México
Zeta

Apocalipsis que todos ven

Transnacionales echan químicos y excremento al Río Tijuana. Y nadie mueve un dedo

21/04/2022 - 12:05 am

Las empresas descargan aguas llenas de tóxicos químicos a colonias aledañas, donde familias padecen los efectos al contraer enfermedades como tifoidea, hongos en la piel y padecimientos respiratorios.

Por Adelina Pazos, Isabel Mercado, Eduardo Jaramillo y Marco Tulio Castro

Reportaje producido con apoyo del Proyecto Piloto de Periodismo de Investigación de la UNESCO (PPAPI 2021)

Tijuana, 21 de abril (ZETA).– Aguas con excremento y residuos industriales de fábricas trasnacionales atraviesan decenas de barrios de Tijuana por ríos y arroyos, dejando enfermedades y contaminación.

Estas aguas negras con químicos que las fábricas tiran clandestinamente, mantienen a familias con padecimientos respiratorios, hongos en la piel y en algunos casos, con tifoidea.

Sus problemas de salud son tan viejos como sus reclamos, que no han servido para que las trasnacionales dejen de tirar sus desechos a los ríos y arroyos que cruzan la ciudad.

Vecinos de dos parques industriales denunciaron durante esta investigación que las aguas vertidas por fábricas incrementan por las madrugadas, y médicos que los han atendido les recomendaron alejarse de esos cauces.

Por la colonia Chula Vista pasa un arroyo de agua contaminada proveniente del Parque Industrial Pacifico, vecinos del lugar dicen que dicha agua lleva corriendo más de siete años. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

Los derrames clandestinos identificados como “más graves” por la autoridad del agua en Baja California, provienen del Parque Industrial Pacífico, y de Prime Wheel, una fábrica en el parque Ciudad Industrial que produce rines de aluminio para marcas como Ford y Chrysler.

Construido en los años 80, el drenaje del Parque Industrial Pacífico atiende a más de 50 fábricas, pero está colapsado, y el agua usada para hacer desde pinturas hasta componentes aeroespaciales, se desborda de sus tuberías y corre sin control entre colonias.

A ese caudal se añade el excremento de unos 23 mil empleados y desechos tóxicos del parque, que viajan ocho kilómetros entre barrios, dejando a su paso metales pesados como cobre o níquel, según estudios binacionales públicos.

“Tengo una niña de cuatro años y es la más propensa, la tenemos que llevar a cada rato al médico porque se enferma de sus vías respiratorias”, dijo Jorge López, de la colonia Chula Vista.

Frente a su casa corre el arroyo de las fábricas y dijo que desde que se mudó, iniciaron los problemas de su hija.

A las faldas de fábricas, tres niñas y su mamá cruzan un cauce de aguas contaminadas que desembocan en el arroyo Alamar, y después al Río Tijuana. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

En la colonia Aguaje de la Tuna II, la situación no es mejor.

“Hay veces que no se puede ni estar fuera por la peste”, compartió Silvia Elena Yocupicio, vecina que desarrolló asma y ampollas en la piel.

También su hijo padeció enfermedades respiratorias al mudarse, hace 20 años.

Un vecino de los Yocupicio construyó un puente de madera para que los habitantes cruzaran el arroyo, porque si se mojaban, con esa agua se enfermaban.

Jesús Segura tiene años padeciendo hongos en la piel. “Tengo mucha comezón y ardor en la cabeza, la ingle, las manos. Se pone rojo, me salen escamas”, dijo el señor de 66 años.

El barrio se quedó con un puente, y don Jesús, con la micosis en el cuerpo.

Una tubería que sale de una fábrica de Prime Wheel en Tijuana descarga agua que se cuela al drenaje por un corte de concreto en el piso para que se filtre a la red en forma ilegal. Foto: Marco Tulio Castro, Zeta.

