Entre los principales síntomas se encuentra el miedo desproporcionado provocado por una ansiedad por usar la mascarilla, algo que no era natural entre nosotros; o bien por tener que mantener la distancia de seguridad incluso al aire libre, dijo un experto.
MADRID, 29 Ene. (EUROPAPRESS) - La coronafobia se explicaría como una ansiedad excesiva a contraer la COVID-19. Aunque nos pueda parecer mentira ante los contagios masivos que están teniendo lugar, aún hay personas que resisten a la infección y no se la han cogido. Dentro de este grupo hay algunos que tienen verdadero temor a contraer la enfermedad. ¿En qué momento esto puede convertirse en un problema de salud? Entrevistamos en Infosalus al psicólogo general sanitario Basilio
Entrevistamos en Infosalus al psicólogo general sanitario Basilio Blanco Núñez, también docente e investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, quien precisa que, aunque en la actualidad cada vez más se está usando este término, todavía la "coronafobia" no consta en los manuales de salud internacionales, como por ejemplo el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), referencia en la materia.
Otra gran diferencia que destaca de la coronafobia, con respecto de otras fobias, es el componente del azar, es decir, "hay quien no ha comprado papeletas y le está tocando esta lotería" y, además, según prosigue, "con los datos pandémicos de ahora nadie está a salvo y esto implicaría más dificultad a la hora de eliminar esta fobia".
Según indica Blanco Núñez, la coronafobia incluiría determinadas respuestas como miedo al contagio propio, o a contagiar a otros seres queridos, así como a salir de casa, a acudir a centros sanitarios, aparte de que se asociaría con la hipervigilancia relacionada con afectaciones de la enfermedad y que, en ocasiones, pueden derivar en una hipocondría.
Constata este experto igualmente que es un trastorno incipiente y del que todavía no hay escalas específicas para valorarlo, ni estudios concretos en los que aparezcan datos sólidos, pero afirma que sí se están desarrollando herramientas con propiedades psicométricas validadas para un correcto diagnóstico de este trastorno en auge. "Un ejemplo de este tipo de instrumentos de evaluación es la escala de Fobia COVID 19 que ha demostrado validez convergente y discriminante, así como consistencia interna, y que además ha sido validada en Korea, Irán o Estados Unidos", subraya.
Respecto a quien tiene mayor riesgo a desarrollar la coronafobia, Basilio Blanco subraya que las personas que contaban previamente con un nivel alto o medio alto de ansiedad son las más proclive a padecer este trastorno, y encontraríamos a individuos con trastornos de ansiedad generalizada, hipocondrías, o ansiedad por enfermedad, con TOC, así como personas que se encuentren en riesgo de salud por otras enfermedades y que pudieran ver mermada esta por contraer la COVID.
Entre los principales síntomas de la coronafobia, el investigador de la Universidad Internacional de Valencia dice que se encuentra el miedo desproporcionado por ejemplo provocado por una ansiedad por usar la mascarilla, algo que no era natural entre nosotros; o bien por tener que mantener la distancia de seguridad incluso al aire libre; un miedo intenso y persistente por contagiarse; la dificultad por dejar de preocuparse por el coronavirus, algo que puede implicar falta de concentración en otras tareas; por dejar de realizar actividades incluso en contextos seguros; la búsqueda continua de información sobre sintomatología; una excesiva auto observación de los síntomas; una obsesión con la limpieza e higiene de las manos, así como la realización constante de test de detección COVID.
QUÉ HACER EN ESTOS CASOS
A su juicio, es fundamental en esta situación la aceptación de la misma: "Nos ha tocado vivir esto y la aceptación entraría dentro del tratamiento de este problema. Debemos mirarnos a las manos, ver qué es lo que podemos hacer, y tener en cuenta el factor azar, y contar con que, a pesar de las precauciones, hay personas que incluso manteniendo medidas de seguridad se han contagiado. La palabra aceptación encajaría en esta situación y en cierta forma podría prepararnos para comprender que estamos viviendo esta situación complicada, que en muchos casos no depende de nosotros".
En el caso de que ese temor por contraer la COVID-19 llegue a cambiar la vida de la persona, si llega en definitiva a incapacitar la vida normal de las personas, se debe asistir a terapia psicológica para mejorar algunos aspectos.
Eso sí, Blanco Núñez pide tener cautela porque "con la COVID sí hay un riesgo palpable, y el asistir a terapia psicológica puede hacer que controles un poco mejor la situación, pero hay tal incertidumbre que no es la panacea total el asistir a terapia y por eso mismo es un grave problema".
En general las fobias desde el ámbito terapéutico suelen tratarse con terapia cognitivo conductual, mediante una exposición deliberada a lo que genera esa fobia, según prosigue, y pone el ejemplo del miedo a los perros, algo que mejorará si poco a poco nos vamos acercando a los mismos.
"Pero con la COVID no podemos hacer esto. Esta es la peculiaridad y la gran diferencia de la coronafobia con otras fobias porque el miedo en cierta forma no es desproporcionado. La COVID mata y los perros, los aviones, las alturas o las tormentas no suelen hacerlo. Estams en una situación insólita y hay un excesivo miedo, pero porque hay excesivo riesgo", subraya el psicólogo general sanitario.
En última instancia, alerta de que la coronafobia puede derivar en depresiones, y la falta de actividad hará que nuestra autoestima se vea mermada y posiblemente el estado de ánimo también. "Por otro lado también en problemas de ansiedad puesto que existe la incertidumbre de si me va a ocurrir o no, y esto puede afectar en la parte más individual o psicológica pero también en la parte más social, puesto que no voy a salir por si me contagio y lo mismo le va a pasar a mis compañeros", sentencia Basilio Blanco Núñez.