráfico popular (Artes de México, 2019),. Foto: Artes de México

Ya desde los años veinte, el ojo excepcional de Diego Rivera había notado una vitalidad artística perdurable en el trabajo de José Guadalupe Posada y, por tanto, en cierta gráfica comercial dirigida a los estratos bajos. Jean Charlot ahondó en los hallazgos de Diego Rivera que, aunque enfocados en Posada, le conferían un estatuto distinto al universo visual al que este grabador pertenecía. Y en pocos años este universo, puntuando por rótulos de pulquerías y carteles de peleas de gallos, atraería a un cúmulo de observadores internacionales, de Anita Brenner a André Bretón. Para los años ochenta, el diseño popular mexicano disfrutaba de una suerte de prestigio iniciático entre artistas, críticos, curadores de Estados Unidos y Europa, también entre ciertos diseñadores académicos con los intereses y las lecturas correctas.

México: diseño gráfico popular (Artes de México, 2019),. Foto: Artes de México

En las periferias urbanas y las zonas de transición entre la ciudad y el campo se desatan sin previo aviso bacanales de bardas pintadas que anuncian espectáculos de gruperos, roqueros, disc-jockeys. Y que –por otra parte–, el diseño popular no se agota en las bardas: todavía se hacen, por ejemplo, carteles de fiestas patronales, también de box, de lucha, de bandas y sonideros, si bien la prensa plana –su método natural de producción hasta hace pocos años– ha prácticamente desaparecido frente a la más costeable impresión en offset. Debe añadirse, por supuesto, el diseño popular de empaque y su nicho ecológico: la industria de la brujería tal y como se muestra en –por ejemplo– el mercado de Sonora en la Ciudad de México. El diseño popular está al servicio de una economía también popular que es tan compleja, mutable y estratificada como el país mismo.

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