Economía

El hambre que viene

Ucrania y Rusia son un granero. Guerra y embargos no calcularon cuántos comen de él

23/03/2022 - 12:05 am

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha significado menos comida en Somalia, Nigeria, Egipto, Líbano y otros países de África y Asia, aunque los efectos también se empiezan a ver en Europa y América. A un mes de esta guerra, el Fondo Monetario Internacional y la Organización de las Naciones Unidas han alertado que el encarecimiento de alimentos se ha traducido en más hambre en las comunidades rurales más pobres del mundo.

Ciudad de México, 23 de marzo (SinEmbargo).– A medida que se intensifica la guerra entre Rusia y Ucrania, el suministro de comida en Europa, África, Asia y América se encuentra bajo amenaza, ya que estas dos naciones en conflicto son líderes en exportaciones de trigo, maíz y aceite de girasol, lo que convierte a esta área de Europa del Este en el «granero del mundo».

Desde el 24 de febrero, cuando comenzó la guerra, los precios de la gasolina, gas, electricidad y granos se incrementaron, primero por la especulación del mercado, y luego por los efectos del conflicto. Por ejemplo, los agricultores ucranianos se han visto obligados a dejar de atender sus campos mientras millones de personas huyen, combaten o tratan de mantenerse con vida en el país; los puertos han cerrado y no envían trigo y otros alimentos básicos a todo el mundo. Además, Rusia, otra potencia agrícola, ha visto trastocadas sus exportaciones de grano por las sanciones occidentales.

Agricultores cosechan con maquinaria un campo de trigo cerca del poblado de Tbilisskaya, Rusia. Foto: Nariman El-Mofty, AP.

El pasado 9 de marzo, el Gobierno de Ucrania prohibió las exportaciones de trigo, avena y otros alimentos básicos que son cruciales para los suministros globales, como parte de las gestiones de las autoridades para garantizar que puedan alimentar a su pueblo durante la invasión rusa.

Las nuevas reglas para las exportaciones agrícolas prohíben además la exportación de mijo, alforfón, azúcar, ganado vivo, carne y otros “subproductos” del ganado, según un comunicado del Gobierno.

Durante el Seminario Universitario de Culturas del Medio Oriente, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el pasado 17 de marzo, los académicos destacaron que la suspensión de exportaciones en Rusia y Ucrania deriva en una vulnerabilidad para Asia, África y Medio Oriente, e incluso más allá, en el continente americano.

En México, empresas como Bimbo han informado pérdidas por ocho mil millones de pesos por esta causa.

De acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), una cuarta parte de las exportaciones mundiales de trigo provienen de Rusia y Ucrania, además, el 40 por ciento del trigo y el maíz de Ucrania va a África y Oriente Medio, por lo que países en esa región ya están lidiando con problemas de hambre.

Rusia es también el mayor productor de fertilizantes del mundo. Incluso antes del conflicto, los picos en los precios de los fertilizantes el año pasado contribuyeron a un aumento de los precios de los alimentos de alrededor del 30 por ciento.

«Los fertilizantes están sufriendo un incremento considerable al grado de que va a ser muy complicada la producción en la agricultura en los países importadores y México está en esa situación, es un importador neto de fertilizantes, antes los producía, pero las administraciones pasadas cerraron Fertimex y se dejó de producir, hasta este sexenio nuevamente se puso interés, sin embargo importamos un alto porcentaje de fertilizantes de Ucrania», dijo en entrevista el doctor Alejandro Espinosa Calderón, profesor investigador de la FES Cuautitlán y Secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial para la Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM).

Ucrania y Rusia son responsables de un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y cebada. Foto: Vitaly Timkiv, AP.

Ucrania y Rusia también venden, entre los dos, el 75 por ciento de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, que supone el 10 por ciento de los aceites de cocina, según datos de la empresa de análisis de riesgo IHS Markit.

