Estados Unidos registró en 2020 una cifra récord por sobredosis de drogas: 93 mil 331. Los opioides están detrás de la mayoría de estas defunciones, pero hay uno en particular que ha prendido alertas, el fentanilo. El Gobierno de EU ha pedido a México enfrentar el tráfico de esta sustancia, y aunque los decomisos han ido al alza, las muertes por sobredosis continúan del otro lado de la frontera.
Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).– El fentanilo representa una de las principales amenazas para la salud pública y la seguridad nacional de Estados Unidos, situación que ha llevado al Gobierno de este país ha presionar a su contraparte mexicana para frenar el tráfico de drogas, que el año pasado causaron la muerte de 93 mil 331 estadounidenses por sobredosis, la mayor cantidad de defunciones jamás registrada por esta causa en un período de 12 meses y un 29.35 por ciento más que las reportadas en 2019, de acuerdo con las cifras aportadas por las autoridades de esa nación.
Un indicador que muestra cómo las organizaciones del narcotráfico mexicano se han volcado al mercado de opioides y particularmente al del fentanilo —en el cual un sólo kilo puede contener hasta 500 mil dosis— son las incautaciones que han realizado las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), de la Marina (Semar), de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), y la Fiscalía General de la República (FGR) de esta sustancia, las cuales han ido incrementando a la par que lo han hecho los reclamos y las defunciones por sobredosis en EU, donde se encuentra el principal mercado y por lo tanto demanda.
Una revisión realizada por SinEmbargo con base en la información proporcionada por estas dependencias en distintas solicitudes de información consultadas en la Plataforma Nacional de Transparencia —la 0000700169721, 0001700160721, 2800100063221 y la 0001300082521— muestra cómo los decomisos de esta sustancia han aumentado año con año —desde 2016 hasta abril de 2021—, sobre todo la de kilogramos y pastillas.
Por ejemplo, los aseguramientos de kilogramos de fentanilo reportados por la Sedena crecieron de 2016 a 2020 un 2 mil 24.73 por ciento, mientras que el de pastillas se disparó de 2017 a 2020 un 4 mil 733.82 por ciento. La mayoría de los decomisos realizados por esta dependencia se llevaron a cabo en cuatro entidades: Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, estados en donde tiene presencia el Cártel de Sinaloa, la principal organización que se dedica al tráfico de esta sustancia.
La otra dependencia que reporta un importante número de aseguramientos entre 2016 y abril de 2021 es la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana, mediante datos aportados por la Policía Federal y más recientemente por la Guardia Nacional. Según las cifras de esta dependencia —en las cuales no hay información de 2019—, muestran que de 2017 a 2020 los decomisos de kilogramos de fentanilo aumentaron 643.39 por ciento, mientras los aseguramientos de pastillas en el mismo periodo crecieron 10 mil 755.92 por ciento. Los datos proporcionados por esta instancia en cuanto a las entidades en donde se aseguraron estas sustancias son consistentes con los de la Sedena, con la diferencia que en el mapa de los decomisos figura en distintas ocasiones la Ciudad de México, cuyo Aeropuerto Internacional es controlado por el Cártel de Sinaloa.
En lo que respecta a la información proporcionada por la Marina y la FGR, ésta se remite a 2019. En el caso de la primera dependencia, se muestra cómo en 2019 se aseguraron 682.9 kilos de fentanilo mientras que en 2020 se decomisaron 500.22 kilos. En cuanto a las pastillas que ha incautado, la Semar reporta que en 2019 fueron 7 mil 600, en 2020 mil y en lo que va de 2021, con datos de enero, ascienden a 100 mil 20.
La Fiscalía reporta a su vez cómo el aseguramiento de kilos de fentanilo creció de 2019 a 2020 un 212.16 por ciento, el de litros de esta sustancia 600 por ciento, y el de “piezas” 800.70 por ciento.
La información proporcionada por estas dependencias se puede consultar en la siguiente tabla.
