Los expertos en modelos epidémicos que asesoran al Gobierno advirtieron que "un cambio repentino, como acabar con las pruebas y el aislamiento, tiene el alcance para regresar a un crecimiento epidémico grave", y catalogaron como "un riesgo" la decisión del Primer Ministro.
Por Jill Lawless
LONDRES, 20 de febrero (AP).— Las personas con la COVID-19 en Gran Bretaña no tendrán obligación legal de aislarse a partir de la semana que viene, según ha anunciado el Gobierno, dentro de un plan de "vivir con la COVID" que probablemente también reducirá las pruebas diagnósticas.
El Primer Ministro, Boris Johnson, dijo que poner fin a todas las restricciones legales introducidas para frenar la expansión del coronavirus permitirá a la gente en Gran Bretaña "protegernos sin restringir nuestras libertades".
"No digo que abandonemos todas las precauciones, pero este es el momento de que todo el mundo recupere su confianza", dijo Johnson a la BBC en una entrevista el domingo.
"Hemos alcanzado una fase en la que creemos que se puede alcanzar un equilibrio al margen de las órdenes del Estado, de prohibir ciertas actividades, imponer ciertas actividades, a favor de fomentar la responsabilidad personal", dijo.
Sin embargo, algunos asesores científicos del Gobierno dijeron que era un movimiento arriesgado que podría provocar un auge de contagios y debilitar las defensas del país contra futuras variantes más virulentas.
Wes Streeting, portavoz de salud del principal grupo opositor, el Partido Laborista, acusó el domingo a Johnson de "declarar la victoria antes de terminar la guerra".
El Gobierno conservador de Johnson levantó en enero la mayoría de las restricciones del virus en Inglaterra, como pasaportes de vacunas para entrar en recintos y mascarillas obligatorias en casi todos los lugares salvo hospitales. Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que trazan sus propias políticas de salud, también han levantado medidas, aunque más despacio.
Una combinación de alta tasa de vacunación en Gran Bretaña y que la variante Ómicron provoca una enfermedad menos grave implica que levantar medidas no provocará un pico de hospitalizaciones y muertes. Las dos están cayendo, aunque Gran Bretaña sigue teniendo la cifra de muertos más alta de Europa después de Rusia, con más de 160 mil fallecidos registrados.
En Gran Bretaña, el 85 por ciento de las personas de 12 años o más han recibido dos dosis de vacunas y casi dos tercios han recibido una dosis de refuerzo.
El Gobierno conservador indica ahora que eliminará "todas las regulaciones nacionales de la COVID restantes que restringen las libertades públicas" dentro de una "transición de intervención del Gobierno a responsabilidad personal".
La obligación legal de aislarse al menos cinco días después de un positivo en COVID-19 será reemplazada por recomendaciones y el coronavirus se tratará de forma más parecida a la gripe al convertirse en endémico.
El nuevo plan prevé vacunas y tratamientos para mantener el virus a raya, aunque el Gobierno señaló que "se mantendrán los sistemas de vigilancia y contingencia" si es necesario.
"La COVID no desaparecerá de repente y tenemos que aprender a vivir con este virus y seguir protegiéndonos sin restringir nuestras libertades", dijo Johnson, que se esperaba anunciara los detalles del plan el lunes en el Parlamento.
El anuncio será bien recibido por muchos legisladores del Partido Conservador, que consideraban las restricciones ineficaces y desproporcionadas. También podría reforzar el apoyo de Johnson entre sus compañeros de partido, que estudiaban un intento de destituirle por escándalos que incluían fiestas que incumplieron la cuarentena durante la pandemia.
Pero los científicos recalcan que aún se desconoce mucho sobre el virus y que variantes futuras podrían ser más graves que la variante Ómicron dominante ahora.
El Grupo Asesor de Amenazas de Virus Nuevas y Emergentes, que asesora al Gobierno dijo la semana pasada que la idea de que los virus se vuelven cada vez más leves "es un error común". La enfermedad más leve asociada a Ómicron "es probablemente un evento casual" y variantes futuras podrían ser más graves o evitar vacunas actuales.
Los expertos en modelos epidémicos que asesoran al Gobierno también advirtieron que "un cambio repentino, como acabar con las pruebas y el aislamiento, tiene el alcance para regresar a un crecimiento epidémico grave" si la gente abandona las precauciones.
Los científicos también advirtieron en contra de retirar las pruebas rápidas gratuitas de coronavirus, de las que se han distribuido millones durante la pandemia. Las autoridades de salud dicen que las pruebas masivas han jugado un papel importante a la hora de frenar la expansión del virus.
A los científicos también les preocupa que el Gobierno pueda poner fin al Sondeo de Infecciones realizado por la Oficina de Estadísticas Nacionales, considerada de valor incalculable porque analiza a la gente tanto si tienen síntomas como si no.
"Este no es el momento de correr riesgos", dijo Matthew Taylor, director general de la Confederación del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), que agrupa a las agencias estatales de salud en Gran Bretaña. "Tenemos que actuar de forma gradual y basada en las pruebas".