Los niños sanos con COVID-19 suelen pasar una COVID-19 leve, pero algunas afecciones coexistentes, en particular las neurológicas, se asocian a un curso grave de la infección.
Redacción Ciencia, 27 ago (EFE).- La vacuna de Pfizer-BioNTech produce efectos secundarios de leves a moderados y que pasan rápido cuando se administra a adolescentes de 12 a 15 años con un alto riesgo de sufrir complicaciones si contraen la COVID-19, debido a otras dolencias previas.
El estudio realizado en Reino Unido cuenta con una muestra muy reducida, pero el equipo considera que los datos son representativos de los adolescentes con más probabilidades de beneficiarse de la vacunación y deberían tranquilizar a los padres y a los médicos.
La investigación de tipo observacional ha sido aceptada para su publicación por Archives of Disease in Childhood, del grupo British Medical Journal.
Los niños sanos con COVID-19 suelen pasar una COVID-19 leve, pero algunas afecciones coexistentes, en particular las neurológicas, se asocian a un curso grave de la infección.
El grupo de asesoramiento sobre vacunas del Reino Unido aconsejó que se ofreciera la vacuna a niños de 12 años o más con discapacidades neurológicas graves, que tienden a contraer infecciones respiratorias recurrentes y tienen necesidades de atención complejas.
Dados los efectos secundarios desconocidos de la vacunación en este grupo complejo y vulnerable, los autores pidieron a los padres de 27 de estos niños que registraran cualquier efecto secundario tras la vacunación.
Los niños tenían entre 12 y 15 años; tres eran pacientes hospitalizados; 16 eran varones y la mayoría (21) eran blancos.
Todos tenían diversas afecciones neurológicas, como distrofia muscular y parálisis cerebral, además de una serie de enfermedades coexistentes, como epilepsia, defectos cardíacos congénitos e inmunodeficiencia, para las que recibían tratamientos farmacológicos de diversa índole.
Los efectos secundarios notificados "fueron todos de leves a moderados" y desaparecieron en una semana, con la excepción de un niño que experimentó fatiga y malestar graves, combinados con un aumento de la agitación, detalló la publicación.
Con la primera dosis se produjeron ocho eventos en seis niños, los cuales se resolvieron en 72 horas, como erupción cutánea leve, dolor de cabeza, diarrea, dolor de cuello, dificultad para dormir y bajada de la glucosa en sangre.
Después de la segunda dosis, hubo otros ocho eventos en cinco niños, con diarrea, vómitos, hinchazón de las axilas y ampollas alrededor de la boca.
El uso de paracetamol después de la primera dosis fue elevado y la fiebre fue más frecuente que la registrada en los estudios en adultos (13 por ciento frente al 4 por ciento en personas de 16 a 55 años).