LOS RECLAMOS DE EU
Las muertes en Estados Unidos causadas por sobredosis de fentanilo han prendido alerta desde por lo menos 2016, en la última administración de Barack Obama. En marzo de 2019, The Washington Post dio a conocer cómo en mayo de 2016, un grupo de expertos nacionales en salud emitió una petición urgente, en una carta privada, a funcionarios de alto nivel de la administración de Obama.
“Miles de personas estaban muriendo por sobredosis de fentanilo, la droga más mortal que jamás haya llegado a las calles de Estados Unidos, y la administración necesitaba tomar medidas de inmediato. La epidemia se había ido intensificando durante tres años”, se lee en el artículo elaborado por Scott Higham, Sari Horwitz y Katie Zezima
Fueron 11 expertos quienes presionaron al Gobierno de Obama para que declarara al fentanilo como una "emergencia de salud pública" nacional. “La administración consideró la solicitud pero no actuó en consecuencia”, reportó en ese momento el Post.
Fue hasta la administración de Donald Trump que los llamados de EU por detener la entrada de este opioide sintético se intensificaron. Por ejemplo, en enero de 2020 el Fiscal General estadounidense William Barr visitó México y se reunió con integrantes del Gabinete de Seguridad de México a quienes exigió endurecer los controles para evitar el ingreso de este fármaco por la frontera compartida entre ambos países.
El Fiscal General de EEUU, Bill Barr, estuvo hoy en México para dar seguimiento a temas de seguridad, especialmente el flujo ilegal de drogas, armas, y dinero. Sostuvimos reuniones muy fructíferas con el gobierno mexicano. ¡Los retos compartidos requieren soluciones compartidas! pic.twitter.com/IrAkw96Lzh
— @USAmbMex (@USAmbMex) January 17, 2020
Meses después, en la versión 2020 del Memorando Presidencial para Determinar a los Países Principales de Producción y Tránsito de Drogas Ilegales, Donald Trump pidió reconocer al Gobierno de López Obrador “la alarmante tendencia de la producción de fentanilo dentro de su territorio”, afirmación que en su momento negó la Secretaría de la Defensa Nacional al señalar que la materia prima proviene de China, mientras que en México se producen las tabletas, pastillas o comprimidos que son traficados.
Ya en la administración de Joe Biden, la exigencia por detener el flujo de esta droga ha sido la misma, como señaló la Vicepresidenta Kamala Harris en su visita a México realizada el pasado 9 de junio. “Hablamos de acuerdos en torno a seguridad, el contrabando, del tráfico de armas, del narcotráfico. Hablamos específicamente del fentanilo y de la necesidad de seguridad en los puertos de México, en lo que está trabajando el Presidente”, comentó Harris en ese entonces a la prensa luego de reunirse con el Presidente López Obrador.
Aunado a ello, el pasado 27 de abril la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) lanzó el proyecto Wave Breaker para detener la llegada del fentanilo a este país. Este plan se centra en once divisiones, a las cuales se atribuye el 85 por ciento de todos los opioides sintéticos incautados en 2020: Phoenix, Nueva York, San Diego, Nueva Inglaterra, Los Ángeles, Chicago, Detroit, St. Louis, San Francisco, Houston y El Paso.
“Los cárteles mexicanos, en particular el Cártel de Sinaloa, han capitalizado la epidemia de opioides y el uso indebido y abuso de medicamentos recetados en los Estados Unidos, inundando comunidades con fentanilo ilícito y aumentando las tasas de muertes por sobredosis a niveles récord”, advirtió la agencia en un comunicado de prensa con motivo de la puesta en marcha de esta iniciativa.
DECOMISOS DE OPIOIDES EN EU
Desde al menos 2018, las organizaciones criminales transnacionales han importado más precursores para fabricar fentanilo dentro de México para traficar a los Estados Unidos, se lee en un reporte elaborado por la Oficina de Contraloría General (GAO, por sus siglas en inglés) del Congreso de Estados Unidos.
El informe publicado en abril pasado señala que las incautaciones generales de fentanilo y sus análogos que ingresan a EU aumentaron sustancialmente desde 2018 hasta 2020, y destaca que la mayor parte de las incautaciones provino de México, incluso por arriba de las de China, luego de que el gigante asiático adoptara medidas más severas de control sobre la producción de fentanilo.
