La visita de Nancy Pelosi a Taiwan la convierte en la funcionaria estadounidense de más alto rango en visitar la isla en los últimos 25 años.
Por Huizhong Wu
TAIPÉI, Taiwán, 3 de agosto (AP) — La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que se reunió con los líderes de Taiwán a pesar de las advertencias de China, dijo el miércoles que ella y los otros miembros del Congreso de su delegación estaban demostrando que no abandonarán su compromiso con la isla.
"El mundo enfrenta hoy una elección entre la democracia y la autocracia", señaló en un breve discurso durante una reunión con la Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. "La determinación de Estados Unidos de preservar la democracia, aquí en Taiwán y en todo el mundo, sigue siendo férrea".
China, que reclama Taiwán como parte de su territorio y se opone a cualquier relación entre sus autoridades y los gobiernos extranjeros, anunció varias maniobras militares en torno a la isla y emitió una serie de duras declaraciones, luego de que la delegación estadounidense aterrizó el martes en la noche en la capital taiwanesa, Taipéi.
Taiwán criticó la celebración de los ejercicios.
"Este acto equivale a bloquear a Taiwán por aire y mar [...] y viola gravemente la soberanía territorial de nuestro país", dijo el capitán Jian-chang Yu en una conferencia de prensa del Ministerio de Defensa Nacional el miércoles.
El viaje de Pelosi ha avivado las tensiones entre Washington y Beijing más que cualquier otra visita de congresistas estadounidenses dado su cargo de presidenta de la Cámara, la primera que viaja a Taiwán en 25 años, desde que Newt Gingrich lo hiciera en 1997.
Tsai, quien dio las gracias a Pelosi por sus décadas de apoyo a Taiwán, le entregó una distinción civil, la Orden de las Nubes Propicias.
"Frente a las amenazas militares deliberadamente intensificadas, Taiwán no retrocederá", afirmó Tsai. "Defenderemos firmemente nuestra soberanía nacional y seguiremos manteniendo la línea de defensa de la democracia".
Tsai dijo más tarde en una conferencia de prensa que los "ejercicios militares son respuestas innecesarias".
Poco después de la llegada de Pelosi a la isla, China anunció maniobras con fuego real que, al parecer, comenzaron el martes en la noche, así como otras de cuatro días en las aguas alrededor del territorio a partir del jueves.
La fuerza aérea china también envió un contingente relativamente grande de 21 aviones de guerra, entre los que había cazas, hacia Taiwán.
Pelosi se refirió a las amenazas de Beijing indicando que espera que quede claro que "aunque China se ha interpuesto en el camino de Taiwán para acudir a ciertas reuniones, entienden que no se entrometerán en el camino de la gente que viene a Taiwán como muestra de amistad y apoyo".
Pelosi destacó que el respaldo a Taiwán es bipartidista en el Congreso y elogió la democracia insular. No llegó a decir que Washington defendería a la isla militarmente, pero hizo hincapié en que el Congreso está "comprometido con la seguridad de Taiwán, para que Taiwán pueda defenderse de la forma más efectiva".
Su enfoque ha sido siempre el mismo, agregó, desde su visita a la Plaza de Tiananmen de Beijing en 1991, cuando junto a otros legisladores desplegó una pequeña pancarta de apoyo de la democracia, dos años después de la sangrienta represión a manifestantes en ese mismo lugar.
Esa visita abordaba también los derechos humanos y lo que Pelosi calificó de peligrosas transferencias de tecnología a "países deshonestos".
Pelosi visitará un museo de derechos humanos en Taipéi, que cuenta la historia de la época de la ley marcial en la isla, más tarde el miércoles, antes de partir hacia Corea del Sur, la próxima parada de su gira asiática en la que también visitó Singapur y Malasia y que la llevará después a Japón.
El Gobierno de Joe Biden ha tratado de rebajar la importancia de la visita e insistió en que no hay cambios en su vieja "política de una sola China" por la que Washington reconoce a Beijing pero que también permite relaciones informales y lazos de defensa con Taipéi.