Es decir, el aumento de los precios de los alimentos básicos, los combustibles y los fertilizantes debido a la guerra ya están teniendo un impacto terrible en las comunidades rurales más pobres del mundo.

AFECTACIONES EN DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su análisis «La guerra en Ucrania impacta en la importación de alimentos de Medio Oriente y Norte de África», y el Fondo Monetario Internacional en su estudio «La guerra en Ucrania repercute en todas las regiones del mundo» advierten de los efectos en la distribución de alimentos en el mundo.

–ÁFRICA

Según el FMI, esta crisis pone en peligro el progreso que se estaba logrando justo cuando el continente africano estaba recuperándose poco a poco de la pandemia. Muchos países de la región son especialmente vulnerables a los efectos de la guerra, precisamente por el encarecimiento de la energía y los alimentos, la disminución del turismo y las posibles dificultades para acceder a los mercados internacionales de capital.

Los exorbitantes precios del trigo son especialmente preocupantes para una región que importa alrededor de un 85 por ciento del suministro, del cual un tercio proviene de Rusia o Ucrania.

En 2020, los países africanos importaron productos agrícolas rusos por valor de 4 mil millones de dólares, de lo que el 90 por ciento era trigo, de acuerdo con datos de la Cámara de Comercio Agrícola de Sudáfrica.

En países como Somalia, donde se estima que 3.8 millones de personas ya padecen inseguridad alimentaria grave, los costos de la electricidad y el transporte se han disparado debido al aumento del precio del combustible. Esto tiene un impacto desproporcionado en los pequeños agricultores y pastores pobres que, ante la irregularidad de las lluvias y la sequía constante, dependen de la agricultura de riego impulsada por pequeños motores diésel para sobrevivir.

Los tanques y misiles rusos que asedian Ucrania también amenazan el suministro de comida y los medios de vida de personas en Europa, África y Asia. Foto: Nariman El-Mofty, AP.

«Nigeria se ha esforzado por reducir su dependencia del grano ruso. Los agricultores han empezado a sembrar más trigo para tratar de cubrir el 70 por ciento de la demanda del país en cinco años», dijo a la agencia AP Gambo Sale, Secretario nacional de la Asociación Nigeriana de Agricultores de Trigo.

En Egipto, los precios del trigo y del aceite de girasol se han disparado debido a que el 85 por ciento de su suministro de trigo y el 73 por ciento de su aceite de girasol dependen de Rusia y Ucrania.

–AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Los precios elevados de las materias primas han acelerado notablemente la inflación en América Latina y el Caribe, en donde cinco de las principales economías ya registran una tasa anual media de 8 por ciento: Brasil, México, Chile, Colombia y Perú.

Los efectos del encarecimiento de las materias primas en el crecimiento varían. Los precios más altos del petróleo perjudican a los importadores en América Central y el Caribe, mientras que los exportadores de petróleo, cobre, mineral de hierro, maíz, trigo y metales pueden cobrar más por sus productos y amortiguar el impacto en el crecimiento.

Gráfico: FMI.

Si bien México es un país exportador de petróleo y podría beneficiarse con este aumento en el precio del barril, la realidad es que serían más las afectaciones que los beneficios.

“Da la impresión de que el aumento de los precios del petróleo podría favorecer a México porque es un país exportador de petróleo, pero en realidad no tanto porque este aumento del crudo impacta más a la inflación, que podría dispararse en un 7.2 por ciento en caso de que el barril rebasara los 100 dólares, en ese aspecto afectaría al bolsillo de los mexicanos”, aseguró en entrevista el doctor Víctor Francisco Olguín Monroy, profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM.

Aunado a esta escalada de precios que le pegará a la economía de todos los países sin excepción, la relación comercial de México con estos dos naciones en conflicto es más cercana de lo que parece.

