Previo a darse a conocer la noticia, el hijo de Lamb, Jonathan, describió la infección de su padre como “un ataque espiritual del enemigo” para derribarlo. Pese a ello, trascendió que el religioso era diabético y fue hospitalizado por varias semanas después de que sus niveles de oxígeno bajaron.
Ciudad de México, 3 de diciembre (La Opinión).-- El nombre de Marcus Lamb se convirtió por un tiempo en una de las voces que se opusieron abiertamente a las vacunas contra el coronavirus. Irónicamente, el locutor cristiano en Dallas, Texas, perdió la vida tras contagiarse de COVID19.
Marcus Lamb era director ejecutivo y fundador de la conservadora Christian Daystar Television Network, donde se trasmitieron programas con otros escépticos de las vacunas que promovían tratamientos alternativos para el coronavirus.
“Con gran pesar anunciamos que Marcus Lamb, presidente y fundador de Daystar Television Network, partió para estar con el Señor”, dijo la cadena en un tuit. “La familia pide que se respete su privacidad mientras lloran esta difícil pérdida”, añade.
Thank you for all of the love, support, & prayers you’ve poured out since the passing of our beloved leader, Marcus Lamb.
We know how much Marcus meant to so many of you, so we would like to invite you to join us to honor & celebrate his life on Monday at 1pm at Gateway Church. pic.twitter.com/x5Z1NTftZ0
— Daystar Television (@Daystar) December 1, 2021
La cadena de Lamb cuenta con más de 70 emisoras en todo Estados Unidos. Además, se emite en 74 países de todo el mundo. Por lo tanto, se convirtió en una plataforma de desinformación muy mencionada gracias a la exposición de teorías conspirativas durante la pandemia del coronavirus.
Incluso, en la emisión del pasado 10 de mayo, Marcus Lamb incluyó un segmento en el que se decía falsamente que la vacuna COVID estaba “matando su sistema inmunológico”.
“Queremos advertirle, queremos ayudarlo, queremos darle una alternativa”, dijo Lamb.
Entre otras polémicas, Lamb alentó tratamientos no aprobados para la COVID-19, incluida la Ivermectina y la Hidroxicloroquina. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los Institutos Nacionales de Salud advirtieron a los estadounidenses no utilizar ninguno de esos fármacos para tratar la COVID-19.