El estudio destaca que el número de este tipo de partículas encontrado en 13 mil ciudades fue siete veces mayor al aconsejado por la Organización Mundial de la Salud.
Londres, 6 ene (EFE).- Las partículas en suspensión dañinas, a las que están expuestas el 86 por ciento de las personas que viven en áreas urbanas, causaron más de 1.8 millones de muertes en ciudades en 2019, según un estudio difundido este miércoles por la revista The Lancet Planetary Health.
Se calcula que unos 2 mil 500 millones de personas en todo el mundo, el 86 por ciento de quienes viven en ciudades, están expuestas al impacto de las partículas finas PM2.5 (con diámetro máximo de 2.5 micrómetros), según el modelo de un estudio dirigido por la profesora Veronica Southerland de la universidad estadounidense George Washington.
La inhalación de esas partículas aumenta el riesgo de muerte prematura derivada de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer de pulmón e infección de las vías bajas respiratorias.
El estudio, que examinó la concentración de PM2.5 y las tendencias de mortalidad asociadas en 13 mil ciudades entre 2000 y 2019, halló que el número de partículas finas fue siete veces superior al aconsejado por la Organización Mundial de la Salud y que 61 de cada 100 mil muertes en áreas urbanas en 2019 se debía a esa polución.
Global urban temporal trends in fine particulate matter (PM2·5) and attributable health burdens: estimates from global datasetshttps://t.co/BvD1ldxJig pic.twitter.com/bCK7tVynBH
— Maria (@Duin46473580) January 6, 2022
Aunque la concentración de PM2.5 se mantuvo estable globalmente entre 2000 y 2019, se detectaron grandes variaciones entre regiones: las ciudades en el Sureste de Asia (incluido la India) vivieron los mayores aumentos, con un 27 por ciento de media.
En los lugares donde decreció el número de partículas finas (ciudades africanas, europeas y americanas) la cifra de fallecimientos por PM2.5 no cayó al mismo ritmo, lo que a juicio de los investigadores se explica por la persistencia de otros factores demográficos, como el envejecimiento de la población.
"La mayoría de la población urbana mundial vive todavía en áreas con niveles dañinos de PM2.5. Evitar la carga sanitaria causada por la polución del aire requerirá de estrategias que no solo reduzcan emisiones sino que también mejoren la salud general para reducir la vulnerabilidad", dijo Southerland.
Otro estudio, difundido por la misma revista, reveló que casi dos millones de casos de asma infantil están causado por el dióxido de nitrógeno (NO2), y dos de cada tres afectados residen en ciudades.
Este contaminante, emitido principalmente por vehículos, centrales energéticas, fábricas y agricultura, estuvo detrás de 1.85 millones de nuevos casos de asma pediátrico en 2019, un 8.5 por ciento de los diagnosticados a escala global.
En áreas urbanas, el dióxido de nitrógeno fue responsable de casi uno de cada seis nuevos pacientes infantiles de asma, de acuerdo con el estudio codirigido por la doctora Susan Anenberg, también de la universidad George Washington.