Las farmacéuticas estudian si tendrán que realizar modificaciones a las vacunas contra la COVID-19 para atacar a la variante Ómicron.
Nueva York/La Haya/Bruselas, 28 de noviembre (SinEmbargo/EFE/AP).– Mientras la variante Ómicron del coronavirus restaura dudas y miedos alrededor del mundo por la posibilidad de que se trate de una mutación más contagiosa que versiones anteriores, como Delta, los científicos y las farmacéuticas han comenzado una frenética carrera contrarreloj para medir y probar de nuevo las vacunas anticovid que se han usado hasta ahora, para conocer su efectividad frente a esta nueva amenaza.
"Realmente necesitamos ser vigilantes con esta nueva variante y prepararnos para ella", señaló Jesse Bloom, un biólogo experto en evolución del Centro de Investigación de Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle, al diario estadounidense The New York Times
"Probablemente en algunas semanas tendremos un mejor panorama de cuánto esta variante se esta extendiendo y qué tan necesario sería que empecemos a pensar en desarrollar una vacuna para la variante", agregó Bloom.
El viernes pasado, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) consideró "prematuro" prever si se necesitará adaptar las vacunas de la COVID-19 "con una composición diferente" para hacer frente a la nueva variante emergente de coronavirus, y subrayó que la actual información sobre el funcionamiento de esta cepa es "insuficiente".
Una fuente de la EMA aseguró a Efe que los datos que se conocen ahora sobre la conocida como variante sudafricana son "insuficientes para determinar si esta variante se va a propagar de manera significativa y en qué medida puede evadir la inmunidad recibida con las vacunas" autorizadas en la Unión Europea (UE).
“Si se demostrara que una nueva variante mutada evade la inmunidad y se propaga rápidamente en lugares donde predomina (ahora) la variante delta, sería relevante iniciar las actividades relacionadas con la actualización de las vacunas”, admitió la agencia europea.
El mismo día, los principales fabricantes de vacunas contra la COVID en occidente, entre ellos los estadounidenses Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, informaron este viernes que ya están probando la efectividad de sus productos contra la nueva variante detectada en el África austral.
Pfizer y su socio alemán BioNTech emitieron un comunicado en que explicaron que sus laboratorios ya están analizando esta variante para determinar si su vacuna (una de las más usadas en EU y en países europeos) podría necesitar algún tipo de "ajuste".
Por su parte, Moderna alertó de que las mutaciones observadas en la variante son "preocupantes" y explicó que probará varias dosis de refuerzo de su vacuna para ver cuál es la reacción.
Johnson & Johnson, que comercializa su vacuna en Europa bajo el nombre de su subsidiaria Janssen, apuntó que ya está probando la efectividad de su producto "contra la nueva variante de rápida propagación que se identificó en el Sur de África".
También la estadounidense Novavax y la británica AstraZeneca dijeron estar analizando el efecto de sus vacunas contra esta nueva variante.
Varios científicos británicos trataron este sábado de reducir la alarma creada por la aparición de la variante Ómicron del coronavirus, considerada más contagiosa, y señalan que es probable que las vacunas existentes sean efectivas para prevenir una enfermedad grave.
El inmunólogo Andrew Pollard, director del Grupo de vacunas de Oxford que desarrolló el preparado Oxford-AstraZeneca, señaló a la BBC que, aunque todavía se tardará un tiempo en establecer sus efectos, muchas de las mutaciones de esta variante están ya presentes en otras sobre las que han sido efectivas las vacunas.
"Desde un punto de vista de conjetura, tenemos cierto optimismo de que la vacuna [AstraZeneca] debería aún funcionar contra la nueva variante en el sentido de prevenir el desarrollo de una enfermedad grave, si bien tendremos que esperar varias semanas para confirmarlo", declaró.
"Las mutaciones (de la Omicron) existen en otras variantes, y las vacunas han logrado prevenir la enfermedad grave en las Alfa, Beta, Gama y Delta", mantuvo.
En la opinión de este experto, "es extremadamente improbable que, con una población vacunada, haya un retorno de la pandemia como el visto el año pasado".
A su vez, el Gobierno del Reino Unido confirmó este domingo las primeras medidas que tomará para frenar la propagación de la variante Omicron del coronovirus, que incluyen mascarillas, test PCR al regresar del extranjero y acelerar la dosis de refuerzo de la vacuna.
El Ministro conservador de Sanidad, Sajid Javid, dijo a los medios que las mascarillas volverán a ser obligatorias en los comercios y el transporte público, aunque no en la hostelería, en Inglaterra a partir del martes, cuando también se espera que empiece a exigirse una prueba PCR, y no de antígenos, durante los dos primeros días de estancia en el país.
También se requerirá desde el lunes que el personal y los alumnos en edad de secundaria lleven protección facial en las áreas comunes de los colegios ingleses, indicó el ministerio de Educación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) este domingo intentó calmar las aguas después de una semana de ansiedad, caída de bolsas y cierres aéreos con una gran parte de los países del sur de África, y señaló que no hay indicios todavía de que la nueva variante Omicron provoque más casos graves de COVID-19 o con síntomas diferentes a los de cepas anteriores.
Aunque la tasa de hospitalizaciones por COVID-19 ha aumentado en los últimos días en Sudáfrica, el país donde se detectó primero la variante, "ello podría ser resultado de un aumento general de los infectados, y no sólo de contagios específicos con la variante ómicron", señalaron los expertos de la OMS en un comunicado.
Por otro lado, muchas de las primeras infecciones por Ómicron reportadas son de estudiantes universitarios, "jóvenes que tienden a sufrir formas mas moderadas de la enfermedad", destacaron los miembros del Grupo Asesor de Expertos en la Evolución de Virus de la OMS.
Mientras tanto, Holanda confirmó este domingo también 13 casos de la nueva variante Omicron y Australia encontró dos, los países más recientes en detectarla en viajeros que llegan desde el sur de África.
Naciones de todo el mundo están imponiendo restricciones para frenar la propagación de la variante. Israel decidió el domingo prohibir la entrada a ciudadanos extranjeros, la medida más radical hasta ahora, y Marruecos suspendió dos semanas todos los arribos aéreos.
Ya han surgido casos confirmados o sospechosos de la nueva variante en varios países europeos, en Israel y en Hong Kong, pocos días después de que fuera identificada por investigadores en Sudáfrica. El enfoque de “actuar primero, preguntar después” reflejó una alarma creciente sobre la aparición de una variante potencialmente más contagiosa casi dos años después del estallido de la pandemia de COVID-19 que ha matado a más de cinco millones de personas, trastornado vidas y economías en todo el mundo.
Si bien queda mucho por aprender sobre la nueva variante, a los investigadores les preocupa que pueda ser más resistente a las vacunas y podría significar que la pandemia durará más de lo previsto. Pero habrá que esperar a que los primeros resultados confirmen o desmientan los peores temores ante la nueva versión del coronavirus.
–Con información de EFE y AP