De acuerdo con este estudio, quienes sufren más de COVID persistente no necesariamente son aquellos que pasaron la enfermedad grave, sino que también puede ocurrir en personas asintomáticas.
Berlín, 21 dic (EFE).- Un 40 por ciento de las personas que superan la COVID desarrollan secuelas que duran más de seis meses, según un estudio de una universidad alemana publicado este lunes que pretende arrojar luz sobre el síndrome de la COVID persistente o "long COVID".
Según investigadores de la Clínica Universitaria de Mainz, no son necesariamente los pacientes más graves quienes desarrollan dichos síntomas, sino que estos afectan en muchos casos a personas asintomáticas o que pasan la enfermedad con transcurso leve.
En un 35 por ciento de los casos estudiados, los afectados no sabían siquiera que habían pasado la COVID hasta que fueron sometidos a test de anticuerpos como parte del estudio, según recalcaron los investigadores en un comunicado de la universidad.
Algunos de los síntomas persistentes más comunes son cansancio, trastornos de la memoria, dolores articulares, disminución del gusto y del olfato y dificultades respiratorias, aunque no existe un patrón claro ni se ha consensuado todavía una definición unitaria del "long COVID".
Los resultados publicados este lunes forman parte de un estudio más amplio con una muestra de 10 mil 250 personas, de las cuales unas 500 pasaron la enfermedad, y apuntan a que los síntomas de la COVID persistente tienden a desaparecer con el paso del tiempo.
Para sorpresa de los investigadores, un 46 por ciento de las mujeres de la muestra que contrajeron COVID se vieron afectadas, frente a un 35 por ciento de los hombres, a pesar de que habitualmente la enfermedad es más grave en los varones.
La edad no parece aumentar las probabilidades de contraer la COVID persistente, de acuerdo con el estudio, que reveló también que un tercio de los contagiados afirmaba no haber recuperado los niveles de rendimiento previos a la enfermedad.
Para un 15 por ciento, las secuelas llegan al punto de restringir su vida diaria, mientras que en un 6 por ciento de los casos los antiguos pacientes se ven limitados en su actividad laboral.
La universidad anunció además que lanzará un nuevo estudio centrado específicamente en los pacientes con síntomas persistentes, con el objetivo de definir mejor el cuadro clínico.
Además, pretenden identificar factores de riesgo, como la presencia de determinados biomarcadores y averiguar cuál es el impacto de la vacuna en el desarrollo de secuelas duraderas.
"Sólo una profunda comprensión de los mecanismos de actuación de la enfermedad posibilitarán un diagnóstico y una terapia efectivas," comentó el portavoz de la dirección de estudios de la universidad, Philipp Wild.