El Anexo 13, que contempla las Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, tuvo un aumento del 64 por ciento respecto a los recursos aprobados en 2021, pero este incremento no se explica por una mayor asignación a programas directamente vinculados a erradicar la violencia contra las mujeres, sino por un alza al "Programa para el Bienestar de Personas Adultas Mayores", que acapara el 91 por ciento del presupuesto total.
Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).- En un contexto en el que las mujeres han vivido durante la pandemia un incremento de la violencia dentro de los hogares y un mayor desempleo respecto a los hombres, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2022 muestra un aumento “engañoso” en el dinero destinado a garantizar la igualdad entre hombres y mujeres.
De acuerdo con el informe "Las mujeres en el PPEF 2022", elaborado por la organización Energía, Género y Ambiente (Engenera), y que analiza el Anexo 13, que son las Erogaciones para la Igualdad entre Mujeres y Hombres —el único instrumento que impulsaron grupos feministas y expertas—, el Presupuesto para mujeres para el siguiente año aumenta sólo en apariencia ya que se metieron programas que no cumplen con los fines previstos.
En teoría, este anexo debe albergar los programas y acciones para temas vinculados a garantizar la igualdad, erradicar la violencia de género o eliminar la discriminación. Para 2022 se observó un aumento engañoso ya que hay problemas que no corresponden con los objetivos de dicho anexo, es decir no se enfocan ni a radicar la violencia ni a garantizar la igualdad.
El Anexo 13 planteó recursos por un total de 257 mil 752 millones de pesos, lo que representa un aumento del 64 por ciento respecto del aprobado en 2021, pero el incremento no se explica por una mayor asignación a programas directamente vinculados a erradicar la violencia contra las mujeres, sino por un alza al "Programa para el Bienestar de Personas Adultas Mayores", que acapara el 91 por ciento del presupuesto total.
El programa estrella de la actual administración procura a la población de la tercera edad, pero sus reglas de operación carecen de perspectiva de género por lo que se cuestiona que se incluya en el Anexo 13.
En entrevista con SinEmbargo, Beatriz Olivera, directora de Engenera, dijo que aunque se argumente que por ser programas que se basan en otorgar transferencias a las personas, no significa que sean un detonante para la igualdad de género.
“Consideramos que es un aumento engañoso, es inflar el presupuesto porque no corresponde a los temas ni a los objetivos que se persigue, entonces sí es un argumento que se utiliza de manera muy engañosa”, expresó.
Sobre los programas que pueden estar en esas erogaciones, el informe de Engenera menciona algunos ejemplos como el de “Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus hijas e hijos”, a quien se le propone asignar 420 millones de pesos, lo que es apenas el 0.3 por ciento y representa un “aumento marginal” de 0.04 por ciento.
Este “aumento” se da en un momento en que la Red Nacional de Refugios advirtió que en la primera mitad de 2021, al menos 13 mil 631 mujeres huyeron de casa con sus hijas e hijos debido a la violencia dentro de los hogares que vivieron durante el confinamiento por la pandemia.
Aunado a esto, está la reducción en la asignación de presupuesto al “Programa para Promover la atención y prevención de la violencia contra las mujeres”, que es operado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim): para 2022 se le etiquetaron 310 millones de pesos, una reducción de 0.3 por ciento respecto del PEF 2021.
"Dicha reducción impactó acciones clave como la Construcción y equipamiento de los Centros de Justicia para las Mujeres cuyo monto etiquetado es de 122 millones 225 mil pesos y representa un recorte de alrededor del 3.6 por ciento respecto del 2021”, comentó Olivera.
Para las investigadoras, la realidad de las mujeres durante casi dos años de pandemia es muy distinta. Y esa nueva realidad debió verse reflejada en el Presupuesto.
Las mujeres fueron reafirmadas como las principales cuidadoras, lo que implica que tengan empleos informales o se vuelva más complicada su incursión en el mercado laboral. Como dato, actualmente 7 de cada 10 desempleados en México son mujeres.
El “Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras”, que es el que puede atender las necesidades de apoyo para el trabajo de cuidados, tuvo una reducción de 3.6 por ciento respecto del 2021, al pasar de 2 mil 784 a 2 mil 685 millones de pesos.
IGUALDAD DE GÉNERO NO SÓLO ES “PARIDAD”
La investigadora explicó que este señalamiento no es una crítica a los programas sociales de la actual administración, sino a que políticas sin perspectiva de género concentren más del 90 por ciento del presupuesto del Anexo que tiene como objetivo la igualdad entre hombres y mujeres.
“Da la impresión de que sí hay algunos programas que se colocan ahí, en particular éste, (el "Programa para el Bienestar de Personas Adultas Mayores", pues como para inflar un poquito más el Presupuesto. Y es un malentendido porque tener perspectiva de género, no es solo incluir a hombres y mujeres”, añadió.
El informe ahonda más en este tema.
Aunque el Programa de Adultos Mayores están contempladas las mujeres de la tercera edad, no se prevén las diferentes situaciones en las que están muchas de las mujeres de esa edad y que son distintas a las de los hombres.
Temas como el cuidado de los nietos, la crianza, temas de salud y en el caso de los feminicidios, es necesario atender a los huérfanos y las huérfanas, la mayoría quedan a cargo de los cuidados las abuelas más que los abuelos.
“Faltan diagnósticos. No existe hasta ahora un diagnóstico de este programa con perspectiva de género, entonces falta desarrollar eso y avanzar mucho más en el entendimiento de que cuando hablamos de que tenga perspectiva de género o no un programa, pues tiene que ser una invitación más bien a entender que el tema va más allá de solo hablar o solo aportar datos de manera diferenciada para mujeres y hombres”, detalló Olivera.
Otro de los puntos que se aborda en el análisis del PPEF, es que los programas que sí tienen el enfoque de género no reciben los recursos suficientes para atender a las mujeres.
Y ya a la mitad del sexenio, lo que se observa es que no se ha dado lo suficiente como para asegurar que se quiere impulsar la reducción de las desigualdades, que la apuesta es enfocarse a los programas de transferencias directas es decir, dinero que llega directamente a las personas pero que no necesariamente las acerca oportunidades de acceso a derechos.
“No es un presupuesto que esté hecho al aventón. Hay una lucha detrás de este presupuesto, una lucha de colectivos feministas, gente que está siempre en los parlamentos abiertos luchando por más presupuesto para las mujeres y también del otro lado hay gente muy receptiva. Sin embargo, lo que sí vemos que falta es una visión justo de género, o sea, hay una visión reducida de cómo se entiende, de cómo se pretenden reconocer las necesidades de las mujeres”, agregó Olivera.
Sobre este tema señaló que las autoridades se quedan cortas porque en el Presupuesto no se nota que haya un interés por atender las necesidades.
“Mientras no haya ese reconocimiento, nos quedamos solamente con el entendimiento de que el género es la paridad, per la paridad es un piso mínimo, no podemos decir que hay enfoque de género. O con el hecho de solamente decir ‘mujeres y hombres’ se se diferencian en estas transferencias directas de los programas. Primero debe haber comprensión por parte de quienes legislan, del propio Presidente. El Proyecto de Presupuesto es una apuesta, muy reducida, pero también es una invitación hacer un viraje a mitad del sexenio para que haya una mayor cantidad de de recursos para para mujeres, y que atienden a sus problemáticas”, concluyó.