Atlas extendió el contrato hasta el año 2026 del portero colombiano que fue pieza clave del título de Primera División; Vargas esta a punto de cumplir 100 partidos con la camiseta de los Rojinegros.
Por César Huerta
Ciudad de México, 5 de abril (ASMéxico).- Con su llegada a México, comenzaba la primera aventura fuera del país que le vio nacer. Ahora, Camilo Vargas ha tocado la gloria con la camiseta del Atlas, pues fue un pilar en el título que rompió la sequía de 70 años sin un campeonato de Primera División. El portero colombiano no se conforma con eso. Asegura que la renovación de su contrato hasta 2026 es una motivación y quiere seguir haciendo historia con la camiseta de los "Zorros".
“Sin duda una inmensa bendición para mí y para mi familia. El poder estar acá y representar estos colores es demasiado gratificante. Tengo mucho compromiso, desde el primer día que llegué me han hecho sentir como en mi casa, como en mi país, me han acogido, a mi familia y a mí, de una manera excepcional. Eso hace que como jugador te sientas pleno, que tengas el compromiso y ambición de generar esta clase de hitos o de argumentos futbolísticos para seguir continuando en el club”, explicó el guardameta del Atlas.
“Hoy con la extensión del contrato es una motivación para mí, con muchísimo mayor compromiso para lo que viene. Como siempre lo he manifestado desde el día en que llegué, queremos seguir haciendo historia. Si bien fue todo muy lindo lo qué pasó aquel 12 de diciembre, hoy estamos disputando otra copa, tenemos la posibilidad de pelear un torneo internacional", continúo.
"Entonces, esa es mi meta y seguramente la de muchos de mis compañeros, seguir quedando en la historia del club, plasmar una historia de éxitos, de triunfos. Muy contento y muy agradecido con la afición, con la directiva, con mis compañeros, porque también son parte de que esto se pueda lograr. Agradecido con Dios por estar acá hasta el 2026″, añadió Camilo Vargas.
Hoy valora todo lo que le ha tocado vivir con Atlas. “Si bien hoy se recuerda mucho quizá el torneo del campeonato, creo que los torneos anteriores también marcaron cosas importantes para mí. Quizá esos momentos no tan buenos que pasamos en algún momento hacían que cada triunfo, que cada logro se fuera valorando un poco más. Empezamos a creer en que lo podíamos hacer, los resultados se fueron dando y con el transcurso de los partidos nos dimos cuenta que podíamos ser capaces de marcar historia en este club”, relató el guardameta.
Y el título se quedó para siempre en su recuerdo. “Sin duda fue algo que marcará mi vida. Es una historia muy linda, personal, porque después de pasar la serie con Monterrey, que fue un rival muy difícil, que pudimos contribuir un poco para poder avanzar, llega la situación con Pumas en el partido de Ida, que puedo ayudar al equipo para sacar una ventaja y en el de Vuelta, quizá no estuve para apoyar, sino que en ese momento un error me marca y ponemos en riesgo la clasificación a la Final. Entonces, sin duda que para uno como portero, esas cosas te hacen madurar, te hacen crecer, te hacen valorar muchas cosas. Muy pegado a mi familia, a Dios, aprovechando cada minuto que tenía, cada oportunidad. Estábamos viviendo una etapa muy linda que era estar en una Liguilla, estar en una Semifinal y poder disputar una tan anhelada Final para este club”, detalló.
Incluso hay una anécdota de esa definición del título en penales ante León que siempre le hace sonreír. “Fue algo muy momentáneo, muy espontáneo, tengo el recuerdo cuando creo que atajo el quinto penalti, no era muy consciente de cuántos penaltis venían, no era muy consciente de la cuenta del número de pateadores. Estaba muy concentrado en lo que venía, lo que pasaba y cuando llego al lugar donde los jueces me dicen, volteo a ver que viene caminando Julio".
"Cuando viene caminando Julio yo decía ‘pero por qué va a patear Julio, si Julio es nuestro quinto pateador’. Justamente los chicos, los baloneros que son de las inferiores del club me les acerco y pregunto qué penalti iba, porque si Julio era nuestro mejor pateador, el número cinco, significaba que si lo hacía, pues éramos campeones. Entonces les pregunto qué penalti era y ellos me dicen que era el último, que si Julio lo mete éramos. Le pregunto como ‘¿si lo mete somos campeones, si lo mete ganamos?’. Sí. Entonces en ese momento una incertidumbre mayor, todo el nerviosismo al ser el quinto penalti. Gracias a Dios y gloria a Dios porque Julio lo metió y pudimos ganar la copa”, finalizó Camilo Vargas.