La música tradicional mexicana, como la pirekua o el mariachi, ha sido objeto de plagio a pesar de que algunas de ellas están incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Músicos de comunidades indígenas denuncian que los únicos que se han beneficiado de esta distinción son los hoteleros, restaurantes, comerciantes e instituciones gubernamentales.
Ciudad de México, 21 de agosto (SinEmbargo).– Sones, corridos, huapangos, la pirekua o el mariachi forman parte de la música tradicional mexicana que, al igual que en los textiles y artesanías, ha sido objeto de plagio por la industria musical que lucra con ella y la reduce a un espectáculo en donde las autoridades también son cómplices, denunciaron especialistas y músicos de comunidades indígenas.
Georgina Flores Mercado, académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo en entrevista que además del plagio de la música tradicional, lo que está ocurriendo es una sustitución de estos músicos por otras agrupaciones musicales mejor posicionadas, tanto frente a las instituciones de cultura o turismo, como en el propio mercado de la industria musical.
"Lo que experimentamos es una sustitución del sujeto que crea la música por otro que la interpreta y arregla, de tal forma que pueda ser útil para el mercado global de la música que domina actualmente", explicó la también autora del libro Identidades en venta: músicas tradicionales y turismo en México (IIS-UNAM, 2016).
Para los expertos, el uso mercantilista de la música tradicional se ha ido normalizando a tal grado que se invisibiliza que hay una violación a los derechos de autor, donde los compositores no son beneficiados de manera monetaria.
"Es común que artistas como Lila Downs o El Buki canten canciones de tradición cultural de distintas comunidades, donde muchas veces no se incluye el nombre del compositor y se incurre en violación a los derechos de autor", detalló.
La Pirekua es un canto tradicional de las comunidades indígenas purépechas de Michoacán, un medio de comunicación entre las familias y las comunidades. Este canto a la vida es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad UNESCO.
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Pero no sólo los artistas reconocidos han incurrido en el plagio de la música tradicional mexicana, también las autoridades a través de las secretarías de Cultura, Turismo y gobiernos estatales que explotan el uso de esta música, sobre todo si aparecen en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en ingles).
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) alertó desde el año 2018 del peligro de la patrimonialización de la cultura mexicana, ya sea de bienes tangibles o intangibles como la música. A través del documental Los Riesgos de la Patrimonialización evidenció que las declaratorias emanadas de la Unesco, lejos de salvaguardar las expresiones culturales, han tenido efectos que, paradójicamente, contravienen la pretendida salvaguardia.
En el caso de la música, la Unesco incluye en su lista la pirekua (canto tradicional del pueblo p’urhépecha) y al mariachi.
LA PIREKUA CON FINES TURÍSTICOS
En noviembre de 2010, cuando la pirekua fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, se vivió un conflicto en las más de 110 comunidades p’urhépechas, las cuales denunciaron que la declaratoria tenía fines turísticos más que un interés real por salvaguardar la música tradicional.
"En el caso de la pirekua sorprendió a la mayoría de los pireris, que son los componen y cantan pirekuas, porque nunca se les consultó y por lo tanto hubo una violación de los derechos colectivos de los p’urhépechas", recordó la investigadora Georgina Flores. "La Secretaría de Turismo del estado de Michoacán, en se momento encabezado por el señor Genovevo Figueroa, fue la que encabezó y organizó este expediente de la pirekua".
Desde 2010 hasta la fecha, músicos, cantantes y compositores p’urhépechas de la pirekua han rechazado los procedimientos que siguieron las autoridades para llevar este canto tradicional a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco y reclaman a los gobiernos estatal y federal que respeten su derecho a la consulta y a la información.
"Tanto miembros de las comunidades, músicos y compositores intentaron hacer que esa declaratoria realmente beneficiara a las comunidades haciendo que el plan de salvaguardia que se había enviado a la Unesco no tuviera ese giro turístico, sino que fuera elaborado participativamente por las comunidades, cosa que hasta la fecha no se ha hecho, ni la consulta ni la elaboración del plan", mencionó la investigadora de la UNAM, Georgina Flores.
Los pireris denuncian que desde que la pirekua se incluyó en la lista de la Unesco los únicos que se han beneficiado con esta música son los hoteleros, restaurantes, comerciantes, instituciones gubernamentales y músicos reconocidos, como los cuatro grupos que en su momento firmaron el expediente enviado a la Unesco.
