En lo de que va de la pandemia, el empleo ha sido uno de los sectores más golpeados, y aunque las cifras de 2021 muestran una recuperación, aún falta mucho por recomponer, especialmente en la participación laboral de mujeres y personas de entre 15 a 24 años.
Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).- A dos años de que inició la pandemia de COVID-19, en América Latina y el Caribe aún se registran altos índices de desocupación —a nivel regional la tasa de desempleo es de 9.6 por ciento—, a la par de un aumento de la informalidad –uno de cada dos trabajadores se encuentran en esta modalidad de trabajo–, lo cual refleja que han sido insuficientes los esfuerzos desplegados en el mercado laboral.
El estudio Panorama Laboral 2021 en América Latina y el Caribe, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), expuso que la región aún tiene una perspectiva de incertidumbre que apunta a una crisis de empleo extendida hasta 2023 "o incluso 2024, lo cual derivaría en desaliento y frustración, lo que a su vez repercute sobre la estabilidad social y la gobernabilidad”.
La organización enfatizó que estas cifras muestran que la región atraviesa la peor crisis de empleo registrada desde que comenzó a publicarse su informe anual sobre el tema laboral, en 1994, ya que de los 49 millones de puestos de trabajo que se habían perdido en el peor momento de la crisis por la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, aún faltan por recuperar 4.5 millones, pese a que en 2021 se registró una recuperación económica regional mayor al 6 por ciento. Los números pueden seguir desfavorecidos, ya que para este año, el pronóstico de crecimiento económico está apenas por encima del 2 por ciento.
panorama-laboral-américa-latina-y-el-caribe-OIT-2021Del total de empleos que falta por recuperar, cerca de 4 millones corresponden a personas desempleadas a causa de la crisis de la pandemia. Hasta enero de 2022, a dos años del inicio de la COVID-19, se estima que en total hay unas 28 millones de personas que buscan empleo sin que hayan tenido éxito. Por ello, considerando la persistencia de la pandemia, la OIT estimó que la tasa de desocupación este año podría bajar entre 0.2 o 0.3 puntos porcentuales, manteniéndose por encima de 9 por ciento, lo cual aún se ubica por debajo de lo reportado en 2019, en donde el mercado laboral aún así ya estaba mermado por crecimiento lento, con baja productividad y altos niveles de informalidad y desigualdad.
“En América Latina y el Caribe la pandemia tuvo un impacto más severo por causa de ‘comorbilidades sociales’ como informalidad y desigualdad”, explicó Vinícius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y el Caribe, y agregó que cuando comenzó la crisis “contribuyeron a la pérdida de empleos y de ingresos, sin regímenes de protección social adecuados para sostener a las personas en un momento tan difícil”.
El informe de OIT destaca que tras el inicio de la pandemia la crisis se manifestó de manera atípica y en vez de afectar más a las ocupaciones formales se reflejó en una pérdida mayor de empleos en informalidad que dejaron a millones de personas sin ingresos. En algunos países, la tasa de informalidad incluso se redujo.
Los países con datos disponibles indican que entre 60 y 80 por ciento de los empleos recuperados hasta el tercer trimestre de 2021 habían sido en condiciones de informalidad. La tasa ya es de 49 por ciento, similar a la que había antes de la pandemia, e indica que 1 de cada dos personas ocupadas están en la informalidad.
En el caso de México, aunque su economía siguió creciendo en el segundo trimestre de 2021, al siguiente trimestre comenzó a contraerse, "lo que podría ser reflejo del cambio de sesgo de la política monetaria, por un lado y de la cuestión sanitaria, por otro", con la expansión de la variante Delta y de Ómicron. A nivel nacional, también la caída de la actividad económica derivada del turismo fue muy significativa, con un -31 por ciento.
El Panorama Laboral también incluye datos sobre las diferencias urbano-rural en el empleo, ocupación por sectores de actividad y categoría ocupacional, evolución de los salarios mínimos y los ingresos medios.
“El crecimiento del empleo en 2021 fue particularmente significativo en sectores como construcción (16,7 por ciento), comercio (9,1 por ciento) y transporte (6,7 por ciento), lo que contrasta con lo observado en 2020, en que estos sectores registraron fuertes contracciones”, dice el documento.
La especialista regional en economía laboral de OIT, Roxana Maurizio, destacó que frente al escenario actual es imperativo “adoptar una agenda más amplia de políticas integrales y de gran alcance centrada en las personas y, en particular, en la creación de empleo formal”.
“Sin un conjunto de medidas coherentes para generar puestos de trabajo los impactos de la crisis se prolongarán y dejarán profundas cicatrices sociales y laborales por largo plazo en América Latina y el Caribe”, añadió Maurizio, quien coordinó el equipo de especialistas de OIT encargado de preparar este informe.
RECUPERACIÓN MÁS DIFÍCIL PARA MUJERES Y JÓVENES
El informe también destaca que en el caso de las mujeres, la tasa de desocupación se mantiene elevada en 12.4 por ciento desde 2020. Es decir que no ha experimentado ninguna mejoría en 2021, lo cual contribuye a amplificar el impacto de la crisis sobre la desigualdad de género en el trabajo.
Según las cifras, a finales de 2021 faltaba recuperar alrededor de 4.5 millones de empleos, incluyendo las personas desocupadas y quienes aún no retornan a la fuerza de trabajo. La gran mayoría de estas personas son mujeres, ya que durante 2021 no se amplificó la diferencia entre la tasa de ocupación de hombres y de mujeres, y tampoco lo hizo la brecha de participación por género.
“El impacto más intenso entre las mujeres en la región se asocia a la mayor presencia femenina en sectores económicos fuertemente afectados por la crisis como hotelería y restaurantes, y en otras actividades de servicios y del sector de hogares. Por otro, a la mayor incidencia de la informalidad entre las mujeres”, dice el informe.
Además, la tasa de participación laboral de las mujeres era 3.6 por ciento más baja que la registrada en el cuarto trimestre de 2019 mientras que en el caso de los hombres esta diferencia porcentual era de 1.4 por ciento.
"A casi dos años de iniciada la pandemia, en la mayor parte de los países de la región la situación del empleo de las mujeres es proporcionalmente más desfavorable respecto de 2019 que en el caso de los hombres. En este contexto la perspectiva de género adquiere creciente relevancia en las estrategias para acelerar la creación de empleo, especialmente del empleo formal", sentenció la organización.
Por otra parte, en el caso de la tasa de desocupación juvenil continúa siendo preocupante en la región, pues previo a la pandemia rondaba 18 por ciento y ya era considerada demasiado elevada, pero con esta crisis rápidamente superó el límite de 20 por ciento, y para el tercer trimestre de 2021, la tasa de desocupación juvenil (15-24 años) acumulada era de 21.4 por ciento. Aunque la OIT mostró que fue menor a la registrada en 2020 (cuando se reportó un 23 por ciento), "aún falta camino por recorrer para regresar a niveles "prepandemia".