Por años los padecimientos al corazón se posicionaron como la primera causa de muerte en el país, sin embargo, esta pasó a segundo lugar en 2021 debido a un incremento de fallecimientos por coronavirus. Aún así, la cifra de mortandad por enfermedad cardiaca no ha tenido un comportamiento igual al previo a la pandemia y la respuesta a esta alza también está relacionada a la COVID.
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Las enfermedades cardíacas fueron remplazadas por la COVID-19 como la primera causa de muerte en México durante la primera mitad del 2021, sin embargo, se debió al aumento de casos de la enfermedad causante de la pandemia y no a una disminución de los problemas del corazón. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la diferencia de muertes entre ambas enfermedades fue de 35 mil 260.
En su informe “Estadística de defunciones registradas de enero a junio de 2021”, el órgano estadístico expuso que, con un total de 145 mil 159 defunciones, el coronavirus fue la primer causa de muerte, seguido de las enfermedades del corazón con 113 mil 899 y de la diabetes mellitus con 74 mil 418 casos.
El Instituto sumó 579 mil 596 decesos en total, lo que representó 110 mil 312 más que los registrados en el mismo periodo de 2020. Además, el primer mes del 2021 fue el que presentó el mayor número de fallecimientos registrados con 28.1 por ciento, seguido de febrero y marzo con 19.9 por ciento y 16.1 por ciento, respectivamente.
Todavía en 2020 las enfermedades del corazón ocupaban el primer lugar de causas de muerte, mientras que el segundo puesto lo tenía la COVID-19 y el tercero era de la diabetes. En el primer año de la pandemia el Inegi contabilizó un millón 86 mil 743 defunciones, de las cuales 218 mil 704 se debieron a enfermedades del corazón, 200 mil 256 a la COVID-19 y 151 mil 019 fueron muertes por diabetes mellitus.
Pero en 2019, cuando no se disparaba la crisis sanitaria en el mundo, México tuvo una mortalidad de 747 mil 784 personas, y en ese momento las tres principales causas de fallecimiento eran las enfermedades cardiacas (156 mil 041), la diabetes mellitus (104 mil 354) y tumores malignos (88 mil 680), configuración que cambió con la pandemia.
De hecho, la comparación de cifras de enero a junio de 2021 con el mismo periodo de 2020 arroja que no sólo el coronavirus creció sus cifras. El registro del Instituto muestra que mientras que en los primeros seis meses del 2020 hubo 51 mil 402 fallecimientos asociados a COVID-19, un año después la cifra es casi tres veces mayor.
El caso se repite con las enfermedades cardiacas, que en el primer semestre del primer año de la pandemia se contabilizaron 98 mil 572 fallecimientos por esta causa, pero un año después los números se incrementaron hasta 113 mil 899, es decir, 15 mil 327 casos más. Y el mismo patrón de crecimiento es observable en las muertes por diabetes, que en 2020 eran 68 mil 372 y subieron hasta 74 mil 418 un año después.
Sin embargo, esta tendencia al alza no se repite con los otros padecimientos enlistados como causas de mortalidad que refiere el Inegi, pues en el caso de tumores malignos la cifra se encuentra en un nivel similar (de 44 mil 717 en 2020 a 44 mil 191 en 2021), mientras que en los casos de la influenza y neumonía, enfermedades del hígado y enfermedades cerebrovasculares las cifras tuvieron bajas ligeras.
¿POR QUÉ SUBE LA MORTALIDAD POR ENFERMEDAD CARDIACA?
La primera respuesta podría estar asociada a un mayor sedentarismo provocado a raíz de los confinamientos derivados de la pandemia, no sólo porque se vieran cerrados los centros deportivos, sino por el cierre de los lugares cotidianos como las oficinas, lo que provoca que los empleados no tengan que desplazarse como normalmente lo hacían.
De hecho, el 80 por ciento de las muertes derivadas de enfermedades cardíacas podrían evitarse con cambios significativos en la alimentación habitual y en el estilo de vida, según varios especialistas consultados por el diario español EFE el pasado 29 de septiembre, con motivo del Día Mundial del Corazón.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que los infartos al miocardio y los accidentes cerebrovasculares representa más de 17 millones de muertes al año en el mundo y se estima que esta cantidad ascenderá a 23.6 millones en 2030.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, según la OMS, un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos que causan la enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, hipertensión arterial sistémica, enfermedad arterial periférica, cardiopatía reumática e insuficiencia cardíaca, entre otras cardiopatías o accidentes cerebrovasculares.
