Billie Eilish asegura que es realmente “agotador” convivir con el síndrome de Tourette por las constantes burlas de las demás personas.
Por Débora Paz
Ciudad de México, 25 de mayo (AS México).- Billie Eilish continúa con su ardua labor de dar mayor visibilidad a los problemas de salud mental y a trastornos a los que ella misma ha tenido que enfrentarse a lo largo de su vida. Entre ellos, el síndrome de Tourette que le fue diagnosticado con tan solo once años que le causa movimientos repetitivos y sonidos incontrolables. “Siempre tenía tiritas en las muñecas. Me encerraba en el baño y me autolesionaba porque creía que me lo merecía”, llegó a decir a principios del pasado año en el documental El mundo está un poco borroso de Apple TV.
En su última aparición en el programa de entrevistas de Netflix, No necesitan presentación, la artista de 20 años ha abordado nuevamente este tema en una profunda conversación con David Letterman. “Estoy muy feliz de hablar sobre esto”, ha comenzado diciendo. Billie Eilish asegura que es realmente “agotador” convivir con el síndrome de Tourette por las constantes burlas de las demás personas. “La reacción más común de la gente es reírse porque creen que estoy tratando de ser graciosa. Piensan que es un movimiento divertido y se ríen”, añade. La cantante confiesa que siempre se siente “increíblemente ofendida por ello”.
Si bien asegura que a día de hoy sus movimientos involuntarios han ido disminuyendo, todavía los padece. “Nunca dejo de tener tics. Los que tengo constantemente, durante todo el día, son: muevo la oreja de un lado a otro, levanto la ceja, chasqueo la mandíbula, flexiono los brazos, los músculos…”, enumera. “Son cosas que nunca notarías si solo tuvieras una conversación conmigo, pero para mí son agotadores”, se lamenta.
Billie Eilish cuenta que el síndrome de Tourette es un trastorno que sufren muchas más personas de las que se cree. “Nunca imaginarías toda la gente que lo padece”, le dice a David Latterman en referencia a otros conocidos artistas que lo sufren, pero de los que prefiere no dar sus nombres por respeto. “Ellos no quieren hablar públicamente de ello”, dice la joven.