El académico de la IBERO consideró que el programa de pensiones para adultos mayores en México enfrenta tres riesgos: no es sustentable, incentiva el empleo informal y presenta fallas de implementación.
Por Brenda Macías
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).– La Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores del Gobierno federal enfrenta tres riesgos: no es sustentable, incentiva el empleo informal y presenta fallas de implementación, alertó el doctor Ricardo Velázquez Leyer, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO.
El académico de la IBERO informó que la revista científica Social Indicators Research publicó el artículo "Food Well-Being in Older Adults: Effects of a Universal. Non-contributory Pension in Mexico".
Derivado del artículo científico de alto factor de impacto en el área multidisciplinar, el académico compartió con la audiencia del canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado de la IBERO, los riesgos a los que se enfrenta en el mediano y el largo plazo este programa de pensión universal no contributiva:
CARECE DE SUSTENTABILIDAD
Los programas sociales de transferencia no contributivos carecen de fuente de financiamiento.
El académico precisó que el programa se está llevando un porcentaje que afecta cualquier apoyo que beneficie a otros grupos de la población. Hay que planear, definir y decidir de dónde va a salir el dinero para dar continuidad a este programa sin menoscabo de otros. Las necesidades presupuestales seguirán creciendo porque la población sigue envejeciendo a tasas aceleradas a nivel mundial.
DESINCENTIVA LA FORMALIZACIÓN DEL MERCADO LABORAL
El profesor advierte que este programa trae efectos negativos en la formalización del trabajo porque los empleadores(as) se podrían cuestionar ¿para qué inscribo a mis trabajadores al IMSS o al ISSSTE si al final el gobierno entregará una pensión? O los empleados(a) pensarán: ¿para qué sirve contribuir a un programa de pensiones como el IMSS o ISSSTE si al final se me entregará una pensión asistencial?
DEFICIENCIAS EN LA IMPLEMENTACIÓN
De acuerdo con las pesquisas del académico, el programa operaba muy bien al inicio, pero conforme avanza el tiempo existen evidencias que no todas las personas están recibiendo la pensión. Aunque su diseño es universal, en la práctica se está descuidando a las personas que requieren el apoyo.
El académico propone buscar una reforma fiscal para aumentar la recaudación de impuestos y una reforma a las pensiones contributivas para reforzarlas e incentivar su acceso.
Las pensiones contributivas requieren de reformas porque son las únicas que realmente ofrecen una protección a las personas. El monto está vinculado a los ingresos que las personas tuvieron a lo largo de su vida laboral; logran mantener mejor niveles de vida de la población y se adaptan de acuerdo al salario. En cambio, las pensiones no contributivas son montos iguales para todas y todos sin importar el salario o los ingresos que las personas hayan tenido en su vida laboral, precisó.
La pensión no contributiva, es decir, que quien recibe el beneficio no aporta ningún tipo de cuota, es una de las pensiones más importantes, no solo del Gobierno federal actual, sino de los gobiernos federales desde principios del siglo XX. Es un triunfo de la democracia y la competencia electoral, sin duda, destacó el académico.
Fue en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México que comenzó este programa, luego fue ampliado por Vicente Fox Quesada, continuó con Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto hasta convertirse en una pensión universal para personas adultas mayores en 2018, sin importar que éstas tuvieran o no pensión contributiva.
“Es algo muy sano, la democracia funciona para ampliar los proyectos sociales a grupos excluidos”, expresó el académico. Sin embargo, destacó, es necesario analizar y atender los riesgos para sostener el programa en el futuro y trascender los sexenios.
El "Food Well-Being in Older Adults: Effects of a Universal. Non-contributory Pension in Mexico" –que detonó la reflexión del académico– fue escrito en coautoría con el doctor Óscar Martínez, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO, y la doctora Araceli Martínez López, del Colegio de Postgraduados.