Alejandro Calvillo
24/02/2022 - 12:03 am
Una industria de 5 mil millones de dólares vs la infancia
Las comunidades viven una doble vulnerabilidad de la que se aprovechan empresas como Nestlé: la pobreza y la situación de emergencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) acaban de publicar un estudio que evidencia como una industria de 5 mil millones de dólares atenta contra la salud de la infancia y sus madres, al promover el abandono de la lactancia materna a través del mercadeo agresivo de sus fórmulas lácteas. El estudio señala que la lactancia materna podría prevenir 800 mil muertes de niñas y niños menores de 5 años y 20 mil muertes por cáncer de mama en madres cada año.
El reporte expone como estas corporaciones, después de más de 40 años, continúan violando el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna establecido en 1981. “Cuarenta años después el mercadeo de leches de fórmula representa uno de los mayores riesgos subestimados para la salud de los infantes, de las niñas y niños.”
“El Código fue establecido en respuesta al mercadeo agresivo de las fórmulas lácteas, que llevó a un incremento significativo de muertes de infantes, niñas y niños”, explica el reporte. Y, es importante mencionarlo, una de las acciones que contribuyó significativamente a que se estableciera este Código fue la campaña civil lanzada en los 70s por organizaciones y profesionales de la salud contra la empresa Nestlé bajo el lema “Nestlé kill babies”, así como el documento: “The baby killer scandal”.
No sólo se trata del daño que provoca sustituir los beneficios de la leche materna en nutrición y el fortalecimiento del sistema inmunológico que otorga a los bebes reduciendo enormemente los riesgos de desarrollar muy diversas enfermedades. Beneficio que también obtienen las madres que amamantan al reducirse su riesgo de diversas enfermedades, en especial, de cáncer de mama.
Se trata del riesgo que representa el consumo de las leches de formula para infantes en comunidades marginadas donde el acceso a agua de calidad para prepararlas, así como la enorme dificultad para garantizar la esterilización adecuada de los biberones, provoca un alto índice de enfermedades entre los bebes, que en muchos casos llevan a la muerte. Este hecho es muy evidente y muy bien conocido por estas empresas. A pesar de ese riesgo, continúan con estas prácticas a más de 40 años de haberse establecido el Código que las prohíbe.
La práctica criminal de promover el uso de estos productos entre comunidades pobres se ha aprovechado, incluso, de situaciones de emergencia. En estas situaciones, las comunidades viven una doble vulnerabilidad de la que se aprovechan empresas como Nestlé: la pobreza y la situación de emergencia.
Al inicio de la pandemia, en mayo de 2020, hicimos pública la denuncia de que: “Nestlé, en alianza con Farmacias YZA, propiedad de FEMSA, lanzaron una campaña para invitar a las personas a realizar donaciones monetarias para que estas empresas pudieran donar latas de sucedáneos de leche materna (leche de fórmula) a bebés y niños en comunidades vulnerables de Veracruz y el Sureste de México, violando todos los códigos y recomendaciones internacionales sobre alimentación de lactantes, niñas y niños pequeños, poniendo en peligro su salud”.
El estudio presentado ayer por la OMS y UNICEF fue realizado en México, el Reino Unido, Sudáfrica, Vietnam, Bangladesh, Marruecos, Nigeria y China y fue encargado a M&C Saatchi World Services, la división de investigación de una de las empresas más grandes en redes de comunicación en el mundo. El estudio es muy robusto, contó con la asesoría de un grupo internacional de los más destacados especialistas en la materia y con la aprobación de comités de ética de institutos de investigación de 8 naciones.
La característica excepcional de este estudio está en que se basó en entrevistas realizadas a 8 mil 500 mujeres y 300 profesionales de la salud en las 8 naciones seleccionadas. Entre las más destacadas conclusiones está que los profesionales en salud son quienes más influyen para el uso de fórmulas. Llama la atención que los profesionales de la salud se han convertido en uno de los instrumentos más efectivos de las grandes corporaciones para la promoción del consumo de sucedáneos de leche materna.
Los profesionales de la salud, pediatras, ginecólogos, obstetras, enfermeras, nutricionistas y promotores de salud comunitarios, de forma explicita o inadvertida, crean dudas entre las madres sobre sus capacidades para amamantar, sobre la calidad de su leche, no saben cómo aconsejarlas cuando inician el amamantamiento, etc., situaciones que inducen el abandono de la práctica de amamantar.
La promoción de los sucedáneos de la leche materna por parte de los profesionales de la salud es el resultado de la penetración efectiva de estas corporaciones en su formación, en las universidades, en los centros de investigación, en las asociaciones que conforman. Pagan investigaciones, otorgan premios, subsidian congresos, dan regalos, etcétera. Por otro lado, han establecido de forma muy efectiva las llamadas “puertas giratorias”, llevando a los más altos cargos en las políticas de salud, a sus aliados.
Entre los testimonios de los profesionales de salud reproducidos en el reporte, un pediatra de un hospital público de México comentó: “En algunos hospitales, al niño lo entregan a la madre después de 6 a 12 horas. En esos casos, hay una marca específica de formula que le dan”. Y es bien sabido que un bebe recién nacido que recibe leche de formula muy posiblemente rechace la leche materna. En cambio, una enfermera de un hospital público en China, informó: “Pienso que en los años recientes, el porcentaje de amamantar a los bebes de 0 a 6 meses es cada vez más alto y más alto porque esto está relacionado con el énfasis en nuestro país a amamantar y en los hospitales amigos del niño”. La evidencia muestra que en aquellos países que las políticas se han adherido al Código y otras prácticas para promover la lactancia materna, los resultados son muy positivos.
El documento presenta 6 oportunidades de acción para proteger la lactancia materna, para proteger la salud de los infantes y sus madres: reconocer la escala y urgencia del problema; legislar, regular, aplicar; proteger la integridad de la ciencia y la medicina; proteger la salud de las niñas y niños en las plataformas digitales; invertir en madres y familias, protegiéndolas de las compañías de fórmulas; Extender y fortalecer las coaliciones para desarrollar acciones.
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