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¿Colombia a la izquierda?

ENTREVISTA | Francia es activista contra las mineras. Y ahora, casi Vicepresidenta

28/05/2022 - 2:31 pm

Es la primera vez que la izquierda está tan cerca de ganar una elección presidencial en Colombia con la fórmula Gustavo Petro-Francia Márquez Mina. Esta última se podría convertir en la primera mujer negra en llegar a la vicepresidencia del país.

Colombia, 28 de mayo (SinEmbargo).– La expectativa de entrevistar a la primera mujer negra que podría llegar a la esfera más alta del poder en Colombia es enorme. En este país en donde, como en el resto de América Latina, el racismo está tan enquistado que la mayoría sueña con blanquearse a punta de tratamientos faciales, tintes para el cabello, ropa de fast fashion y los gadgets de moda comprados a demasiados meses sin intereses, el hermosísimo rostro de Francia Márquez Mina, su ropa colorida y su cabello ensortijado adornan carteles y espectaculares en las calles de Bogotá. Su rostro, el de sus abuelas y bisabuelas, el de todas las mujeres que la anteceden y la precederán.

El rostro de todas aquellas a quienes este país ha querido borrar, hacer como si no existieran.

Francia Márquez Mina podría convertirse en la primera mujer negra en llegar a la vicepresidencia de Colombia. Foto: Manuel Ortiz Escámez.

Adrede lo escribo en femenino; no es un error, porque la lucha por la justicia de género en Colombia es parte fundamental de su agenda, junto con la de la defensa del medio ambiente; “el territorio como un espacio de vida, la casa grande, el útero mayor”, dice. Otra vez la referencia a lo femenino, a la madre.

El rostro de Francia Márquez, en los carteles, está al lado de Gustavo Petro, su compañero de fórmula, el candidato a la presidencia del país por Pacto Histórico, un frente de partidos y asociaciones de centro izquierda. Está al lado pero yo, mujer extranjera en esta tierra, me pregunto si no debería estar delante.

Es la primera vez que la izquierda está tan cerca de ganar una elección presidencial en Colombia. Aquí se respira emoción pura, nervios… también miedo. Desde la década de los cuarenta han sido asesinados seis candidatos a la presidencia.

Todas las baterías de este equipo de periodistas de México y Estados Unidos, que está en Colombia gracias al trabajo de Global Exchange y Península 360 Press, están enfocadas en conseguir una entrevista con esta mujer. Nada es seguro; su agenda ha tenido que cambiar varias veces por razones de seguridad: tanto a Francia, como a Petro los han amenazado de muerte. Esto no se puede tomar a la ligera. Pero después de algunas gestiones por parte del grupo de abogados del Centro de Estudios Socio Jurídicos Latinoamericanos, un colectivo que defiende gratuitamente a los acusados por el Estado por haber ejercido su derecho a la protesta durante los paros de 2020 y 2021, lo logramos: será a las 14:30 horas, y nos dará tres minutos, nos dicen.

Alina Duarte, Heriberto Paredes y quien esto escribe nos ponemos de acuerdo para hacer solo una pregunta cada quien, porque eso de que serán sólo tres minutos no nos deja mucho margen.

Pero dan las 14:30, 14:40, y Francia Márquez no llega. Seguimos investigando, cotejando información; tenemos claras las líneas generales de su campaña —justicia social y de género, respeto y protección al medio ambiente—, así que estamos listos. Son casi las 15:00 horas cuando llega, pero todo el mundo se quiere tomar una foto con ella. Aunque accede a todas las peticiones, se le ve cansada, quizás un poco tensa. No es para menos; las amenazas no han cesado.

Se sienta en el lugar que le hemos preparado para las tomas; los colegas Leonardo y Fátima Peña, Alex Sierra, Manuel Ortiz y Hans Leguizamo están listos con sus cámaras y micrófonos, pero ella insiste en tener a sus más cercanos a un lado: el Senador Alexander López y Carlos Rosero, de quien dice: “me enseñó a reconocerme como una mujer negra, a sentir orgullo de mi negrura y a sentir orgullo de nuestro pueblo negro”. A los colegas les mueve el encuadre, pero ni modo. Hay que empezar, porque además el tiempo se nos escurre entre los dedos.

