El uso del aceite de palma no suele ser declarado de forma clara en el etiquetado de los productos, pese a que se encuentran en alrededor de la mitad de los alimentos procesados que se venden en los supermercados.
Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo).-- La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dio a conocer un estudio de calidad sobre 18 diferentes fórmulas para lactantes que se comercializan en México y reveló que 13 de ellas contienen aceite de palma, el cual no sólo puede causar problemas cardiovasculares, sino que también su cultivo a gran escala contribuye a la deforestación y extinción de flora y fauna.
En el análisis de calidad de la más reciente edición de la Revista del Consumidor (número 542, abril 2022) se estudiaron 16 fórmulas a base de leche de vaca y dos a base de leche de cabra, y aunque todos los productos cumplieron con las normas de la Procuraduría sobre sus ingredientes y formas de etiquetado, 13 de las fórmulas a base de leche de vaca contienen aceite de palma dentro de sus componentes.
La Profeco recalcó que, pese a que estos productos cumplen con las normas de fórmulas para lactantes, la calidad sanitaria, contenido neto declarado e información verás, aquellas que contienen aceite de palma pueden no ser la mejor opción para alimentar a los infantes. De acuerdo con el estudio, el aceite de palma se utiliza en uno de cada dos productos que se venden en el supermercado, pero son mayormente declarados como grasa o aceite vegetal o bajo los pseudónimos de aceite de palmiste, grasa vegetal fraccionada e hidrogenada de palmiste y manteca de palmiste.
La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) recordó en 2017 que el boom de Walmart favoreció el ingreso de productos chatarra al país, muchos de ellos fabricados con aceite de palma. En 1993, la primera tienda Walmart Supercenter llegó a México y fue ubicada en la zona oriente de la capital. La cadena se instaló y puso a disposición de los consumidores principalmente alimentos procesados, azucarados, grasosos y con altos contenidos calóricos.
Las 13 fórmulas para lactantes que presentaron aceite de palma dentro de sus ingredientes son:
- SMA Gold.
- Enfamil Premium.
- Frisolac Gold.
- Hipp Organico Combiotic.
- Holle Orgánica (a base de leche de vaca).
- Infacare.
- Natu Baby.
- Nestlé NAN Optimal Pro
- Nestlé Nidal bebé.
- Novamil.
- Novamil AC 1
- Nutrilon Premium +.
- Well Beginnings.
Únicamente las dos fórmulas en polvo a base de leche de cabra –Kabrita y Holle Orgánica– y las fórmulas en polvo a base de leche de vaca Abbot Similac 1, Alpha Pro y NutriBaby Premium no presentaron este ingrediente dentro de su composición.
Para las fórmulas para lactantes en general, la Profeco recomendó no mezclar marcas al momento de su preparación y tampoco cambiar el producto de envase.
Este aceite de palma, según un estudio de la Universidad de Barcelona, contiene un 50 por ciento de grasas saturadas, por lo que su consumo excesivo se considera nocivo para la salud, ya que eleva el colesterol y otros lípidos en la sangre, lo cual se asocia un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Un análisis del 2017 publicado por el diario El País recalcó que autoridades sanitarias de España señalaron que lo "malo" del aceite de palma puede venir de su modo de procesamiento y no que por naturaleza sea dañino para el consumo humano, ya que en las formas de procesarlo resaltaron que hay un carácter genotóxico y carcinogénico de una familia de compuestos denominadas ésteres glicidílicos de ácidos grasos, que se forman por el tratamiento de los aceites vegetales a altas temperaturas (a más de 200ºC). Algo habitual en el caso del aceite de palma, ya que este proceso es necesario para eliminar su marcada apariencia rojiza y mejorar su sabor y olor.
"Serían estos compuestos de nombre impronunciable los que una vez ingeridos se transformarían gracias a nuestro metabolismo en glicidol (o 2,3-epoxi-1-propanol) una sustancia de marcado carácter teratogénico y sobre el que no se puede establecer un nivel de ingesta seguro, en palabras de la jefa del Panel de expertos de la EFSA sobre contaminantes en la cadena alimentaria", destacó el periodista Juan Revenga Franca para El País en su artículo.
