El Presidente ucraniano llegó al poder en 2019 luego del éxito que tuvo en la televisión con su programa El servidor del pueblo. Desde su llegada a la Presidencia, su primer objetivo fue dialogar con el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, algo que ocurrió en diciembre de 2019. Ahora, Vladímir Zelenski tiene el reto de conducir el Gobierno de ucraniano en medio de la invasión que ha llevado a cabo Rusia.
Madrid, 24 de febrero (EFE).- Vladímir Zelenski, Presidente de Ucrania desde 2019, acomete la defensa de su país ante el empuje militar ruso.
Actor de profesión, logró convertirse en el hombre más poderoso de su país gracias a la enorme popularidad de una serie de televisión, El servidor del pueblo, en la que era un modesto profesor de historia que llega a la presidencia del país.
Zelenski nació en el este del país, concretamente en la provincia de Dnepropetrovsk, actual Dnipró, el 25 de enero de 1978.
Realizó la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Económica de Kiev, pero nunca llegó a ejercer la abogacía, ya que se decantó por el campo de la actuación y el entretenimiento, del que pronto se convertiría en una estrella de la televisión.
En marzo de 2018 fundó su partido político "Sirviente del Pueblo", un nombre que ha dado título antes a una serie de tv protagonizada por él, y en diciembre de ese año anunció su candidatura a la presidencia de Ucrania.
El 20 de mayo de 2019, Zelenski fue investido Presidente tras ganar con el 73.22 por ciento de los votos al nacionista Petró Poroshenko en la cita electoral de abril anterior.
En aquel momento, su primer anuncio fue la disolución de la Rada —la Asamblea nacional— y convocó elecciones legislativas anticipadas para julio de ese año, que ganó su partido también.
Desde su llegada a la Presidencia, su primer objetivo fue dialogar con el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, un tabú para Poroshenko y muchos políticos ucranianos.
Esa cita tuvo lugar en diciembre de 2019 mediante una conversación telefónica en la que ambos acordaron un canje de prisioneros, que incluía a los crimeos apresados por las autoridades rusas desde la anexión de la península en marzo de 2014, en la crisis prebélica de la guerra actual.
Para afianzar la buena vecindad y buscar una salida al conflicto de la región del Donbás, en el este de Ucrania, propuso al inquilino del Kremlin incluir en el diálogo de paz a EU y Reino Unido además del inicial "Cuarteto de Normandía", del que forman parte Francia, Alemania, Rusia y Ucrania.
La iniciativa de Normandía propició los acuerdos de Minks, que establecían una marco para la paz en la zona, pero que Vladimir Putin ha dejado en inútiles tras la invasión rusa de Ucrania.
Zelenski siempre ha defendido la unidad territorial del país frente la intransigencia rusa, cuando ha tocado hablar de las aspiraciones territoriales rusas.
Y el hecho de que su primer idioma sea el ruso, y no el ucraniano, le ha granjeado el apoyo de los rusoparlantes, que nunca perdonaron a su antiguo rival Poroshenko su nacionalismo.
Apoya la difusión de la lengua y cultura ucranianas, pero se opone a la prohibición del ruso, un tema muy sensible en un país donde coexisten las dos culturas.
Zelenski tiene una relación de amor y odio con Rusia, ya que hizo numerosas giras por el territorio del país vecino cuando era actor profesional.
Al mismo tiempo, apoyó la revolución del Maidán —de índole europeísta y nacionalista—, realizó varias actuaciones para los soldados ucranianos enviados a combatir en el Donbás y contribuyó a la causa militar con dinero de su propio bolsillo, lo que le costó la apertura de una causa penal en Rusia.
En relación con Occidente, es favorable a la integración de Ucrania en la Unión Europea y la OTAN, aunque no ha puesto todavía fecha a la solicitud de ingreso y aboga por un referéndum en el segundo caso.