El científico, que tiene 32 años y trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, aparece en varias escenas de la película, en concreto en aquellas en que el protagonista escribe ecuaciones y se da cuenta del inminente impacto de un asteroide contra la Tierra.
Ciudad de México, 16 de enero (RT).- El investigador francés Michaël Marsset, doble de Leonardo DiCaprio en la película No miren arriba de Netflix, pensó que le estaban gastando "una broma" cuando le propusieron participar en el filme, expresó el sábado en una entrevista con Le Parisien.
El científico, que tiene 32 años y trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, aparece en varias escenas de la película, en concreto en aquellas en que el protagonista escribe ecuaciones y se da cuenta del inminente impacto de un asteroide contra la Tierra.
"Escribir ecuaciones en una pizarra requiere un poco de práctica. Querían a alguien que trabajara en el campo de los asteroides y el sistema solar para que la escena tuviera autenticidad", cuenta Marsset.
El investigador recuerda: "Inmediatamente respondí que estaba interesado. Me gusta el cine, soy fan de DiCaprio y admiro el trabajo que hace desde el punto de vista del activismo ecológico", afirma Marsset, que también señala que pasó un 'casting' poco común para un actor.
"[La directora del 'casting'] me pidió varias veces que le enviara fotos de mis manos. También me pidieron que me filmara escribiendo ecuaciones en una pizarra. Yo tenía una en casa que funcionaría. Hice un pequeño montaje divertido, donde escribía ecuaciones y, al final, tomé un pedazo de video donde un asteroide choca contra la Tierra. Creo que fue bastante inesperado", dice el científico.
Marsset participó en el rodaje cuatro días, durante los que no pasó mucho tiempo ante la cámara. "Me sentaba y esperaba a que me llamaran", dice el astrónomo, que reconoce: "No hice gran cosa la mayor parte del tiempo". Sin embargo, precisa que en varias ocasiones ayudó al equipo a aumentar la credibilidad científica de la película.
"Lo que realmente me llamó la atención fue la lentitud del proceso: ver al director dar instrucciones a los actores. Es como ver a un pintor pintando un lienzo, es muy lento, a pequeños toques. Rehacen las mismas escenas una y otra vez desde diferentes ángulos", recuerda Marsset.