Pese a sus daños por el consumo habitual, la industria sigue recurriendo a él por dos motivos principalmente: es muy económico comparado con grasas y aceites de otro origen, además de ser muy versátil. Gracias a su temperatura de fusión, el aceite de palma permanece sólido a temperatura ambiente manteniendo al mismo tiempo una textura sedosa y untuosa, por ello suele usarse con frecuencia en la industria confitera, en parte en coberturas de chocolates, bombones y demás. Sin embargo sí hay productos que lo podrían sustituir, como el aceite de soya, aceites hidrogenados o manteca de coco, pero al no ser tan económicos como los derivados del aceite de palma, se sigue apostando por este último.
Algunos de los productos en los que es más común hallar el uso de aceite de palma y derivados es alimentos instantáneos, helados, salsas, margarinas, galletas, panadería, pizza, chocolates, confitería en general, aperitivos dulces y salados, palitos de pan, etcétera. Revenga Franca señaló en su escrito para El País que las empresas del sector alimentario que más usan este ingrediente son Unilever, Nestlé, Kellogg’s, Burger King, McDonalds, Starbucks o Ferrero.
Algunos de los productos más comunes elaborados con aceite de palma que tienen presencia en México son la crema de cacao Nutella, galletas Oreo, chocolates Ferrero Rocher, chocolates Kinder Bueno y Kinder Sorpresa, chocolates Kit Kat, chocolates Mars (Snickers, M&M’s, Milky Way y Dove, chocolates Twix, bombones de Lindt, leche junior crecimiento de Nestlé, caramelos Sugus, cereales sabor yogur Special K de Kellogg’s, doritos, ruffles, crema de marisco de Knorr, tortellini de queso de Knorr y cereales Nesquik.
Una investigación de 2016 del Institute for Research in Biomedicine (IRB) reveló la relación que existe entre el ácido palmítico –principal componente del aceite de palma– y los procesos de cáncer y metástasis. Para el análisis un grupo de científicos trató un tumor oral durante un par de días con ácido palmítico y después fue inyectado en ratones que llevaban una dieta normal. Una vez inoculado en el animal, ese tumor pasaba de una frecuencia metastática del 50 por ciento al 100 por ciento, es decir, todos los ratones desarrollaban metástasis.
IMPLICACIÓN MEDIOAMBIENTAL
Además de los problemas a la salud, el aceite de palma también afecta al medio ambiente. Paulina Bermúdez, de Proyecto Gran Simio señaló que el 85 por ciento del aceite de palma que se consume alrededor del mundo proviene de Indonesia y Malasia, donde orangutanes y otras especies son desplazadas y asesinadas para dar paso a monocultivos de palma.
En septiembre de 2013, Greenpeace Internacional publicó un informe en el que reveló que el sector del aceite de palma fue el principal causante de la deforestación en Indonesia entre 2009 y 2011, lo cual representa una cuarta parte de la pérdida de bosques en aquel país durante dicho periodo.
En la Revista del Consumidor de septiembre de 2019, la Profeco alertó que debido a que la palma sólo crece en zonas tropicales, su cultivo intensivo en Indonesia y Malasia ha provocado la destrucción de grandes bosques tropicales al mismo tiempo que incrementa las emisiones de CO2, erosiona y empobrece el suelo de la región y contaminando por el uso de pesticidas y abonos industriales.
Pese a los daños, prohibir el aceite de palma no conseguiría detener la pérdida de biodiversidad, ya que su cultivo sería reemplazado por otros que también amenazarían la sostenibilidad medioambiental, según un estudio divulgado en junio de 2018 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El informe, titulado Aceite de palma y biodiversidad, afirma que otros cultivos aceiteros necesitan hasta nueve veces más tierra que el de palma, por lo que reemplazarlo por otros podría incrementar significativamente el total de tierras empleadas para producir todo el aceite vegetal necesario para la creciente demanda mundial.