Por ejemplo, en 2020 Rusia fue el 35 socio comercial de México a nivel mundial y las exportaciones mexicanas a ese país ascendieron a 421.4 millones de dólares, monto 5.7 por ciento mayor que el registrado en 2019 (398.7 millones de dólares). En cuanto a las importaciones mexicanas procedentes de Rusia, éstas fueron de 870.4 millones de dólares, cifra 33 por ciento menor que la registrada en 2019 (mil 298.2 millones de dólares), de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

Los principales productos de exportación de México a Rusia en 2020 fueron: automóviles de turismo (de pasajeros); cajas de velocidades automáticas; teléfonos, incluidos los celulares; matas de cobre; y cerveza de malta.

Los principales productos que México importó de Rusia en 2020 fueron: urea, incluso en disolución acuosa; aleaciones de aluminio; aluminio sin alear; productos intermedios de hierro o acero sin alear, y abonos minerales o químicos.

Con Ucrania pasa algo similar, en 2020, el comercio de mercancías entre ese país y México ascendió a 291.3 millones de dólares: las exportaciones ucranianas fueron de 69.5 millones de dólares y las importaciones de México de 221.8 millones de dólares.

Las principales mercancías que Ucrania vende a México son productos metalúrgicos, fertilizantes y cereales, mientras que los productos que el país exporta a Ucrania son autos, bebidas alcohólicas y refrescos.

Además, empresas ucranianas como Turboatom y Elektrovazhmash han participado en la construcción de grandes hidroeléctricas como “El Cajón”, “Infernillo”, “San Rafael” y “La Yesca”.

En el mercado de Ucrania están presentes las mexicanas Bimbo y Gruma, que se han visto forzadas a frenar la actividad de sus plantas debido a la guerra.

–ASIA

Los países de Asia Central que dependen de las remesas enviadas a casa por trabajadores migrantes en Rusia se han visto muy afectados por la devaluación del rublo ruso, según datos del Fondo Monetario Internacional. En Kirguistán, por ejemplo, las remesas representan más del 31 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), la mayoría del cual proviene de Rusia.

En el Líbano, el 22 por ciento de las familias padecen inseguridad alimentaria y la escasez de alimentos o las nuevas subidas de precios exacerban una situación que ya era grave. El país importa hasta el 80 por ciento de su trigo de Rusia y Ucrania, pero solo puede almacenar alrededor de un mes de cosecha a la vez debido a la explosión en el puerto de Beirut en 2020 que destruyó los principales silos de granos del país.

Los efectos en el suministro de alimentos también podrían sentirse hasta Indonesia, donde se utiliza trigo para fabricar fideos instantáneos, pan, alimentos fritos y aperitivos.

Ucrania y Rusia son de los mayores exportadores de trigo en el mundo. Foto: Sandor Ujvari, EFE.

Ucrania fue el segundo mayor proveedor de trigo de Indonesia el año pasado, con un 26 por ciento del trigo consumido.

La ONU estima que la falta de exportaciones de productos básicos tengan impactos devastadores en países de África y Asia, y a largo plazo en su nutrición y seguridad alimentaria. Turquía, Bangladesh, Yemen, Egipto, Túnez, Indonesia, serán de los principales afectados por las disrupciones en cadenas de suministro de Rusia y Ucrania.

–EUROPA

En este continente las autoridades se preparan para un posible desabastecimiento de productos ucranianos y un aumento de los precios del pienso (alimento de mezcla de materias primas) para ganado, lo que podría impulsar los precios de la carne y los productos lácteos si los productores se ven obligados a trasladar el costo a los consumidores.

Ucrania vende a la Unión Europea casi el 60 por ciento de su maíz y casi la mitad de un elemento clave en el grano para alimentar al ganado.

La energía es el principal canal de propagación de las repercusiones en Europa dado que Rusia es una fuente crucial de importaciones de gas natural.

Guadalupe Fuentes López
Periodista con más de una década en medios digitales. Edita y escribe sobre temas de economía, corrupción, política, derechos humanos
en Sinembargo al Aire

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