La intervención está relacionada con la de 2019 y su objetivo no era otro que retirar y realinear los tornillos en su cuello y espalda porque la situación era insostenible.
Por Álvaro Piqueras
Ciudad de México, 15 de junio (AS México).- Ozzy Osbourne es para la mayoría una leyenda del Heavy Metal, pero no es menos cierto que para aquellas generaciones no tan familiarizadas con su legado musical, el miembro fundador de Black Sabbath no es sino el excéntrico protagonista de Los Osbourne, un reality de la MTV que se emitió durante tres años (2002-2005) y que protagonizaba junto con su mujer y mánager, Sharon, y dos de sus hijos Kelly y Jack.
Sin embargo, como suele decirse en estos casos, cualquier tiempo pasado fue mejor para el mítico músico británico ya que lamentablemente en los tiempos ha sido más protagonista por su estado de salud que por su trayectoria profesional, aunque su último disco de estudio, "Ordinary Man" (2020) fue muy bien acogido tanto por la crítica como por el público.
En cualquier caso, el artista de 73 años no levanta cabeza en el último lustro. En octubre de 2018, tuvo que pasar por el quirófano para operarse de una mano al haber contraído varias infecciones por estafilococos potencialmente mortales. Más tarde ese mismo año, en plena gira de despedida, lo que comenzó como un simple proceso gripal, que ya le había obligado a cancelar los conciertos en Europa, derivó en una neumonía que mantuvo al cantante ingresado necesitando incluso de respiración asistida.
Y en pleno proceso de recuperación de la neumonía, en 2019, sufrió una aparatosa caída en su casa de Los Ángeles, que agravó las secuelas que ya le dejaron un accidente de quad en 2003, y que requirió la inserción de 15 tornillos en su columna vertebral. Y para complicar todavía más las cosas, en 2020 el músico confirmó que le había sido diagnosticado párkinson.
Ahora, tres años después de aquella caída, el músico ha vuelto a someterse a una intervención que, en palabras de su mujer Sharon, “definirá el resto de su vida”. No en vano, la intervención estaba relacionada con la de 2019 y su objetivo no era otro que retirar y realinear los tornillos en su cuello y espalda porque la situación era insostenible.
“Ha tenido mucho dolor. Ozzy tiene 73 años y cualquier tipo de cirugía cuando uno envejece es difícil y esta es bastante importante”, asegura una fuente conocedora de la situación a Page Six, que confirma además que el músico, que ya llevaba bastón y necesitaba ayuda adicional para desplazarse, estará convaleciente varios meses.
“Nuestra familia quiere expresar su gratitud por la abrumadora cantidad de amor y apoyo recibido antes la cirugía. ¡Ozzy está bien y en el camino de la recuperación! Vuestro amor significa todo para él”, compartía Sharon Osbourne en una storie de Instagram confirmando que el proceso había sido un éxito. No obstante, es improbable que volvamos a verle sobre un escenario, pero con el músico británico nunca se sabe.