AGUA DAÑINA DE LAS FÁBRICAS AL MAR

Las aguas contaminadas que tiran Prime Wheel y el Parque Industrial Pacífico llegan desde zonas distintas de la ciudad a las playas de Tijuana y de Estados Unidos, a través del Arroyo Alamar y el Río Tijuana.

Y aunque es típico que en México las autoridades digan que las playas son aptas para bañistas, al sur de California no piensan igual.

De 2015 a marzo de este año, el Condado de San Diego ha ordenado 187 veces cerrar sus playas por contaminación del Río Tijuana, según datos del Departamento de Salud y Calidad Ambiental de San Diego, California.

El temor de las autoridades norteamericanas es fundado: dos muestreos científicos en pluviales que conectan al Río Tijuana detectaron en 2019 la bacteria que produce cólera, enfermedad diarreica que puede ser mortal, de acuerdo al estudio binacional.

México hace algunos esfuerzos para que la contaminación del Río Tijuana no llegue al océano: bombean el agua del Río Tijuana, a una vieja planta tratadora de gobierno, que apenas limpia el 70 por ciento de lo que recibe, por falta de mantenimiento.

En temporada sin lluvias, el agua que corre por el río Tijuana es bombeada a la planta San Antonio de los
Buenos, operada por el gobierno de Baja California, para ser tratada y arrojada al mar. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

Pero luego la descarga al mar.

Y en días de lluvia, las autoridades dejan que el caudal siga sin ningún tratamiento hasta Estados Unidos, donde desemboca en el Pacífico.

Todos saben de estas descargas clandestinas de las fábricas. Autoridades internacionales, según estudios públicos. Vecinos de las fábricas que viven enfermos. Directivos del Parque Industrial Pacífico, que desde los años noventa no reparan su drenaje. Funcionarios de Prime Wheel, que trataron de evitar esta investigación.

Y autoridades del agua, que mostraron las descargas clandestinas para este reportaje.

Todos saben, pero las aguas escurren día y noche, desde hace años.

Dos secciones del viejo drenaje del Parque Industrial son privadas, por eso el Gobierno no las repara. “No han entregado su drenaje”, reconoció Gilberto Contreras, del Departamento de Inspección de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT).

Este parque es el segundo más grande de Tijuana, con unas 50 fábricas y 23 mil empleados, estimó Elizabeth Hernández, quien dirige una publicación especializada en maquiladoras.

La red interna de drenaje del Parque Industrial Pacifico se encuentra colapsada por falta de mantenimiento. Las aguas industriales y sanitarias se mezclan y terminan en el Río Tijuana. Foto: vía Zeta.

Para que la CESPT reciba el drenaje de las secciones 3 y 4 del parque, la empresa propietaria, llamada Atisa, debe entregarlas sin fallas.

“Claro que lo queremos entregar, [pero] cada vez piden más cosas”, respondió por mensajería telefónica Rafael Carrillo, fundador de Atisa.

Según la última minuta entre CESPT y Atisa sobre el drenaje de estas secciones del parque, la empresa tiene autorizados sus proyectos, pero no quiere terminar la inversión autorizada.

“La infraestructura que se está pidiendo se realice para el adecuado funcionamiento del sistema no es necesaria, ya que se tienen años trabajando sin ese complemento, y es una inversión considerable que Atisa piensa que no es necesaria”, dice la minuta.

Pero sí es necesaria, según pudo verse durante esta investigación.

Al menos tres alcantarillas del parque estaban desbordadas durante un recorrido hecho en diciembre de 2021. En marzo de 2022, los escurrimientos continuaban.

De una escurría agua y excremento que ya había zanjado la calle. De otra salía un líquido blanco y excremento que terminaba en el sistema pluvial. Y de otra, una cascada de excremento que caía a un cañón y cruzaba las colonias Aguaje de la Tuna II y Chula Vista, hasta llegar al Río Tijuana.

