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Rubén Martín

27/06/2021 - 12:00 am

La “invasión” zapatista a Europa

El Escuadrón 421 está compuesto por cuatro mujeres: Yuli, Xime, Lupita, y Caro; dos hombres: Bernal y Felipe; y una otroa: Marijose.

Delegación zapatista recorre Europa. Foto: Cuartoscuro.

Con el arrojo, empeño y dignidad que caracteriza al movimiento indígena maya organizado, el pasado 22 de junio una delegación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), llamada Escuadrón 421, llegó al puerto de Vigo, en España, y apenas tocaron tierra firme la delegada “otroa” Marijose renombró al continente europeo como Slumil K´Ajxemk´Op, que quiere decir “Tierra Insumisa”, o “Tierra que no se resigna, que no desmaya”. Y luego Marijose añadió: “Y así será conocida por propios y extraños mientras haya aquí alguien que no se rinda, que no se venda y que no claudique”.

El Escuadrón 421 está compuesto por cuatro mujeres: Yuli, Xime, Lupita, y Caro; dos hombres: Bernal y Felipe; y una otroa: Marijose.

Para llegar a renombrar Europa como “Tierra insumisa”, antes el Escuadrón 421 tuvo que hacer una travesía de más de 50 días desde que zarparon de Isla Mujeres, Quintana Roo, para cruzar el océano Atlántico en la embarcación llamada La Montaña, capitaneada por un marino alemán.

El EZLN se ha caracterizado más que por su poder armado, siendo que es un ejército que ha declarado la guerra al Estado mexicano, por sus iniciativas políticas poderosas y cargadas de simbolismos que mueven conciencias y transforman realidades. No puede dejar de verse el enorme simbolismo que hay en esta iniciativa que a 500 años de la toma de Tenochtitlán por un Estado mercantilista europeo en expansión, España, ahora una pequeña delegación de pueblos mayas regresen a ese continente para renombrarlo.

Pero no solo eso. El propósito principal del Escuadrón 421 zapatista consiste en realizar la Travesía por la vida por más de 30 países europeos en dos o tres meses. Depende de lo que dure. La Travesía por la vida es la más reciente de las iniciativas políticas que ha convocado el EZLN y con la cual pretende encontrarse y escuchar con colectivos, pueblos, barrios, organizaciones, movimientos, okupas, grupos de la diversidad que en la Europa renombrada luchan y resisten contra el sistema que los oprime: el capitalismo. Y después de encontrase con quienes resisten a este sistema en Europa, el propósito de los zapatistas es hacer periplos semejantes por Asia, África, Oceanía y el continente americano.

Será un gran encuentro cuando otra delegación zapatista, por ejemplo, se encuentre con el pueblo mapuche dividido por los Estados chileno y argentino, o cuando se reúnan con los jóvenes que conformaron la Primera línea en la plaza Dignidad de Santiago de Chile, o con la Primera línea de Cali en la actual revuelta social colombiana. Eso se verá próximamente. Por lo pronto, la Travesía por la vida recorre Europa o “Tierra insumisa”, como la renombró la delegada Marijose.

¿Por qué los zapatistas emprenden una travesía de estas dimensiones que los críticos más despistados del EZLN caricaturizan como mero turismo revolucionario? El propósito es el mismo desde que se alzaron: cambiar este sistema de muerte y luchar por otros mundos donde la vida digna sea posible.

Como todas las iniciativas zapatistas, fueron pensadas y discutidas desde hace mucho tiempo y anunciadas y presentadas públicamente después de mucho trabajo organizativo y disciplina.

El año pasado, en plena pandemia y confinamiento, empezó a circular una texto que, luego de discutirse, se adhirieron miles de personas y cientos de organizaciones de todo el mundo. El pronunciamiento se llama Una declaración… por la vida y en el se expone que un conjunto de diversidades desde ideológicas hasta de identidad sexual, discutieron que desde sus diferencias tenían algunas cosas en común: “Sólo nos unen muy pocas cosas: El que hacemos nuestros los dolores de la tierra: la violencia contra las mujeres; la persecución y desprecio a los diferentes en su identidad afectiva, emocional, sexual; el aniquilamiento de la niñez; el genocidio contra los originarios; el racismo; el militarismo; la explotación; el despojo; la destrucción de la naturaleza. El entendimiento de que es un sistema el responsable de estos dolores.  El verdugo es un sistema explotador, patriarcal, piramidal, racista, ladrón y criminal: el capitalismo. El conocimiento de que no es posible reformar este sistema, educarlo, atenuarlo, limarlo, domesticarlo, humanizarlo”.

