La nutrióloga Alicia Ramírez Huerta señaló que, a diferencia de lo que se piensa, la obesidad no está relacionada con la nutrición. "No es sólo lo que comemos, es un padecimiento mucho más complejo", dijo.
Ciudad de México, 11 ene (EFE).- El 70 por ciento de las personas que padecen obesidad en Latinoamérica no están diagnosticadas, y poco menos del dos por ciento reciben tratamiento debido a que esta condición no está reconocida como una enfermedad, por lo que es urgente que se hable más de este padecimiento, coincidieron este martes varios especialistas.
"Desafortunadamente, más del 70 por ciento de las personas no se diagnostican, y se tratan menos del dos por ciento, y la falta de tratamiento puede derivar en otras enfermedades como hipertensión, colesterol alto, daño renal y tener un impacto cardíaco y cerebral", señaló en conferencia de prensa la diabetóloga Victoria Rajme.
Destacó que muchas veces los pacientes y cierta parte del personal de salud no son conscientes de esta enfermedad, pero "debe ser tratada como muchas otras condiciones".
"En México y el mundo se debe reconocer como una enfermedad seria, crónica, multifactorial, asociada a múltiples factores de riesgo y enfermedades y con un alto costo para los individuos, los sistemas de salud, la sociedad y los gobiernos", precisó la experta.
Tan sólo en México, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud 2018-2019, tres cuartas partes de los adultos viven con obesidad o sobrepeso.
La nutrióloga Alicia Ramírez Huerta señaló que, a diferencia de lo que se piensa, la obesidad no está relacionada con la nutrición. "No es sólo lo que comemos, es un padecimiento mucho más complejo", dijo.
Agregó que se debe llevar un tratamiento continuo, pero para ello se necesita evaluar al paciente "su edad, su género, pero también si tiene algún otro tipo de enfermedad y con base en eso hacer un plan que debe ser llevadero".
Afirmó que muchas veces las dietas no funcionan porque se genera que el paciente pase periodos de hambre y evite alimentos considerados como "prohibidos".
"Se debe tener una alimentación suficiente, variada y que se adecue a sus posibilidades económicas", apuntó.
Precisó que es indispensable cuidar el consumo de azúcar refinada, el exceso de grasas, de sal "todo se puede consumir pero no en exceso", insistió.
BENEFICIOS TANGIBLES
Ricardo Luna, presidente de la Federación Centroamericana y del Caribe de Obesidad y Metabolismo (FECCOM), dijo que bajar de peso muchas veces resulta muy complicado, pero reducir entre un cinco por ciento y un 10 por ciento el peso corporal trae innumerables beneficios "por ejemplo, incrementa 10 años de vida".
Bajar unos 10 kilos reduce además en 20 miligramos la presión arterial, reduce considerablemente el riesgo de un infarto cardíaco, baja los niveles de hemoglobina glucosilada en la sangre, y el estado inflamatorio, lo que también evita el riesgo de complicaciones en caso de enfermar de la COVID-19.
Al respecto, la doctora Rajme señaló que la pandemia ha elevado en costos el problema de la obesidad, especialmente debido al confinamiento, la falta de atención y de no acudir con los profesionales de la salud para tratarse.
De acuerdo con un estudio piloto de la Federación Mundial de Obesidad, el impacto económico de la obesidad en México durante 2019 fue del 2.1 por ciento del PIB anual (unos 26 mil millones de dólares) y podría incrementarse hasta en un 4.67 por ciento del PIB para el 2060.
Para revertir la historia de la enfermedad en México, la farmacéutica Ifa Celtics presentó la campaña "Cambia la historia" que busca reconocer la obesidad como una enfermedad y la importancia de visitar a un profesional de la salud para tratarla seriamente.
Con ello se busca impactar a la población mexicana e impulsar un cambio desde la raíz para esta enfermedad tan compleja.