Vista panorámica del Parque Industrial Pacífico en Tijuana, donde hay unas 60 fábricas instaladas, muchas de ellas transnacionales. Foto: Eduardo Jaramilo, Zeta.

“No sabemos qué tipo de agua nos tiran, qué contaminantes trae”, admitió el inspector de la CESPT que realiza muestreos esporádicos en esas descargas.

“La vigilancia es uno de los grandes problemas”, dijo la activista Margarita Díaz, del Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental.

Un estudio de 2019 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), reveló que el agua que corre por el Río Tijuana y termina en el Océano Pacífico, contiene cobre, níquel y zinc, metales tóxicos para la salud.

“Las descargas sin control que hacen las industrias agravan el contenido bacteriológico de las aguas”, admitió Roberto Espinoza, representante de la CILA en Tijuana, sobre ese poderoso sector económico.

En Baja California, las fábricas emplean a 378 mil personas (la Gobernadora Marina del Pilar Avila Olmeda ganó con 542 mil votos), según datos públicos. Y en 2021, generaron más de siete mil millones de dólares (el presupuesto del Gobierno estatal fue de 2 mil 800 millones en 2021).

Pero esa bonanza ha sido a costa del medio ambiente y la salud pública, en un ambiente con pocos castigos.

De 2010 a la fecha, 44 fábricas en Tijuana fueron multadas por tirar aguas contaminadas al Río Tijuana, según datos de la CESPT y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Al este de la ciudad, sobre la vialidad principal del Parque Industrial Pacífico que alberga decenas de fábricas, un escurrimiento irregular de químicos que había sucedido en días anteriores, deja pintada la calle. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

EL SUCIO SILENCIO DE PRIME WHEEL

En el Parque Ciudad Industrial, cercano a Estados Unidos, hay otras fábricas que contaminan el agua del Arroyo Alamar.

En dos plantas de Prime Wheel que producen rines de aluminio para marcas como Ford y General Motors, se observaron dos descargas ilegales durante un recorrido para este reportaje.

Prime Wheel está a metros de cientos de viviendas del Ejido Chilpancingo, y sus aguas atraviesan a cielo abierto varios terrenos habitados por familias.

Un tubo que salía de la trasnacional descargaba agua cristalina que corría a cielo abierto y entraba al drenaje porque habían quebrado el piso, pudo verse en un recorrido.

Un funcionario de la CESPT confirmó que era una conexión clandestina.

Tres empleados de Prime Wheel alegaron que la empresa era propietaria del sistema pluvial que pasa junto a sus fábricas, pero éste pertenece a la ciudad. Otro escurrimiento de Prime Wheel salía de su fábrica y se colaba al sistema pluvial. Un tercer derrame fue denunciado por vecinos de la trasnacional.

Dijeron que esa fábrica descarga agua amarilla por las faldas de un cerro, unas tres veces al mes y termina en un pluvial.

Una cascada de aguas contaminadas provenientes del Parque Industrial Pacífico y colonias aledañas, corre aguas abajo hacia la compuerta 10 del Río Tijuana. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

“Tiene un olor, no te voy a decir feo, pero es un olor raro, a químico”, expuso Claudia Angélica Prieto, de 52 años, vecina de la fábrica.

Todos esos líquidos no supervisados corren junto a casas del ejido hasta llegar al Arroyo Alamar, que confluye con el Río Tijuana.

Claudia Angélica dijo estar enferma de las vías respiratorias y huesos, por vivir cerca del agua que derrama Prime Wheel y los vapores que expulsa la fábrica.

La salud de su esposo y su hija también se complicó hace un año, él presenta irritación en la piel, y ella problemas respiratorios tras inhalar los vapores de Prime Wheel, de acuerdo a un diagnóstico médico.

“Es como un fantasma. No sabemos de qué se va a morir la gente”, expresó María Magdalena Cerda Báez, representante del Colectivo Salud y Justicia Ambiental.