La situación de los padecimientos cardiacos se agrava si se contextualiza con enfermedades como la diabetes, ya que estas enfermedades combinadas reducen hasta 20 años la expectativa de vida, tal como señaló a EFE el presidente de la Sociedad Mexicana de Cardiología, Marco Alcocer.
Tan sólo en México existen más de 10 millones de personas diagnosticadas con diabetes, pero además hay millones más que están en riesgo de desarrollar la enfermedad, pues estos pacientes generalmente pueden tener una alteración funcional en el corazón tras cinco años de diagnóstico.
Sin embargo, durante los dos últimos años las enfermedades al corazón no sólo tienen a la diabetes en contra. Si bien aún no hay completas certezas de los efectos que tiene la COVID-19 en el cuerpo humano a corto y largo plazo, en algunos pacientes que contrajeron el virus se encontraron daños en este órgano.
En algunos pacientes, a medida que el virus merma la función pulmonar, puede privar al corazón del flujo adecuado de oxígeno.
Los especialistas reportaron que también puede provocar una reacción inflamatoria abrumadora que pone a prueba al corazón mientras el cuerpo trata de combatir la infección. El virus puede invadir también los vasos sanguíneos o causar inflación en su interior, generando coágulos de sangre que pueden causar infartos.
Aunque es un hecho que las enfermedades cardiacas agravan el riesgo de sufrir coronavirus severo y tener complicaciones, Sean Pinney, médico de la Universidad de Chicago, dijo a la Associated Press hace unos meses que también se han hallado complicaciones coronarias en pacientes con COVID-19 y sin patologías previas conocidas. A la par, una revisión publicada en 2020 en la revista del Colegio Estadounidense de Cardiología señaló que se encontraron evidencias de problemas cardíacos en al menos el 25 por ciento de los pacientes de coronavirus hospitalizados.
La organización Heart Attack and Stroke Symptoms señala que casi una cuarta parte de los pacientes hospitalizados con COVID-19 ha sido diagnosticada con complicaciones cardiovasculares, las cuales contribuyen aproximadamente a un 40 por ciento de las muertes relacionadas con esta enfermedad.
En una publicación hecha en septiembre de 2020, la ong refirió a dos estudios de JAMA Cardiology. En el primero de ellos, un análisis de autopsias realizadas en 39 pacientes de COVID-19 identificó infecciones en el corazón de quienes no habían sido diagnosticados con problemas cardiovasculares cuando estuvieron enfermos. En el segundo caso, se sometió a resonancias magnéticas a 100 personas que se habían recuperado de coronavirus en los últimos dos a tres meses y se encontraron anomalías cardíacas en un 78 por ciento de los pacientes recuperados y un 60 por ciento mostró "inflamación persistente del miocardio".
En otro estudio, analizado por The Conversation en 2021, se apunta que en el 32 por ciento de pacientes recuperados de COVID-19 tenían un deterioro leve en el corazón. De ese mismo análisis, que contó con una muestra de 200 pacientes recuperados, el 33 por ciento presentó daños en los pulmones, el 12 por ciento en los riñones y 25 por ciento tuvo daño multiorgánico.
"Los pacientes de este estudio tenían una edad media de 44 años, por lo que representaban una parte importante de la población joven en edad laboral. Solo el 18 por ciento había sido hospitalizado con COVID-19, lo que significa que el daño orgánico puede producirse incluso después de una infección no grave", apuntó el medio.
MENOS ATENCIÓN A ENFERMEDADES DEL CORAZÓN
Debido a que todos los esfuerzos del personal sanitario se han concentrado en atender a los pacientes enfermos de COVID-19, los servicios de urgencias en México por padecimientos del corazón e infartos se incrementarán. Esto deriva de la falta de seguimiento a las enfermedades a dicho músculo, según la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia, la cual agregó que estas enfermedades tienen un mayor riesgo de ser mortales debido a una tardía atención, ya sea por decisión de las y los pacientes —que intentan evitar los hospitales para no contagiarse de COVID— o por falta de personal.
Esta cifra queda evidenciada en los primeros datos sobre mortalidad de la pandemia. En su reporte correspondiente al 2020, el Inegi informó que las muertes por enfermedades del corazón ocurridas en el hogar subieron a 72.5 por ciento, es decir, un 10 por ciento más alta que la registrada en los niveles de 2019, cuando se ubicaba en 62.8 por ciento.
A la par, las cifras fueron menores en los registros de muertes por enfermedades del corazón en clínicas privadas y en unidades médicas de la Secretaría de Salud (SSa). En el primer caso pasaron de 4.2 en 2019 a 3.8 por ciento en 2020, mientras que en el segundo bajaron de 6.8 (2019) a 3.7 por ciento (2020).
-Con información de EFE, AP y The Conversation