Ante esta coincidencia, asumieron “el compromiso de luchar, en todas partes y a todas horas –cada quien en su terreno-, contra este sistema hasta destruirlo por completo”.  Y de ese compromiso surgieron tres acuerdos: 1) “Realizar encuentros, diálogos, intercambios de ideas, experiencias, análisis y valoraciones entre quienes nos encontramos empeñados, desde distintas concepciones y en diferentes terrenos, en la lucha por la vida”; 2) Que estos encuentros y actividades se realicen en los cinco continentes, empezando por Europa; y 3) “Invitar a quienes comparten las mismas preocupaciones y luchas parecidas, a todas las personas honestas y a todos los abajos que se rebelan y resisten en los muchos rincones del mundo, a que se sumen, aporten, apoyen y participen en estos encuentros y actividades; y a que firmen y hagan suya esta declaración POR LA VIDA” (la declaración se puede consultar aquí: https://bit.ly/3qsRyew).

Aunque pasó desapercibida para la mayoría de los medios informativos entretenidos en cubrir las precampañas electorales, este pronunciamiento no es un acuerdo político menor. Por ejemplo, fue firmado por más de 160 organizaciones sociales de todo tipo de Grecia, en Alemania lo firmaron 89 colectivos y 107 en Francia, y así sucesivamente de cada país que se suma a esta Declaración por la vida.

En estos colectivos hay organizaciones de maestros, grupos de solidaridad con los zapatistas o con los normalistas de Ayotzinapa, pero especialmente son grupos organizados por causas sociales de sus ciudades o localidades de origen, como organizaciones que se oponen a megaproyectos, como aeropuertos o presas, o uniones sindicales, seminario de discusión, grupos de la diversidad sexual, contra el racismo, etcétera.

Estos miles de colectivos (con la suma de los 30 países) representan la Europa de abajo, la sociedad que no se siente representada en los partidos ni en la clase política corrupta que existe por doquier. Un ejemplo de con quiénes se encontrarán los zapatistas es el colectivo Ya Basta Rhein-Main, que tiene su base en Fráncfort del Meno y en Alemania. En un texto enviado al portal Camino al andar, expresan: “Muchxs somos activistas de diferentes temas. En los barrios de las ciudades nos organizamos en contra del alza de las rentas y en contra del desalojo de pobres para bien de los ricos.  Luchamos contra la devastación de la tierra, como la destrucción de los bosques o la explotación de minas de carbón, y también contra lxs que sacan provecho del daño a la naturaleza en otras partes y aquí se esconden”.

Dicen estar esperanzados de encontrarse con los zapatistas: “Y desde 1994 el EZLN, con sus decisivas y fuertes luchas en México, con su honestidad y consecuencia ‘desde abajo y a la izquierda’ y con su humanidad, nos ha traído olas de esperanza y fuerza para seguir adelante, sin rendirnos, sin resignarnos”.

Para llevar a cabo esta tarea de encuentro y escucha con los que luchan desde abajo en Europa, el Escuadrón 421 no estará solo. En los próximos días llegará el “Escuadrón aéreo” zapatista y al que se unirán integrantes del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno (CNI-CIG) y del Frente de Pueblos en Defensa del Agua y de la Tierra de Morelos, Puebla y Tlaxcala.

Para variar, en la organización de su salida a la Travesía por la vida, muchos delegados tanto del EZLN como del CNI-CIG se han topado de nuevo con el racismo estructural en México. Con absurdos trámites burocráticos, les negaron el pasaporte a muchos. Ese racismo debe cesar.

Como se puede apreciar en conjunto, detrás del hecho de renombrar Europa como “Tierra insumisa” es más que un gesto simbólico, y lo es. Se trata de una gran iniciativa política que tiene el horizonte puesto en construir una especie de internacional de la resistencia que, no sin esfuerzo y mucha organización, sea capaz de poner freno al despojo, explotación, represión y violencia patriarcal, las opresiones sobre las que se sostiene el capitalismo neoliberal. Es una iniciativa que busca detener la barbarie de este sistema depredador que nos conduce a la extinción y buscar construir otro mundo posible donde se pueda vivir dignamente. No es una tarea fácil. Pero es mejor a esperar la extinción desde la pasividad de una vida gris y llena de nocividades.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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