Y así como no quiso dar la entrevista sin sus compañeros, lo primero que deja en claro es que su lucha no es sólo de ella: “no empezó conmigo, empezó con mis abuelos y abuelas hace muchos años, desde que nos trajeron a este continente en condición de esclavitud. Desde ahí mi pueblo ha estado luchando por libertad y por dignidad”. Francia Márquez trae tatuada en la frente la palabra colectividad. “Es la lucha de los pueblos colombianos, de los movimientos sociales que históricamente han querido un cambio en este país pero que los han matado por eso”, dice.

Habla también, por supuesto, de las mujeres, de sus ancestras y de sus descendientes: “representamos las voces de las abuelas que quisieron un cambio para este país; muchas se murieron esperando el cambio, otras ahora dicen: pensé que me iba a morir y no iba a llegar a ver el cambio, así que estamos aquí en una lucha por la dignidad y la justicia de nuestro pueblo”.

En este país, continúa, en el que a pesar de que 52 por ciento de la población son mujeres, el feminicidio, la violencia de género no dan tregua.

La cuenta regresiva está llegando a su fin. Las últimas encuestas (antes de la veda electoral) posicionaron a la fórmula Petro-Márquez con una ventaja insalvable con respecto a los números del contendiente más cercano (Federico Gutiérrez “Fico”, el candidato de la opción de la derecha Equipo por Colombia): 40 por ciento contra 24 por ciento.

Hay una tercera propuesta, todavía más lejos en la intención de voto, la de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, con Rodolfo Hernández Suárez para la presidencia. En los cálculos más optimistas apenas llegó al 18 por ciento. Francia está emocionada, nerviosa. “Hay mucho hormigueo a esta hora en el estómago”, dice, pero también el desafío de poder hacerlo bien.

La defensa del territorio, otra de sus propuestas, tendrá que pasar necesariamente por un cambio en el modelo de extracción.

–¿Cómo se hará esa transformación?, pregunta Heriberto Paredes.

–Vamos a transformar un modelo de desarrollo por el cual esclavizaron a mi pueblo. A la gente negra que trajeron a América Latina, y sobre todo a Colombia, la trajeron para trabajar en las haciendas esclavistas y en las minas esclavistas. El modelo económico extractivista que esclavizó a mis abuelos y abuelas. Transformar ese modelo es el camino hacia la libertad”, dice. Está convencida de que “la política hegemónica, patriarcal, neoliberal, que vio el territorio como un espacio de riqueza acumulativa basada en un modelo extractivista” es la causa de las marcadas desigualdades no sólo en Colombia sino en todo el mundo.

Casi ha llegado el momento de concluir la entrevista. El equipo de Francia Márquez nos advierte que nos queda una sola pregunta. Entonces Alina Duarte le cuestiona cómo se puede entender su lema (Vivir sabroso) fuera de Colombia: “Ha sido para nuestro pueblo vivir en comunidad, vivir en una construcción colectiva de vernos como familia extensa, vivir con la naturaleza reconociendo que somos parte de ella y en armonía. Si nosotros como pueblo establecimos reglas de relacionamiento con la naturaleza, Vivir sabroso es parar la guerra en este país, es vivir sin miedo, es que las mujeres no tengamos miedo de ir la esquina porque sentimos que nos van a violar o que nos van a matar. Que a los jóvenes no le saquen los ojos por reclamar educación en este país. Vivir sin miedo es vivir con derechos, es vivir en paz, es vivir con alegría”.

Y Francia Márquez se va como llegó: flanqueada por Alexander López y Carlos Rosero, y rodeada por una nube de personas, mujeres y hombres, que le piden una foto, un abrazo, un apretón de manos.

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