Aunque el estudio “es alentador”, todavía se desconoce el umbral de protección absoluto, señaló una investigadora.
Redacción Ciencia, 18 mar (EFE).- Los niños infectados con COVID-19 desarrollan anticuerpos naturales circulantes que duran al menos siete meses, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de UTHealth Houston (Estados Unidos) y que publica Pedriatrics.
La investigación señala que el 96 por ciento de los infectados estudiados seguía teniendo anticuerpos hasta siete meses después, pero un 58 por ciento de la muestra dio negativo para los anticuerpos inducidos por la infección en su tercera y última medición.
Estos resultados no incluyen el impacto de la protección de la vacuna.
Los resultados de los niños que habían pasado el coronavirus no se diferenciaba “en absoluto” en función de si el menor fue asintomático, la gravedad de los síntomas, cuándo contrajo el virus, o si tenía un peso saludable o el sexo. “Era lo mismo para todos", indicó la autora principal Sarah Messiah, de la UTHealth Houston.
Sarah E. Messiah et al. Durability of SARS-CoV-2 Antibodies From Natural Infection in Children and Adolescents. 18 March 2022, Pediatrics.
DOI: 10.1542/peds.2021-055505 https://t.co/H4CTKMlbMa pic.twitter.com/WpMXceEv8y— Medical Science and Technology #earlytreatments (@MedicalScitech) March 18, 2022
La literatura médica sobre adultos indica que la infección natural más protección inducida por la vacuna proporcionan la mejor defensa frente a la COVID-19.
Sin embargo, algunos padres piensan que solo porque su hijo haya pasado la enfermedad ya está protegido y no necesita vacunarse, señaló Messiah.
Aunque este estudio “es alentador” en el sentido de que una cierta cantidad de anticuerpos naturales dura al menos seis meses en los niños, todavía no se conoce el umbral de protección absoluto, por lo que Messiah animó a la vacunación, pues se trata de una protección adicional.
El equipo examinó datos de 218 niños en el estado de Texas de entre cinco y 19 años en el marco del estudio Care, que comenzó en octubre de 2020 para examinar el estado de los anticuerpos frente a la COVID-19 a lo largo del tiempo.
Los voluntarios dieron a los investigadores tres muestras de sangre, que fueron recogidas antes del desarrollo de la vacunación y durante las olas ocasionadas por las variantes delta y Ómicron. Hasta ahora se ha completado tres fases el estudio.