En reunión con los integrantes del Partido del Trabajo de Corea del Norte, se estableció considerar la reanudación de "todas las actividades suspendidas temporalmente", refiriéndose a las pruebas de misiles de largo alcance y armas nucleares, las cuales fueron suspendidas ante el inicio de la diplomacia entre Corea y los Estados Unidos gobernados por Donald Trump.
Por Kim Tong-Hyung
SEÚL, Corea del Sur, 20 de enero (AP).— Corea del Norte acusó el jueves a Estados Unidos de hostilidad y aseguró que sopesará reanudar “todas las acciones suspendidas temporalmente” que había detenido durante sus gestiones diplomáticas con el Gobierno del expresidente Donald Trump, en una aparente amenaza de retomar las pruebas de dispositivos nucleares y misiles de largo alcance.
La Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA por sus iniciales en inglés) señaló que el Gobernante norcoreano Kim Jong Un presidió una reunión del Politburó del Gobernante Partido del Trabajo, donde los funcionarios se impusieron el objetivo de “potenciar y desarrollar sin demora” las capacidades militares del país para contrarrestar las “acciones hostiles” de Estados Unidos.
Los funcionarios giraron instrucciones de “reconsiderar todas las medidas para generar confianza que tomamos por propia iniciativa... y examinar con prontitud el tema de reanudar todas las actividades suspendidas temporalmente”, reportó la agencia.
Los expertos dicen que Kim está retomando las viejas tácticas de Pyongyang de implementar políticas arriesgadas para obtener concesiones de Washington y sus vecinos regionales, a la vez que a nivel interno enfrenta una economía deteriorada que ha sido dañada por la pandemia, las malas gestiones y las sanciones de Estados Unidos debido a sus ambiciones nucleares.
Corea del Norte ha ido incrementando sus demostraciones armamentistas en fechas recientes —incluyendo cuatro rondas de lanzamientos de misiles en lo que va del año, en un aparente intento por presionar a Washington con relación al estancamiento en las negociaciones.
El Ministerio del Exterior de Corea del Norte ya había advertido de acciones más explícitas y fuertes después de que el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden impuso nuevas sanciones la semana pasada por las continuas pruebas de misiles de Pyongyang. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas programó una reunión a puerta cerrada el jueves para tocar el tema del país asiático y la no proliferación de armas nucleares.
Boo Seung-Chan, portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, dijo que se siguen de cerca las actividades militares norcoreanas, pero no hizo suposiciones sobre los posibles próximos pasos de Pyongyang.
En 2018 Kim anunció una suspensión unilateral de sus pruebas nucleares y de misiles balísticos al iniciar gestiones diplomáticas con Trump, en un intento por obtener beneficios económicos urgentes a cambio de detener su programa atómico.
Ambos se reunieron luego de una provocadora serie de pruebas nucleares y de misiles de alcance intercontinental en 2017, las cuales pusieron en evidencia el objetivo de Kim de contar con un arsenal que pudiera alcanzar el territorio continental de Estados Unidos y que derivó en un intercambio de amenazas de aniquilación atómica con Trump.
Sin embargo, las negociaciones han permanecido estancadas desde su segundo encuentro en 2019, cuando los estadounidenses rechazaron las exigencias de Corea del Norte de una fuerte reducción en las sanciones a cambio de una renuncia parcial a sus capacidades nucleares.
A finales de ese año, Kim prometió reforzar su arsenal atómico ante las amenazas “gansteriles” y la presión de Estados Unidos y declaró un “avance frontal” contra las sanciones, al tiempo que hacía un llamado a su pueblo a resistir en la lucha por la independencia económica. Posteriormente señaló que el país ya no estaba obligado a mantener la suspensión de sus pruebas nucleares y de misiles balísticos intercontinentales, algo que Trump había presumido como un gran logro.