Rubí Celia Ramírez Núñez
13/02/2022 - 12:02 am
El arte como resistencia, experiencias en México y Argentina
"La gran proeza de la cultural recae en su naturaleza dinámica y de constante cambio a través del tiempo y del espacio".
Las estructuras sociales inmersas en un flujo cíclico se van transformando, la familia, el sistema económico y las instituciones públicas se van mezclando hasta tejer relaciones de complejas a muy complejas. La gran proeza de la cultural recae en su naturaleza dinámica y de constante cambio a través del tiempo y del espacio. Crece y desarrolla formas de resistencia ante la imposición de modos únicos de percibir el mundo y a los grandes consocios mercantiles que han ido ganando terreno en el mercado del arte durante las últimas décadas, como lo ha manifestado Edgar Montiel (2010), se trata de la contraofensiva a modelos estandarizados.
En esta experiencia latente “de intercambios y mestizajes” en Latinoamérica, que históricamente ha ocurrido sobre todo con la cultura europea, se han incorporado nuevos elementos a todas las disciplinas artísticas, “conciliando modernismo con tradición”, y es un intercambio que ha ido en ambo sentidos. (p. 54). Esta es, una de las más grandes experiencias de interculturalidad vistas en el orbe, exhibe la riqueza en toda la cultura y las artes, y en el ejercicio de la plástica, creadoras y creadores, hacen manifiesta su posición social y política en el mundo casi en cualquier soporte. Son miembros activos de la sociedad y poseedores del mayor conocimiento sobre las estrategias de resistencia a la injusticia, al olvido.
Dos experiencias en Latinoamérica: Argentina y México
Entrevista en modalidad de Historia Oral a Daniela Anzoátegui (@dani.sayaman)
Hace un poco más de una década que se involucró en el arte y no ha parado desde entonces. Primero, como integrante de una serie de talleres impartidos en su localidad, la provincia de Quilmes, Buenos Aires Argentina, realizando grabado decidió llevar su arte de forma profesional al espacio público y vivencial, le interesaba desarrollar un estilo, para que aquello que fuera a representar fuese un mensaje explícito que transmitiera y concientizara sobre historias invisibilizadas por los procesos históricos de colonización o por la dictadura. Su predilección por el muralista rosarino, Antonio Berni, la llevaron a descubrir la significación del arte socialmente comprometido y de las masas.
A su paso por la licenciatura en Muralismo y arte público monumental –nombre que repite en un par de ocasiones completo porque le gusta y que describe como “una carrera bien pensada y bien enseñada” en la Universidad Nacional de la Plata (UNLP)–, que de hecho pone en marcha la muralista Cristina Terzaghi, suspende actividades durante el periodo de la dictadura argentina y reanuda hasta 2007, es donde define las líneas de investigación y representación que seguiría los años posteriores. Sin duda, la influencia de su mentora ha trascendido de lo académico a lo laboral, la visión compartida sobre la recuperación de la memoria sobre la desaparición forzada es palpable en “El mural por la memoria” realizado en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Su enfoque hacia la transformación social a través del arte, es también una expresión de acompañamiento en la lucha social, de transformación y fortalecimiento identitario.Daniela, inclina ligeramente su cabeza hacia el inferior derecho y hurga en su memoria, –“hay diferentes modos de empezar un mural”–, la temática deriva del trabajo en una comunidad especifica, el conocimiento histórico es esencial para impregnar imágenes que tienen que ver con la memoria en su relación con la verdad y la justicia, –“a partir de la memoria, una puede conocer la verdad y pensar en reparar la historia”–, con los medios, contra los crímenes de lesa humanidad de la dictadura de 1976 a 1983, siguen habiendo juicios en Buenos Aires, se siguen encontrando centros de detención clandestinos, hay en cárceles, comisarias, generalmente parte de la infraestructura estatal. Las nuevas generaciones van olvidando, pero en ciudades específicas hay una herida abierta, en las universidades hubo muchos desaparecidos.
Daniela Anzoátegui es además doctorante y profesora en la UNLP, recientemente realizó un mural en una manzana histórica de Quilmes dedicado a la primera cacica Isabel Pallamay, cuya historia de despojo de sus tierras y sobreviviente del “reduccionismo” de su pueblo originario, gana un juicio a españoles y le es otorgado en 1703 su derecho de cacicazgo. Ya había dos murales sobre Isabel Pallamay, pero estos fueron desarrollados por el ayuntamiento, bajo el velo de lo oficial. Ocurre que en su país la educación se relaciona con los gobiernos, la derecha por su parte con la gentrificación en las grandes ciudades, los muros le son otorgados a reconocidos realizadores de arte urbano, nada para los barrios. Por otro lado, los gobiernos de populares de izquierda, buscan hacer política a través de murales, emplean a los locales, pero sin dar una verdadera profundidad al trabajo, más allá de las modas. En una entrevista que parecía no tener fin, figuramos escenarios de colaboración y participación entre México y Argentina en esta disciplina, sin duda ideas que tienen muchas más posibilidades de ocurrir, que lo contrario.