El organismo agregó que entre 1980 y 2014 la producción mundial del aceite de palma se ha multiplicado por quince, de 4.5 millones de toneladas hasta casi 70 millones de toneladas, debido sobre todo a su bajo coste de producción, pero este producto sigue afectando a la biodiversidad mundial, incluyendo 193 especies consideradas como amenazadas (según la Lista Roja de esta organización), y entre las especies que más daño han sufrido estarían orangutanes, gibones y tigres.
Los datos del informe apuntaron que en el mundo existían unos 18.7 millones de hectáreas de este cultivo hasta el 2018 y su demanda se espera que crezca un 1.7 por ciento por año hasta 2050.
Mientras que en Indonesia y Malasia se concentra el 85 por ciento del suministro global de este aceite –en América, los principales productores son Colombia y Ecuador (que continúan la lista de producción global después de los países de Medio Oriente), aunque también se da en Brasil y Nicaragua– el grueso de esta producción es exportado principalmente a países de la Unión Europea, China, India, Estados Unidos, Japón y Pakistán.
De hecho, en América Latina fueron traídas las semillas de palma para comenzar a producir el aceite de igual forma, pero el hecho de traer esta palma a bosques americanos ocasiona que "las plantas que sí son endémicas peligren porque compiten por los nutrientes del suelo, entonces puede traer plagas, y enfermedades para los animales de la región. Provocan un desequilibrio en las especies por la alimentación”, denunció la Fundación Mídete en 2015.
Además, el monocultivo de la palma provoca el desplazamiento de las comunidades, genera desigualdades económicas, y provoca la caza de orangutanes para que éstos no ataquen ni dañen las plantaciones. Para limpiar la selva y plantar la palma, se recurre a la quema, destruyen las selvas, desplazan a los animales, acusaron ambas.
Open Democracy expuso en febrero de 2022 que el aceite de palma que compra Nestlé es a costa del trabajo infantil y del desplazamiento forzado en Brasil. Los habitantes del municipio de Acará, en el noreste del estado de Pará, afirman que la finca Roda de Fogo y la finca Castanheira (pertenecientes a Agropalma, empresa que suministra aceite de palma a Nestlé) ocupan partes del territorio donde vivían las comunidades quilombolas Nossa Senhora da Batalha y Comunidade Santo Antônio y donde vivía el pueblo indígena Tembé, todos expulsados de sus tierras.
Además de los quilombolas y de los indígenas expulsados de sus territorios que viven bajo vigilancia y tienen sus aguas contaminadas, los residentes y pequeños propietarios de las comunidades de la región son utilizados como mano de obra esclava. Según Marques Casara, periodista y director ejecutivo del Instituto Papel Social, organismo especializado en investigar las cadenas de producción, de todas las empresas que operan en la región “Agropalma es la más criminal de todas”. Opera con fraudes, opera con sobornos y opera con contratos inhumanos que conforman el trabajo esclavo. Este es el escenario.
En 2019, a partir de una iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y del Ministerio Público del Trabajo (MPT), Casara realizó un análisis de la cadena de producción del aceite de palma en Pará.
Según él, el trabajo esclavo de los agricultores que suministran aceite de palma a Agropalma tiene su origen en el momento de la llegada de la empresa al Alto Acará, que además de las tierras públicas y las comunidades tradicionales, encontró pequeños agricultores en la región, pero, aunque se argumentó que habría beneficios para los locatarios, esto creó una relación de poder “absolutamente desigual, en la que el agricultor está a merced de la empresa”.
Además, el periodista Casara denunció que el trabajo infantil es una práctica extendida en toda la zona, y en varias empresas dedicadas a la producción de aceite de palma en el noreste de Pará, entre ellas Agropalma: “allí opera un discurso ilegal de que esto forma parte del día a día de las familias. Que los niños sólo van a estar con ellos, que no trabajan”, resaltó.