Prime Wheel funde lingotes de aluminio y emplea agua para enfriar y lavar unos 33 mil rines al mes, de acuerdo al proyecto de impacto ambiental que presentó al gobierno en 2017.

En su página web, la trasnacional promueve políticas para proteger al medio ambiente… en Estados Unidos: “Prime Wheel ha lanzado un Sistema de Gestión Ambiental basado en los estrictos requisitos de la certificación ISO 14001 en sus dos instalaciones del sur de California”.

En un día de noviembre, sin lluvias, la compuerta 10 escurre las aguas contaminadas al Río Tijuana que llegan desde el Parque Industrial Pacífico y colonia aledañas. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

Esta política corporativa no evita que sus descargas clandestinas en Tijuana lleguen a las costas de Estados Unidos.

“Pasan por toda la comunidad a cielo abierto y terminan en el mar, y este las lleva finalmente a las playas de Imperial Beach”, indicó María Magdalena, con más de veinte años de activismo.

De hecho, la investigación de la CILA detectó “niveles preocupantes” de metales pesados en el Río Tijuana y en el Arroyo Alamar, “concentraciones altas” de amoniaco.

Vecinos afectados dijeron que hace años, funcionarios de Prime Wheel visitaron sus casas con la intención de comprar sus terrenos.

“Venían comprando sólo los terrenos por los que corren sus aguas”, dijo la arquitecta Fabiola Barrios, quien recibió una oferta. Su terreno lo divide el cauce de aguas que viene desde las fábricas, y es el último antes del Arroyo Alamar.

Su esposo, Alberto Hernández, criador de gallos sementales, comentó que hace dos años aumentaron las descargas de agua, y sus animales empezaron a morir. “Es espumosa, amarilla y a veces negra, con olor a químicos”, reveló Hernández, de 31 años.

Después que la empresa no recibió respuesta de la familia Barrios para vender su terreno, los empleados instalaron una tubería en una alcantarilla, a espaldas de su casa.

Esa alcantarilla tiene años colapsada y el agua que se fuga termina en el Alamar. En abril de 2022, la fuga seguía.

Una investigación binacional de la Comisión Internacional de Límites y Aguas concluyó que las aguas del Río Tijuana cargan metales pesados por encima de lo permitido y se han detectado bacterias que causan el cólera, que produce la muerte, y norovirus, que causa envenenamiento. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

A otro vecino, los empleados de Prime Wheel le prometieron encauzar el arroyo que corre por su terreno. Pero a don José García, de 63 años, Prime Wheel no le cumplió. Cansado de esperar y para evitar el desbordamiento de las aguas en su terreno habitado por treinta inquilinos y familiares, él mismo remozó el arroyo.

“En la noche, como está oscuro y saben que uno está dormido, aprovechan para aventar el agua, yo la he visto, he salido a mirar cómo corre el agua”, dijo.

Con la llegada de la fábrica de rines, incrementaron los escurrimientos “desde amarillo hasta negro, pasando por azul y rojo”.

“Yo sé que le va a afectar tarde o temprano al bebé”, afirmó Guadalupe Luján, otra vecina de la calle Guadalupe Victoria, del Ejido Chilpancingo, refiriéndose a su nieta recién nacida que junto a su hija, viven con ella.

“Parece que tengo el drenaje dentro de la casa”, aseguró sobre las aguas que escurren de la alcantarilla donde los trabajadores de Prime Wheel conectaron la tubería.

Prime Wheel no respondió a múltiples solicitudes de entrevista hechas vía telefónica y correo electrónico.

Imagen satelital tomada en 2001 a la planta San Antonio de los Buenos. En las lagunas se observan líneas blancas, producto del aire que se inyecta como parte del tratamiento del agua. Foto: Google Earth.
Imagen satelital tomada en 2020 a la planta San Antonio de los Buenos. Se observa que no inyectan aire, técnica para activar microorganismos que purifican el agua antes de ser arrojada al Pacífico. Foto: Google Earth.