Entrevista en modalidad de Historia Oral a Steephany Bringas (@steephanybringas)
Steephany inició su instrucción en pintura en el Museo Comunitario Arqueológico del Valle del Xico, “El Ombligo del mundo”, Estado de México, bajo la premisa familiar de lo que yo he llamado como “el estigma del creador de arte”, aquella idea de pensar las artes plásticas o cualquier esfera del arte como ocio o subocupación. Pero estaba decidido, tomó posesión de los materiales y enseñanza en el museo para ampliar su visión y así formular nuevas interrogantes sobre futuros soportes para la realización de su obra.
Cuando lleva a cabo su primer mural en solitario, se desarraiga por completo de la práctica del grafiti, que más por iniciativa propia, en pleno 2014 todavía era la única forma de hacer arte de gran formato en el espacio público. Al año siguiente, en la pinta realizada en el marco de las actividades de un festival de en el municipio Nezahualcóyotl, se congregaron diversos colectivos del Estado de México y también de muchas otras localidades del interior de la república para intervenir la barda perimetral de una escuela como protesta por los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en septiembre del mismo año. Desde ese momento, todo cambió para la muralista, las técnicas aprendidas en la academia con ciertos rezagos por la falta de profesorado calificado le ayudaron a compensar con otras más que aprendió con el muralista Javier Campos “Cienfuegos” para sus futuros proyectos.
Para el aniversario de la Escuela Normal Rural de Tenería, Estado de México, presentó un proyecto de arte enfocado a la impartición de talleres para niños de pintura, escultura y grabado. En el transcurso, implementa el club de escenografía de la escuela y le inyecta los elementos necesarios para desarrollar murales dentro de las instalaciones. Es el tiempo en que se devela la circunferencia de los ejes políticos, culturales y deportivos de las normales, en esencia, se trata de instituciones autogestivas, participativas, y aunque sus recursos de origen federal están condicionados, su organización no para, sus ejes de acción siguen en marcha, especialmente los órganos de producción y de siembra. Para los alumnos, jóvenes entre 19 y 25 año, en su mayoría pertenecen a comunidades indígenas lejanas a los centros urbanos es la única oportunidad para obtener una licenciatura y ejercerla profesionalmente.Desde el 2016 Steephany Bringas coordina la participación de muralistas en el “Encuentro Internacional de Muralismo llamado por las Escuelas Normales Rurales en Resistencia”. El trabajo de los realizadores es donado ya que lo que se busca es intercambiar “acciones” con la comunidad, por ejemplo, que los habitantes hospeden y si es posible apoyen con comida a los muralistas, el resultado es que la propia comunidad se apropia y cuida los murales porque los considera de su propiedad. La creadora que ya ha desarrollado murales en 10 de las 17 escuelas, estima que el desconocimiento que hay sobre las normales, ha incrementado la fata de empatía y hasta violencia contra estos espacios, hay hostigamiento por varias vías que va desde lo económico hasta el militar, detenciones policiacas arbitrarias y de abuso en los centros mixtos. El ideario teórico-político de las escuelas es una tradición de ya casi cien años, la mayoría están por cumplir el centenar de existencia y desde siempre han luchado y exigido el derecho a la educación que les corresponde. Steephany continuará su labor de coordinación de muralistas del festival en las escuelas faltantes, en sus números figuran ya más de cien muralistas, nacionales y algunos de Honduras, Nicaragua (países donde nunca ha habido ningún festival de muralismo), y de Chile y Argentina. Con un abrazo, nos despedimos aquel viernes nublado de enero.
La plástica entregada al espacio público es extraordinaria, es una experiencia única e intransferible, no exige costo de apreciación, pero si en su producción. Por esta razón, su contenido es tan importante, puede evocar sentido identitario y de emoción hacia “ese otro que no soy yo”, muestra que de ninguna manera hay uno o unos cuantos modelos simbólicos, sino todo lo contrario, que la grandeza y diversidad cultural habita en cada rincón. (p. 43). El arte público monumental entra y sale a momentos de los procesos de mundialización publicitaria, todo se define en los procesos, a la réplica de algunos valores culturales hechos con la misma técnica y estilo en ochenta o noventa murales bajo puentes puede que le falte sensibilidad, ¿o tal vez visión?, ¿o recursos?, no, no se trata de presupuestos, tal vez al final solo se trata de establecer uno de esos modelos homogéneos de los que hablamos en los primeros renglones, de los que no nos provocan dudas, preguntas o inquietudes, sin lecturas entrelíneas, un modelo ya dado, de esos que instan a no poner ninguna resistencia.
FUENTES:
Montiel, E. (2010). El poder de la cultura. Recurso estratégico del desarrollo durable y la gobernanza democrática. Fondo de Cultura Económica: México / Argentina / Chile / EUA / Guatemala / Perú / Venezuela.
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