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Esto no tiene para cuándo

Científicos no descartan variante que evada la vacuna. Hay pandemia para rato

15/08/2021 - 10:46 pm

Mientras una buena parte de países atraviesan una nueva ola de contagios, acentuada por variantes más contagiosas como la Delta, y un avance lento en la vacunación mundial, la posibilidad de una nueva evolución podría retrasar el "regreso a la nueva normalidad" tan esperado en los últimos meses.

Londres/Miami/Ciudad de México, 15 de diciembre (AP/EFE/SinEmbargo).– Los ministros británicos están bajo fuerte presión para que digan qué harán para lidiar con una futura variante de COVID que evada las vacunas actuales, mientras los asesores científicos los alertan que podría retrasase la batalla contra la pandemia un año o más. Las recomendaciones del Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage, en inglés) han sugerido que la llegada de una variante que evade las vacunas es una “posibilidad realista”.

Países en todo el mundo planean para muchos meses a partir de hoy. Ya sea para una variante o para un “nuevo coronavirus”. Para muchos, como Estados Unidos y Europa, este año se irá vacunando a los más jóvenes y reforzando la vacunación entre los primeros que se inmunizaron.

“No es tan diferente de la planificación que debe hacerse entre las pandemias. Una nueva variante que pudo superar la inmunidad sería, esencialmente, un nuevo virus”, dijo Graham Medley, líder del grupo de especialistas que asesoran al Gobierno. “La ventaja sería que sabemos que podemos generar vacunas contra este virus, y con relativa rapidez. La desventaja es que volveríamos a la misma situación en la que estábamos hace un año, dependiendo del impacto que tuviera la inmunidad actual contra una nueva variante”.

El doctor Marc Baguelin, parte del cuerpo asesor y miembro del Imperial College, dijo que “es poco probable que un virus tan nuevo evada por completo toda inmunidad de infecciones o vacunas pasadas. Lo más probable es que podamos actualizar las vacunas actuales para incluir la cepa emergente. Pero hacerlo llevaría meses y significa que podríamos necesitar volver a imponer restricciones si hubiera un riesgo significativo para la salud pública”.

Y es que el pico de la tercera ola, para algunos países la cuarta, ya superó a la primera y a la segunda. La Secretaría de Salud de México registró ayer sábado 23 mil 642 nuevos casos de COVID, el segundo aumento diario más alto de la pandemia, para totalizar 3 millones 091 mil 971 contagios, además de 753 nuevas muertes hasta alcanzar 248 mil 167. En plena tercera ola de contagios, México ha presentado los cuatro días con más casos esta semana, pues el jueves notificó 24 mil 975, el máximo histórico, mientras que el reporte de este sábado supera los 22 mil 758 del viernes y los 22 mil 711 casos del miércoles.

INFIERNO EN FLORIDA

El estado de Florida es uno de los epicentros de la nueva ola de la COVID en EU. Foto: AP

En Florida, Estados Unidos, se está viviendo un infierno. Una joven madre que acababa de festejar su primer aniversario de bodas fue uno de los seis feligreses de una iglesia de Jacksonville que murieron en un lapso de 10 días. Otra mujer de Florida había dado a luz a su primer hija, pero apenas pudo sostenerla unos minutos antes de morir.

Un hombre de California murió unos días antes de cumplir 53 años. Su esposa estaba en un respirador en el mismo hospital en Oakland y no estaba enterada de su muerte el 4 de agosto.

Las cifras de muerte por COVID-19 vuelven a aumentar bruscamente a medida que la variante delta se transmite incontrolada por la población no vacunada y llena los hospitales de enfermos, muchos de ellos más jóvenes que los de etapas anteriores de la pandemia. Estados Unidos registra un promedio de 650 muertes por día, 80 por ciento más que hace dos semanas y ha superado la marca de 600 por primera vez en tres meses.

Aún son escasos los datos sobre la edad y la demografía de las víctimas de la variante Delta, pero los hospitales en los focos principales dicen que evidentemente están recibiendo más ingresos y registrando más muertes de personas menores de 65 años. Los hospitales de Florida registran un alud de adultos jóvenes y sanos que llenan sus salas en todo el estado. Muchos de ellos requieren oxígeno.

La variante Delta y el rechazo a la vacuna han contribuido a la complicada situación, sobre todo en países con una menor capacidad de vacunación. Foto: AP

En Florida, la semana pasada, 36 por ciento de las muertes fueron de menores de 65 años, comparado con el 17 por ciento en la misma semana del año pasado cuando se produjo una oleada similar. Florida lidera a la nación en muertes de COVID-19, con un promedio superior a 150 diarios esta semana.

La juventud de los enfermos marca un cambio con respecto a los ancianos frágiles, muchos de ellos residentes de asilos, que sucumbieron al virus antes de que el estado les diera prioridad para la vacunación. Más del 90 por ciento de los mayores han recibido al menos una dosis, comparado con el 70 por ciento de los menores de 65 años.

“Entre la gente joven persiste la sensación de que son de alguna manera invencibles”, dijo la doctora Leana Wen, profesora de salud pública de la Universidad George Washington y ex comisionada de Salud de Baltimore. “Desgraciadamente, mucha gente hospitalizada va a morir y eso significa gente más joven; y como ustedes han visto, en algunos casos es gente que tenía hijos pequeños”.

UNA DOSIS DE REFUERZO

Tercera dosis de vacunas contra COVID-19
Algunos países, como Israel, ya comenzaron a aplicar una tercera dosis a adultos mayores y personas con riesgos médicos. Foto: José Jácome, EFE

Con una reserva de al menos 100 millones de dosis listas, los funcionarios de la administración de Biden están desarrollando un plan para comenzar a ofrecer inyecciones de refuerzo del coronavirus a algunos estadounidenses a partir de este otoño, incluso cuando los investigadores continúan debatiendo acaloradamente si se necesitan inyecciones adicionales, según las personas. familiarizado con el esfuerzo.

Es probable que los primeros refuerzos vayan a los residentes de hogares de ancianos y a los trabajadores de la salud, seguidos por otras personas mayores que estaban al frente de la fila cuando comenzaron las vacunas a fines del año pasado. Los funcionarios prevén administrar a las personas la misma vacuna que recibieron originalmente. Han discutido comenzar el esfuerzo en octubre, pero no se han fijado en un cronograma.

Si bien muchos expertos externos argumentan que aún no hay pruebas de que la protección de las vacunas contra las enfermedades graves y la hospitalización esté disminuyendo en los Estados Unidos, los funcionarios de la administración dicen que no pueden darse el lujo de posponer la logística de proporcionar refuerzos a millones de personas hasta ese momento. se alcanza el punto. La naturaleza irregular de la red nacional de notificación de enfermedades hace que la cuestión del tiempo sea aún más complicada.

El esfuerzo se produce cuando otra ola del coronavirus se apodera de la nación, revirtiendo gran parte del progreso que había logrado la administración. Los hospitales en estados como Texas, Louisiana y Mississippi están nuevamente inundados de pacientes, la gran mayoría de ellos sin vacunar.

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