Mientras las fábricas contaminan, la ciudad enfrenta otros retos.

Tijuana no tiene suficientes fuentes de agua dulce y el gobierno la bombea 125 kilómetros desde el Río Colorado, en Mexicali.

“El acuífero que tenemos está contaminado”, dijo Vicente Sánchez, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef).

Las leyes locales ordenan a las fábricas tener plantas de tratamiento de agua, y pagar por los excedentes que no puedan limpiar, para que el Gobierno lo haga. Pero es un desafío financiero.

“Nos hemos quedado atrás”, opinó Espinoza, de la CILA, sobre la infraestructura de saneamiento.

La planta de San Antonio de los Buenos, la más grande, debe sustituirse, dice la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en un informe de 2020.

En noviembre pasado, el Congreso de Estados Unidos programó 300 millones de dólares para construir una nueva planta en San Antonio de los Buenos, y otras obras de saneamiento.

Una de las lagunas de oxidación en San Antonio de los Buenos en 2021 luce sin recibir aire, indispensable en el proceso de tratamiento. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

Otro problema es la falta de vigilancia. La CESPT sólo cuenta con seis personas para vigilar más de tres mil 100 cuentas industriales de agua.

Fábricas que contaminan, poca vigilancia y escaso tratamiento de aguas, hacen que el río y el mar sean foco de infección.

Algunos surfistas que practican este deporte en las playas de Tijuana, al entrar en contacto con el mar, se enferman de tifoidea, que provoca fiebres altas y diarrea.

Iván Flores, de 43 años, se ha infectado con la bacteria salmonelosis que produce tifoidea, después de surfear en Tijuana.

“Ya son cinco veces desde el 2011 hasta ahorita (…) Cada vez me he hecho análisis y todo sale positivo. Aguas residuales, es lo que me ha dicho el doctor”, dijo Flores.

Un surfista camina hacia la arena en Playas de Rosarito. Esa mañana compartió olas con Iván Flores, que se ha enfermado cinco veces de tifoidea. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

De acuerdo a la Secretaría de Salud de Baja California, 102 personas  se han infectado con la bacteria salmonelosis en la costa del estado, desde 2015 a la fecha.

Eliot Hernández, instructor de la Escuela de Surf Tijuana, ha visto a alumnos enfermarse después de entrar al mar. “Tienen diarrea durante dos o tres días y deshidratación”.

Él mismo ha sido víctima: “Una de las malas rachas que me tocó a mí, fue enfermarme de diarrea, vómito y pérdida de la noción del tiempo”.

El estudio de la CILA sobre la calidad del agua también reveló la presencia de norovirus, sumamente contagioso y que causa síntomas de envenenamiento.

“Te toca ver las heces fecales o cualquier otro desperdicio humano en esta área flotando”, apuntó Eliot sobre las playas de Tijuana.

Los surfistas prefieren viajar al sur de Baja California para alejarse de las descargas de la planta de tratamiento San Antonio de los Buenos. “Lo recomendable es surfear de Rosarito hacia Ensenada”, sugirió Iván Flores.

La desembocadura de la planta San Antonio de los Buenos es un punto de donde los surfistas se alejan por temor a enfermarse. Foto: Eduardo Jaramillo, Zeta.

Ellos monitorean dónde surfear con el uso de aplicaciones que pronostican corrientes y oleajes, aunque no siempre son garantía.

“Te vas lejos y, cuando llegas a Rosarito o Ensenada, te topas con lo mismo o peores cosas”, declaró Eliot.

Y eso pasa porque las aguas negras escurren día y noche, desde hace años, sin solución.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ZETA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

ZETA
El semanario Zeta de Tijuana es la institución periodística con más prestigio, credibilidad y confianza de los lectores del noroeste del País. Información, reportajes, artículos y crónicas, producto de la investigación, el análisis y la opinión de los principales actores políticos, sociales y económicos.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas