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Millones esperan dosis

Entre el escepticismo y la desigualdad, las vacunas no terminaron con la pandemia

10/12/2021 - 6:42 pm

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió desde comienzos de año que el avance de la vacunación estaba siendo peligrosamente desigual, que con ello el mundo entero corría el riesgo de que el coronavirus mutara hacia formas más peligrosas y sus advertencias se cumplieron en Asia y África.

Por Antonio Broto

Ginebra, 10 de diciembre (EFE).- La llegada de las vacunas contra la COVID permitió que en 2021 se reanudara buena parte de la actividad mundial paralizada en 2020, pero las dosis no trajeron el deseado fin de la pandemia, que evolucionó en variantes más contagiosas y causó aún más casos y muertes este año que el pasado.

La mayor campaña de vacunación de la historia, que alcanzará las 9 mil millones de dosis a finales de año, consiguió que en 2021 se redujeran los confinamientos y las restricciones de viajes, aunque la vida no volvió a ser como era antes de la pandemia.

Tras un 2020 de cancelaciones y encierros, este año se pudieron celebrar, aunque fuera con restricciones, grandes acontecimientos como las Olimpiadas o la Eurocopa, y las vacunas trajeron más libertad para desplazarse y reanudar la vida social, con mayor tranquilidad sin duda en los países donde la tasa de vacunación es más alta.

Las cifras mundiales de la pandemia. Gráficos: EFE

EL «SÁLVESE QUIEN PUEDA» CONDENA A TODOS

Mientras a mitad de este año los países más industrializados habían conseguido vacunar a la mayoría de su población adulta, en el mundo en desarrollo llegaban a cuentagotas, lo que dio lugar a una pandemia «a dos velocidades».

Mientras en Occidente hubo durante meses una sensación de vuelta a la normalidad, en regiones como el sur de Asia, Latinoamérica o África, a los que las vacunas llegaron con lentitud, la situación durante buena parte del año no fue demasiado diferente a la de 2020: hospitales colapsados, confinamientos y miedo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió desde comienzos de año que el avance de la vacunación estaba siendo peligrosamente desigual, que con ello el mundo entero corría el riesgo de que el coronavirus mutara hacia formas más peligrosas y sus advertencias se cumplieron en Asia y África.

La variante delta, más contagiosa que las anteriores y que actualmente supone el 99 por ciento de los nuevos contagios de COVID-19, se detectó primero en la India, que sufrió a mediados de año la peor ola de la pandemia vivida por un sólo país, con hasta 400 mil casos diarios.

La delta redujo al 90 por ciento la protección de los vacunados frente a formas graves de COVID y a entre 60 por ciento y 40 por ciento en el caso de cuadros moderados, por lo que hay que aceptar que las vacunas ya no son un blindaje al contagio, pero sin duda evitan en la gran mayoría de casos hospitalizaciones y muertes.

A esta situación se ha sumado el movimiento de escépticos frente a las vacunas que atraviesa numerosos países, donde las tasas de inmunización se han mantenido relativamente bajas, alejando el objetivo de alcanzar una inmunidad colectiva.

Las variantes de preocupación e interés. Gráficos: EFE

CON ÓMICRON REGRESA EL MIEDO

La alarma mundial ha vuelto con el surgimiento de otra variante que se teme pueda ser incluso más contagiosa que la delta, la ómicron, cuyos primeros casos se detectaron en Sudáfrica y Botsuana, desatando nuevas restricciones aéreas y el pánico bursátil ante posibles reconfinamientos.

La OMS no ha dejado de repetirlo: sin un reparto equitativo de las vacunas, el mundo sigue sin estar a salvo, y las cifras lo evidencian: en 2021, pese a la engañosa sensación de alivio, hubo muchos más contagios y muertes por COVID-19 que en 2020.

El pasado año se contabilizaron unos 80 millones de casos y 1,7 millones de muertes, mientras que en lo que va de 2021 los positivos ascienden a más del doble, 180 millones, y las muertes a unos 3,5 millones.

Para frenar la pandemia, la OMS y otros actores de la comunidad internacional han intentado combatir la desigualdad en la inmunización mediante donaciones y programas de redistribución de vacunas, como la plataforma COVAX, que ha entregado gratis o a bajo precio unos 600 millones de dosis.

Vacunación mundial contra la COVID-19. Gráficos: EFE

LENTO CAMINO HACIA LOS GENÉRICOS

La emergencia sanitario llegó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde la India y Sudáfrica lideran un coalición formada por un centenar de países que llevan un año pidiendo la suspensión temporal de las patentes de las vacunas y tratamientos contra la COVID-19 para aumentar su producción bajo la forma de genéricos, los que serían más asequible para los países de menores recursos.

Sin embargo, la gran negociación que se había previsto para impulsar un acuerdo en este sentido, la XII Conferencia Ministerial de la OMC a finales de noviembre, se canceló a última hora precisamente por la ola de restricciones a los viajes que produjo la variante ómicron.

Los principales opositores en la OMC a la liberalización de la patentes son los países con fuerte industria farmacéutica, principalmente Reino Unido, Suiza y la Unión Europea, como bloque.

MÁS TRATAMIENTOS, PERO MÁS CAROS

Las vacunas y su administración en todo el planeta fueron el tema que dominó todo el año 2021, aunque no fueron el único frente en el que la comunidad internacional logró avances contra la COVID-19, ya que este año también se amplió la lista de tratamientos para los pacientes con esta enfermedad.

En 2021 se ha probado la eficacia de tratamientos como un cóctel de anticuerpos monoclonales casirivimab-imdevimab o de la interleucina-6, mientras otros fármacos muestran buenos resultados en ensayos y se espera que pronto se comercialicen. Esto se suma a los corticoesteroides que fueron los primeros en utilizarse.

Este escenario puede ser un elemento adicional que frene la lucha contra la pandemia, que pronto entrará en su tercer año sin que nadie se atreva a vaticinar cuándo terminará.

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