A pesar del tiempo, aún se notan las diferencias en la repartición de las vacunas contra la COVID-19 entre países ricos y pobres.
Madrid, 21 de octubre (Europa Press).- Las farmacéuticas y los países ricos solo suministran una séptima parte de las dosis prometidas a los países más pobres, según el informe A Dose of Reality publicado este jueves por la alianza People's Vaccine, que revela que de los mil 800 millones de vacunas contra la COVID-19 prometidas por los países ricos, hasta la fecha solo se han suministrado 261 millones, mientras que las empresas farmacéuticas occidentales han entregado únicamente el 12 por ciento de las dosis destinadas a Covax, la iniciativa de acceso justo a las vacunas contra la COVID-19.
"Las naciones ricas y las corporaciones están fallando vergonzosamente a la hora de cumplir sus promesas y bloquean la solución real que brindaría a las poblaciones más pobres la capacidad de fabricar sus propias vacunas. Esto solo demuestra que, tristemente, las personas más vulnerables no pueden confiar en la generosidad y la caridad de los países más ricos y las empresas farmacéuticas. Las consecuencias son horribles: cientos de miles de personas mueren a causa de la COVID-19", señala Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
Hasta el momento España no ha cumplido con los compromisos adquiridos y tan solo ha entregado 6.2 millones de los 30 millones de dosis que prometió, el 21 por ciento. Además, gobiernos como el británico siguen bloqueando la posibilidad de que países como Sudáfrica o India fabriquen sus propias vacunas, y Reino Unido solo ha entregado 9.6 millones (menos del 10 por ciento) de los 100 millones de dosis que prometió a los países más pobres. Además, se han quedado para su propio uso medio millón de dosis de Covax, a pesar de la extrema escasez de vacunas para los países más pobres y de tener dosis de sobra para su población con acuerdos directos con las grandes farmacéuticas.
Canadá sigue la misma lógica y se ha hecho con más de 970 mil dosis de Covax, mientras que solo ha entregado 3.2 millones (el 8 por ciento) de los 40 millones de dosis que prometió. Alemania, otro país que bloquea la renuncia, ha entregado el 12 por ciento de los 100 millones de dosis que prometió. Francia ha entregado solo el 9 por ciento de los 120 millones prometidos. Estados Unidos es el país que ha proporcionado más dosis (casi 177 millones), pero esta cifra representa solo el 16 por ciento de los mil 100 millones de dosis prometidas.
BREAKING:@AstraZeneca @pfizer/@BioNTech_Group @moderna_tx & @JNJNews have collectively delivered 47 times as many doses to high-income countries compared to low-income countries.
47.
It's not a fair race. And the way it's going, we're ALL set to lose.
We need a #PeoplesVaccine pic.twitter.com/i9HafYP5y5— The People's Vaccine (@peoplesvaccine) October 21, 2021
"En este el último año, desde que India y Sudáfrica presentaron la propuesta de suspender las patentes, ha habido más de tres millones y medio de muertes, ¿cuántas podríamos haber evitado? Es inmoral que algunos países no hayan llegado al 3 por ciento de la población vacunada y sigamos negociando. Las donaciones pueden aliviar una emergencia, pero no son la respuesta a esta pandemia. Necesitamos más producción y que todos los países puedan comprar sus propias vacunas a un precio justo", asegura Vanessa López, directora de Salud por Derecho.
La alianza asegura que Covax cometió un error al no asumir que confiar en las farmacéuticas derivaría en problemas en el reparto de dosis. Las compañías han socavado la iniciativa al no destinar suficientes dosis y además no cumplir con las cantidades a las que se comprometieron.
De los 994 millones de dosis destinadas a Covax por Johnson & Johnson, Moderna, Oxford/AstraZeneca y Pfizer/BioNTech, solo se han entregado 120 millones (un 12 por ciento), cifra 15 veces menor a los mil 800 millones de dosis suministradas a los países ricos por estas mismas empresas. Ni Johnson & Johnson ni Moderna han aportado todavía una sola de las dosis que prometieron.
"Vemos cómo las grandes farmacéuticas priorizan su propio beneficio mientras dejan a las personas de lado. Estas empresas no pueden producir suficientes vacunas para salvar vidas. La única manera de poner fin a la pandemia es compartir la tecnología y los conocimientos con otros fabricantes cualificados para que todo el mundo, en todas partes, pueda tener acceso a estas vacunas", dice Beatriz Novales, de Oxfam Intermón.
A una semana de que los principales líderes mundiales se reúnan para la cumbre del G20 en Roma, la alianza People's Vaccine (que cuenta con 77 miembros, entre ellos ActionAid, African Alliance, Global Justice Now, Oxfam Intermón, Salud por Derecho y ONUSIDA) hace un llamamiento para que cumplan sus promesas en favor de la vacunación mundial y se comprometan a suspender los derechos de propiedad intelectual aplicables sobre las vacunas, pruebas, tratamientos y otros instrumentos médicos para combatir la COVID-19, acordando la exención propuesta del Acuerdo sobre los ADPIC de la Organización Mundial del Comercio.
BREAKING:
🌍Vaccine donations promised:1.8B
🌍Vaccine donations delivered:261M🇮🇪 Vaccine donations promised:1.3M
🇮🇪Vaccine donations delivered:335K🇮🇪 &🇪🇺MUST live up to their promises & reallocate doses & stop blocking solutions to vaccine inequity https://t.co/wuRmKwvM9c
— Oxfam Ireland (@OxfamIreland) October 21, 2021
Asimismo, les pide que exijan a las compañías farmacéuticas, por medio de todas sus herramientas legales y políticas, que compartan los datos, los conocimientos y la tecnología relacionados con la COVID-19 con la iniciativa de acceso mancomunado a la tecnología COVID-19 Technology Acces Pool y el centro de transferencia de tecnología de ARNm de la OMS en Sudáfrica.
Por otro lado, les proponen invertir en centros de fabricación descentralizados en los países empobrecidos para transformar un mundo de monopolios y escasez de vacunas en uno de suficiencia y equidad de vacunas, en el cual los países con menos recursos tengan control directo sobre la capacidad de producción para satisfacer sus necesidades.
Y, finalmente, redistribuir inmediatamente las vacunas existentes de forma equitativa entre todas las naciones para cumplir el objetivo de la OMS de alcanzar un 40 por ciento de vacunación entre la población de todos los países a finales de 2021 y un 70 por ciento a mediados de 2022.