"Checo", de 32 años, que afronta su duodécima temporada en la F1, fue víctima de la mala suerte ya que se vio perjudicado nada más entrar el boxes por el accidente del canadiense Nicholas Latifi.
Arabia Saudí, 27 de marzo (EFE).- El mexicano Sergio Pérez (Red Bull), que acabó cuarto, después de haber salido desde la "pole" este domingo el Gran Premio de Arabia Saudí, el segundo del Mundial de Fórmula Uno, declaró en el circuito urbano de Yeda que "ha sido una pena, pero" que "hay cosas que no puedes controlar".
"Checo", de 32 años, que afronta su duodécima temporada en la F1 -la segunda como compañero del último campeón del mundo, el neerlandés Max Verstappen, ganador este domingo en Arabia- fue víctima de la mala suerte, ya que se vio perjudicado nada más entrar el boxes por el accidente del canadiense Nicholas Latifi (Williams), que provocó la entrada en pista del coche de seguridad, que chafó las aspiraciones del mexicano, que pasó de haber festejado muy probablemente su tercera victoria en la categoría reina a acabar cuarto, un puesto que le supo a poco.
"Ha sido una pena, pero hay cosas que no puedes controlar. Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer; pero desafortunadamente no fue suficiente para ganar la carrera", comentó al canal de televisión Dazn el bravo piloto tapatío, que además de sus dos victorias cuenta otros trece podios más en la Fórmula Uno.
"Es increíble que sucediese justo en ese momento el accidente de Latifi, porque perdimos la carrera ahí; teníamos la victoria en la bolsa", opinó 'Checo', que admitió que ya tiene ganas de que llegue la próxima prueba, dentro de dos fines de semana: el Gran Premio de Australia, en el circuito semi-urbano de Albert Park, en Melbourne.
"En cualquier caso, me siento contento por el equipo y por Max (Verstappen, su compañero, que este domingo logró su vigésima primera victoria en la categoría reina); sobre todo después de la última carrera", en referencia a la de Baréin de hace siete días, en la que los dos Red Bull, esta vez primero y cuarto, tuvieron que abandonar justo al final de la prueba.