El perro fue visto en numerosas ocasiones, pero nunca se dejaba atrapar, e incluso llegó a encontrarse con su dueño semanas antes de de ser recuperado.
Ciudad de México, 25 de abril (AS).- El pasado 7 de enero de 2022 un residente del pueblo francés Monteferrand-en-Périgord prestó su perro Obi, de la raza lagotto romagnolo, a un amigo para un apareamiento. Dos días más tarde, el dueño de Obi, Jean-Louis, recibió una llamada de su amigo con las peores noticias: Obi se había escapado y se desconocía su paradero, según informa La Dépêche du Midi.
Jean-Louis se puso manos a la obra rápidamente: publicó anuncios y colocó carteles por las calles anunciando la desparición de su perro. Obi fue visto varias veces antes de que pudiera reencontrarse con su dueño y llegó a ser atropellado por un coche el 24 de enero. Sobrevivió al accidente, y Jean-Louis se encontró con él semanas antes de poder recuperarlo: “Lo vi el 3 de marzo con otros perros pero se escapó de mí. Puede que no me hubiese reconocido”, contó para el medio regional.
A pesar de la intensa búsqueda que se hizo del perro, Jean-Louis no conseguía encontrar a su perro. Las personas que se cruzaban con él trataron de capturarlo, pero el perro siempre salía huyendo.
EL PERRO PASÓ TODAS LAS PRUEBAS MÉDICAS AL VOLVER A CASA
Después de tres meses y un viaje de más de 150 kilómetros, Obi y Jean-Louis se reencontraron. El 9 de abril el perro fue encontrado por el presidente de la asociación Cœur à 4 pattes. Este le ofreció algo de comida y el animal aceptó, siendo capturado por el hombre, que devolvió el perro a su dueño. Obi pasó sin problema los exámenes médicos oportunos.
«Estaba acompañado por un amigo, no podía conducir, por lo que se conmovió», cuenta sobre el reencuentro Marie Delong, la exnovia de Jean-Louis. «Inmediatamente, cuando se vieron, Obi se arrojó a sus brazos. Desde entonces, llora en cuanto Jean-Louis lo deja solo aunque sea por un momento», concluye.