En estas fechas de unión familiar y bajo el contexto de la pandemia, ¿es seguro ir a casa de amigos o familiares? Un experto explica a detalle qué recomendaciones hay que seguir.
Madrid, 24 de diciembre (Europa Press).- Son muchas las dudas de las familias estos días, ¿debo ir a casa de los abuelos a cenar? ¿Qué pasa si tengo hijos pequeños sin vacunar y que además van sin mascarilla? Entrevistamos en Europa Press al doctor Quique Bassat, epidemiólogo y coordinador del grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría (AEP) para la Reapertura de la Escolarización quien destaca que, ahora mismo, lo importante es no mezclar a vacunados con los no vacunados.
"Los niños, aunque no estén vacunados, son menos eficientes a la hora de contagiar el virus que los adultos. Se sabe por diferentes estudios que se han hecho. Ahora bien, desconocemos la capacidad de transmisión de Ómicron en niños y si cambia algo esta variante, si puede ser más infecciosa en la manera en la que los niños transmiten a otras personas la enfermedad", advierte el especialista en Medicina Tropical y Epidemiología.
En casa, si hay niños menores de 12 no vacunados, o menores de cinco que no son elegibles para serlo, y además van sin mascarilla, si eres del mismo grupo burbuja y vives en la misma casa señala que se puede ir sin mascarilla y sin seguir las medidas de prevención, porque es lo establecido como grupo burbuja.
En cambio, si te vas a mezclar con gente de riesgo, que no es del mismo grupo burbuja, entonces la recomendación, según sostiene este experto, es minimizar la mezcla, o bien asegurar que los niños y las personas de riesgo lleven la mascarilla y que se guarde la distancia de seguridad, se ventile bien, aparte de seguir todas las reglas básicas de prevención.
Hay que tener en cuenta también, según prosigue, que estas Navidades los niños menores de 12 años no estarán bien protegidos en este sentido porque no habrá ningún menor de 12 años correctamente vacunado.
Por tanto, según reitera el miembro de la AEP, se debe actuar como si nadie hubiera recibido la vacuna, se tienen que extremar las precauciones, entendiendo que los niños son peores a la hora de transmitir, pero considerándolos también potencialmente infecciosos, como a cualquier otra persona.
"Que quede claro que los vacunados son también potencialmente infecciosos porque esta nueva variante, y un poco la Delta, nos han enseñado que, a pesar de la vacunación, te puedes infectar y ser infeccioso a los demás. Es mejor tratar a los demás como si fueran potencialmente infecciosos y no confiar en que todos estamos vacunados y me despreocupo", subraya el especialista.
QUEDARSE EN CASA SI HAY SINTOMAS DE COVID
Por otro lado, Bassat recomienda que, en caso de presentar síntomas de COVID-19, y aunque los test den negativo, nos quedemos en casa. No sólo por los falsos negativos, sino también por la cronología de la infección, y lo que se tarda en una infección natural en tener suficiente carga viral para ser detectable por el test de antígenos.
"Si hay síntomas lo más sensato es cancelar cualquier evento, aunque tengas test negativo, por curarse en salud y por evitar el riesgo. Si tienes un positivo en la clase del niño, si le haces al niño a las 24 horas de enterarte una prueba, aunque se haya infectado, todavía no le ha dado tiempo a la infección de dar positivo en un test rápido", avisa.
Indica en este sentido que siempre hay que esperar de tres a cinco días, este margen hasta que el test puede salir positivo. "Pero es cierto que el test de antígenos, además, no es perfecto y es menos preciso que una PCR. Entonces, resalta que si el test de antígenos sale positivo seguro que lo es, pero si es negativo debes mantener la duda siempre que haya síntomas.
RAZONES POR LAS QUE UN MENOR DEBE VACUNARSE
A día de hoy hay muchos padres que dudan sobre si vacunar a sus hijos o no porque la infección de COVID-19 generalmente en estos es leve o asintomática. A este respecto, el pediatra subraya que es cierto que los niños la mayor parte enfermedad es leve o asintomática, pero sí llama la atención sobre el hecho de que uno de cada 500 precisa de ingreso hospitalario; unas cifras, además, "peores que los ingresos hospitalarios causados por hepatitis A, rubeola o varicela, vacunas administradas en el calendario vacunal desde hace muchos años, y no porque causen enfermedad leve dejamos de vacunar a estos niños por estas enfermedades".
Además, Bassat destaca que está el tema de la transmisión comunitaria, un niño infectado potencialmente puede transmitir a los demás, y esto quiere decir poner en riesgo a padres, abuelos o a cualquier persona con la que se cruce y que potencialmente le pueda infectar.
Después sostiene igualmente que ahora mismo el grupo de edad con la incidencia más alta son los niños, por lo que vacunarles representa una razón epidemiológica de contención de la transmisión. "Si no resolvemos la transmisión entre niños, único grupo sin vacunar, seguiremos teniendo mucha transmisión en este grupo", afirma.
Aquí recuerda que la intención es que finalmente se acaben vacunando también los menores de cero a cuatro años, para los que actualmente no está permitida la vacunación, y precisamente en esto están trabajando ahora los ensayos clínicos de Pfizer y de Moderna. "Habrá que hacer balance entre el riesgo y el beneficio si se aprueba esta vacuna para los menores de cinco años. Cada país decidirá si vale la pena o no introducirla pero está ahí. Faltan resultados de ensayos", remarca.
En última instancia, el doctor Quique Bassat, epidemiólogo y coordinador del grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría para la Reapertura de la Escolarización insiste en que los modelos matemáticos dicen que con la variante Ómicron en una reunión familiar de 10 personas, si no se siguen las medidas de prevención estrictamente, tres personas pueden infectarse si entra un caso infectado.
"Con lo cual, el riesgo es muy alto, y con la variante Ómicron el riesgo es más alto del conocido hasta ahora. Lo mejor es que nadie se lo tome a broma y como que no va con ellos esto porque lo que se está viendo en algunas provincias es algo no visto hasta ahora, que el número de contagios crece a una velocidad espectacular", sentencia el epidemiólogo.
Por otro lado, estos días estamos viendo que se está publicitando otras medidas para reducir el riesgo de contagios, aparte de las ya conocidas, aparatos como los medidores de CO2 o los purificadores de aire.
Sobre estos, Bassat señala que "son una capa más" pero, como todo, dice que aportan cierta sensación de seguridad que en realidad es falsa: "Te puede decir el medidor de CO2 que se está ventilando bien pero si no llevas mascarilla, te acercas a menos de un metro de otra persona, le estornudas o le hablas fuerte, le vas a contagiar, y más con estas variantes más contagiosas. Es una capa más, pero no resuelve el tema de la transmisión al 100 por ciento".