"Lo que sí sabemos es que hay ciertas agrupaciones que se han estado aprovechando de esta situación del patrimonio y que ellos son los que han estado supuestamente representando al pueblo p’urhépecha cuando ellos ni el p’urhépecha saben hablar", denunció Daniel Sebastián Felipe, pireri de Comachué, en el documental del INAH Los Riesgos de la Patrimonialización. "Desafortunadamente los que están llevando esto acabo nunca han bajado a las comunidades a conocer quiénes son los que la están creando, ellos quieren monopolizar todo este asunto".
La pirekua es un canto tradicional de las comunidades indígenas p’urhépechas interpretado por hombres y mujeres que se canta por regla general con un ritmo lento. Se puede cantar en solo, en dúo o en trío, y también puede ir acompañada por coros, orquestas de cuerda y conjuntos musicales de instrumentos de cuerda y viento a la vez. Los cantantes e intérpretes de la pirekua, denominados pirériechas, son conocidos por su creatividad y sus interpretaciones de canciones antiguas.
La letra de las canciones, en la que se recurre con mucha frecuencia al uso de símbolos, abarca una amplia gama de temas: desde los acontecimientos históricos hasta la religión, pasando por las ideas sociales y políticas, el amor y los noviazgos.
"La pirekua no es nada más cantar afinado o brindar un buen espectáculo, implica mucho más para los p’urhépechas", indicó la abogada p’urhépecha María Eugenia Gabriel Ruiz en el documental del INAH.
José Luis Sebastián Felipe, pireri de Comachuén, entrevistado en el mismo documental del INAH, pidió a las autoridades que visiten las comunidades para que conozcan a los verdaderos compositores de la pirekua. "Ellos están trabajando con gente que no compone, que sólo tocan bien".
LA PROMOCIÓN DEL MARIACHI NO LOS BENEFICIA
En el año 2011, cuando la Unesco declaró al Mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, los mariachis recibieron con agrado la noticia pues pensaban que esto se traduciría en beneficios para los músicos, pero la promoción que se le hace a este tipo de música sólo beneficia al sector turístico, como hoteleros y festivales, denunciaron.
"Cuando se lanza esta declaratoria para mí fue algo muy bonito, me causó gran gusto y yo creí que las cosas iban a cambiar, pero realmente nos encontramos con que los privilegios nada más fueron para tres personas y nosotros como músicos seguimos igual, no tenemos beneficios, sobrevivimos de la gente local que nos contrata para eventos", señala Alma Rocío Corona Ortiz, directora del Mariachi Las Perlitas Tapatías, en una entrevista incluida dentro del documental Los Riesgos de la Patrimonialización del INAH.
El Mariachi forma parte de la música tradicional de la cultura mexicana, por lo general son cuatro o más músicos vestidos con indumentaria regional, inspirada en el traje de charro, quienes interpretan un amplio repertorio de canciones acompañándose con instrumentos de cuerda: violines, vihuelas, guitarrones y trompetas.
El vasto repertorio de los mariachis abarca canciones de las diferentes regiones de México, jarabes, minués, polkas, valonas, chotis, valses, serenatas, corridos y canciones tradicionales de la vida rural.
"El caso del mariachi es más complejo porque es una práctica más extensa y no atañe a un pueblo indígena en particular, sino es producida por más grupos sociales, en este caso se ha creado el Festival Internacional del Mariachi donde se invierten enormes recursos para la promoción de esta práctica y aparentemente las instituciones están cumpliendo con su deber de llevar a cabo la salvaguardia, sin embargo, a nivel comunitario cuando habla uno con los músicos mariachis realmente no han visto ningún cambio en sus vidas porque los recursos se van a ese tipo de festivales, a una masificación de la práctica musical", dijo en entrevista la académica de la UNAM Georgina Flores.
Jorge Amós Martínez, historiador y docente de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, destaca en el documental del INAH que hay mucha improvisación en las políticas en torno al mariachi.
"La mayoría de los músicos están ignorantes sobre en qué consiste la declaratoria y no han recibido ningún beneficio de ésta", explicó. "La lista del Patrimonio Intangible de la UNESCO convierte a las prácticas culturales en mercancía y consumo del turismo cultural de los países ricos a los pobres".