Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) proponen tres ejes de acción frente a la COVID e investigan compuestos para la creación de fármacos accesibles y menos dañinos para otras enfermedades.
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).- Desde que inició la pandemia, la comunidad científica ha buscado medidas para combatir al SARS-CoV-2. En respuesta a la emergencia sanitaria, diversas vacunas y tratamientos han surgido a medida que se conoce más del virus. Entre las instituciones que buscan mejores formas de enfrentar a la COVID se encuentra la UNAM, cuyos investigadores han propuesto tres ejes de acción, informa Gaceta UNAM.
De acuerdo con Enrique Ángeles Anguiano, responsable del Laboratorio de Química Medicinal de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, la pandemia se puede encarar siguiendo estos tres ejes: el reposicionamiento de fármacos, la prueba de compuestos in house (descubiertos en su laboratorio y que forman parte de su colección) y el desarrollo de un compuesto híbrido de doble acción.
Basados en la estructura cuaternaria de la proteína spike y la proteasa Mpro -claves en la entrada del virus al cuerpo y su replicación-, los científicos de la universidad trabajaron en la identificación y el diseño in silico de candidatos inhibidores.
La idea es poner al servicio de la población este proyecto, ofreciendo medicamentos baratos y menos dañinos 🙌 @FESC_UNAM https://t.co/wyv43Aj6c0
— FacultadMedicinaUNAM (@FacMedicinaUNAM) March 24, 2022
Posteriormente, con el hallazgo de que el virus ataca usando la Enzima Convertidora de la Angiotensina (ECA), los expertos de esta casa de estudios descubrieron que muchos compuestos orgánicos con afinidad por la proteasa Mpro cuentan con la funcionalidad amida (un tipo de compuestos orgánicos que se consideran derivados de los ácidos) y buscaron entre sus compuestos in house aquellos que podrían actuar sobre la interacción de spike y la ECA.
«Una vez más, como parte de nuestro arsenal in house, tenemos 20 candidatos que inhiben la proteasa, partiendo de una estructura natural que es el éster feniletílico del ácido cafeíco (CAPE)», destacó Ángeles Anguiano.
Los investigadores proponen estructuras propias para atacar al SARS-CoV-2 y realizan estudios in silico para el reposicionamiento de moléculas. Hasta ahora, han encontrado 30 fármacos viables para tratar la COVID.
RESULTADOS PROMETEDORES
Con el objetivo de avanzar en su investigación, la FES llevó a cabo una colaboración con la Universidad de Montreal, algo «vital» para Ángeles Anguiano, ya que «ellos cuentan con un BL3, algo que no tenemos en la Facultad. Ahí pueden tratarse agentes nativos o exóticos letales con un alto potencial de transmisión. Por esta razón, ahí se pudo evaluar la efectividad de nuestros compuestos candidatos contra el virus».
En dichas instalaciones, los expertos de la UNAM comprobaron la efectividad de su compuesto polifenol LQM322 al disminuir e interferir con la interacción entre spike y la ECA.
De igual forma, cuentan con resultados prometedores de sus compuestos de la familia LQM300 que proponen como inhibidores de replicación de la proteasa Mpro y que presentarán posteriormente en una revista científica.
INVESTIGACIÓN TRASCENDENTAL: EN BUSCA DE FÁRMACOS MÁS EFECTIVOS Y MENOS DAÑINOS
Por otro lado, los investigadores llevan a cabo estudios in silico enfocados al reposicionamiento de moléculas que se encuentran en circulación y se usan para tratar otras enfermedades. Los compuestos diseñados y sintetizados por este grupo de expertos es un trabajo de gran envergadura para la universidad y el país, ya que han demostrado mayor efectividad y menos efectos adversos que los que se comercializan actualmente.
De acuerdo con Ángeles Anguiano, la meta de su equipo es ofrecer fármacos accesibles y menos dañinos a la población, por lo que no buscan patentar sus compuestos, sino colaborar con ONGs y dependencias para costear la fase clínica.
«Tras 43 años de desarrollos científicos me siento muy satisfecho de mostrar nuestros resultados y aportes en beneficio de la comunidad. El siguiente paso es la fase clínica, que representa un gran reto porque es una actividad onerosa. Por ello, seguimos en la búsqueda de alternativas, para que la sociedad se beneficie con nuestro trabajo. Esa es nuestra misión como universitarios», destacó.