El estudio afirmó que México y Brasil fueron los dos países de América Latina con el mayor número de tarjetas de crédito clonadas y vendidas en la deep web.
Brasil, 16 de diciembre (InSight Crime).-- Un reciente estudio sobre clonación de tarjetas de crédito en el mundo reveló algunas particularidades sorprendentes sobre el riesgo que enfrentan los clientes en Latinoamérica y el precio de compra de esta información robada.
El informe global, preparado por NordVPN, líder en la industria de redes virtuales privadas (VPN), reveló que en la deep web se encuentran a la venta los datos robados de cerca de 4 millones de tarjetas de crédito.
Estados Unidos representa el mayor porcentaje de tarjetas de crédito robadas, con más de 1.5 millones de datos hallados. Pero como lo señala el informe, eso no significa que los clientes estadounidenses enfrenten mayores riesgos, pues el uso per cápita de tarjetas de crédito presenta grandes variaciones en todo el mundo.
A continuación, InSight Crime analiza los hallazgos del estudio sobre América Latina.
1. BRASIL, MÉXICO Y PUERTO RICO EN MAYOR RIESGO
Cada país del estudio recibió una calificación sobre su nivel de riesgo en fraude con tarjetas de crédito, en una escala de 0 a 1. Se determinó que el mayor riesgo de robo y venta de datos en Latinoamérica lo enfrentaban los usuarios de tarjetas de crédito de México, Puerto Rico y Brasil. Cada uno de esos países tuvo una calificación de 0,6 en la escala. Esos resultados no sorprenden. Brasil y México son los dos titanes económicos de la región, con altos índices de inversión internacional y un comercio electrónico fuerte.
A pesar de eso, hay grandes variaciones en el uso de tarjetas de crédito.
En Brasil, se encuentran tarjetas de crédito casi en todas partes, pues más del 80 por ciento de la población tiene al menos una, según estadísticas del Gobierno a julio de 2021. En comparación, sólo el 15 por ciento de los mexicanos usa tarjetas de crédito y la mayoría sigue pagando en efectivo, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Adicionalmente, la seguridad en línea parece ser más eficiente en Brasil, donde, a pesar de un mayor número de tarjetas de crédito en circulación, sólo se hallaron datos de 220 mil tarjetas, en comparación con las 350 mil encontradas en México.
Por su parte, Puerto Rico presentó un mayor riesgo que el territorio continental de Estados Unidos (0.5). Esto tampoco es sorprendente, pues la isla tiene una historia de fraude financiero y con tarjetas de crédito, como lo demuestra la apertura de varias investigaciones sobre dicha práctica.
2. PAÍSES MÁS COTIZADOS PARA LA VENTA DE TARJETAS DE CRÉDITO
Aunque México y Brasil se llevan la mayor parte en porcentaje de tarjetas robadas en la región, la compra de datos de dichas tarjetas en la red no es costosa. El costo promedio fue de apenas 2.36 dólares en México y de 6.54 dólares en Brasil, unos de los más bajos de la región.
En contraste, Paraguay fue el país donde es más costosa la compra de datos robados de tarjetas, pues el costo tarjeta es de aproximadamente 19.25, seguido de Panamá (18.42 dólares ), Uruguay (18.32 dólares ), Colombia (18.29 dólares ) y Chile (18.28 dólares ), según la investigación de NordVPN.
Estos países parecen caer en dos categorías. Paraguay y Uruguay se clasificaron en bajo riesgo de robo de información de tarjetas de crédito. En el caso de Paraguay, el alto precio parece determinado por la baja demanda. Sólo 7 por ciento de la población usa tarjetas de crédito y sólo se descubrieron 101 tarjetas de crédito clonadas. En Uruguay, donde más del 35 por ciento de la población usa tarjetas de crédito, la implementación de regulaciones relativamente fuertes sobre el uso de las tarjetas y las campañas contra el fraude fiscal pueden haber contribuido a mantener a raya el fraude.
Por el contrario, Colombia, Chile y Panamá, todos clasificados como de mediano riesgo, tienen boyantes industrias de crédito por medio de plásticos con alta demanda. En 2019, en Colombia se emitían 12 mil nuevas tarjetas de crédito al día. Chile presentó un alejamiento masivo de las transacciones en efectivo durante la pandemia de COVID-19, con un aumento proporcional en el uso de tarjetas de crédito.
Como resultado de lo anterior, los tres países han presentado una escalada continua de fraudes con tarjetas de crédito, la mayoría valiéndose de técnicas comunes en el resto del mundo. La situación se agravó aún más desde el inicio de la pandemia, lo que puso a estos países en un riesgo no especialmente alto, pero sí en la mitad.
3. POCAS TARJETAS QUE CLONAR EN VENEZUELA
Con una economía devastada y acceso limitado a los mercados financieros internacionales debido a las sanciones, no sorprende que Venezuela sólo tuviera alrededor de 750 tarjetas de crédito para una población de 28 millones de habitantes.
Incluso los venezolanos que aún tienen tarjetas emitidas por los bancos nacionales tienen límites de crédito extraordinariamente bajos. En octubre de 2021, el Banco Central de Venezuela estableció un nuevo tope para las tarjetas de crédito en el país, de un bolívar o apenas 0.24 dólares , lo que permitiría a los usuarios adquirir el equivalente a un kilo de carne molida o un kilo de leche en polvo.