“Para julio de 2020, la mayoría de las incautaciones (73 por ciento) procedían de México”, dice el documento, el cual menciona cómo los traficantes mexicanos utilizaron principalmente vehículos y peatones para transportar cargamentos cada vez más grandes de fentanilo y sus análogos a través de la frontera, a menudo en una forma de menor pureza mezclada con otros narcóticos.
El informe señala cómo en mayo de 2019 China anunció la clasificación de muchos análogos del fentanilo que no habían sido controlados individualmente en el país por lo que incautaciones de esa droga en los puertos de entrada en EU pasaron de 352 en el año fiscal 2018 a 10 en el año fiscal 2020, hasta julio.
Sin embargo, el documento da cuenta de que la disminución de los decomisos chinos se vio compensada por el aumento de las incautaciones de fentanilo y sus análogos que provienen de México y, en menor grado, de Canadá. En ese sentido, indica que los aseguramientos desde el sur de su frontera pasaron de 220 en 2018 a unos 669 en 2020.
En tanto, cifras aportadas por Insight Crime refieren que los decomisos de opioides reportados por el Servicio estadounidense de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) también han tenido un incremento. En el año fiscal de 2020, entre octubre y septiembre, la CBP incautó más de 2 mil 166 kilogramos de fentanilo, 70 por ciento más que el año anterior. Pero en lo corrido del año fiscal de 2021, indica el medio, los agentes llevan confiscada más de dos veces esa cantidad. Los decomisos de metanfetaminas también aumentaron más de 100 por ciento entre 2018 y 2020, según datos de la CBP.
Todo esto se enmarca en el número récord de muertes registradas en EU por sobredosis, las cuales han aumentado constantemente durante décadas, impulsadas por un aumento masivo del consumo de estas sustancias.
Después de una breve caída en las muertes en 2018, continuaron en su trayectoria ascendente en 2019 y luego aumentaron en 2020. Nuevamente los opioides representaron la abrumadora mayoría (75 por ciento) de las muertes en el último año, seguidas de los opioides sintéticos (62 por ciento), en especial el fentanilo de fabricación ilegal, y estimulantes como las metanfetaminas (26 por ciento), refiere Insight Crime.
EL CÁRTEL DE SINALOA Y EL FENTANILO
El informe de la GAO publicado en abril pasado alertaba cómo las organizaciones criminales transnacionales han establecido laboratorios en México que no sólo mezclan el fentanilo importado y sus análogos con otras drogas, o las diluyen con materiales inertes como lactosa y manitol, para traficar en EU, sino que también sintetizan cada vez más fentanilo y sus análogos a partir de precursores.
En ese punto, el Gobierno de Estados Unidos ha insistido, como ocurrió en septiembre pasado cuando se pidió a México “reconocer la alarmante tendencia a la producción de fentanilo dentro de su territorio” y “hacer más para abordar la creciente producción de metanfetamina de los cárteles (mexicanos)”.
Precisamente para la DEA, la principal organización del narcotráfico mexicano que está detrás del tráfico de fentanilo es el Cartel de Sinaloa, el cual ha “capitalizado la epidemia de opioides y el uso indebido y abuso de medicamentos recetados en los Estados Unidos”.
De hecho, es en Sinaloa donde la Fiscalía General de la República tiene registrado el mayor número de laboratorios de drogas sintéticas destruidos por las autoridades en los últimos cinco años.
En respuesta a la solicitud 0001700076521, la Fiscalía dio a conocer que de 2016 a 2020 en esta entidad se han desmantelado 206 laboratorios para la elaboración de droga sintética. Muy detrás le siguen los 61 destruidos en Michoacán, los 32, en Jalisco, y los 20 en Durango, donde también tiene control el Cártel de Sinaloa.
Una muestra más del poder de esta organización criminal en el mercado de este opioide quedó demostrada cuando el Gobierno de EU buscó extraditar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, para combatir su negocio del fentanilo. La detención y extradición no se logró a causa del fallido operativo implementado por las fuerzas federales en Culiacán el 17 de octubre de 2019, cuando Ovidio fue detenido y liberado a causa del despliegue del Cártel en Sinaloa.