La falta de fondos de reembolso gubernamental a hospitales, clínicas y proveedores de servicios de salud afectará a la sociedad estadounidense, creando problemas de acceso para los no asegurados y consecuencias para el resto de la población. El recorte iniciará el próximo 5 de abril.
Por Ricardo Alonso-Zaldívar
WASHINGTON, 23 de marzo (AP).— Con un pedido urgente de fondos trabado en el Congreso, la Administración de Recursos y Servicios de Salud dice que ya no puede cubrir las cuentas médicas para pruebas y tratamientos de la COVID-19 de personas sin seguro y dejará de recibir reclamos el martes a medianoche.
“La falta de fondos para las necesidades de COVID-19 tiene consecuencias reales”, dijo Martin Kramer, vocero del organismo, en un comunicado. “Hemos iniciado un cierre metódico del programa”.
El Programa para los Sin Seguro es una de las primeras víctimas del impasse entre el Congreso y la Casa Blanca sobre el pedido del Gobierno de 22 mil 500 millones de dólares adicionales para hacer frente a la enfermedad. El programa, iniciado durante la presidencia de Donald Trump, reembolsa a hospitales, clínicas, médicos y otros proveedores de servicios para atención de la COVID-19 en personas sin seguro, que suman unos 28 millones.
Kramer dijo que a partir del 5 de abril el programa dejará de aceptar reclamos por gastos de vacunación.
El corte de los fondos federales podría crear problemas de acceso para los no asegurados, así como consecuencias para el resto de la sociedad.
“La COVID es una enfermedad altamente infecciosa, queremos que la gente que cree estar enferma se haga la prueba y reciba tratamiento, no solo por su salud sino también la del resto de la gente”, dijo Larry Levitt, experto en políticas de salud de la Kaiser Family Foundation. “Si la gente no asegurada vacila en atenderse debido al costo, veremos más casos y mayor desigualdad”.