Economía

La OCDE mejora el estimado de PIB 2021 para México: pasa de 4.5 a 5%

31/05/2021 - 10:48 am

La OCDE revisó al alza sus perspectivas económicas para la inmensa mayoría de sus países miembros y, en menor medida, para las grandes economías emergentes gracias al avance de las campañas de vacunación contra la COVID y a los paquetes fiscales, sobre todo de los de Estados Unidos. Pero avisa de una recuperación que será muy desigual.

París/Ciudad de México, 31 de mayo (EFE/SinEmbargo).– La economía mexicana tendrá un crecimiento de 5 por ciento en 2021, una mejora de medio punto porcentual con respecto a la anterior previsión, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Había pronosticado 4.5 por ciento.

El organismo que dirige el mexicano José Ángel Gurría presentó el “OCDE Economic Outlook”. Dijo que México se encuentra “en dos velocidades”: un fuerte impulso en la demanda externa, por la exportación de manufacturas, y menos dinamismo en el consumo y la inversión. “En la primera mitad del año, se estima que el crecimiento se deba principalmente a las exportaciones. En la segunda mitad del 2021 y en (el) 2022, con una mayor participación de la población vacunada y la mejora gradual del mercado laboral, el consumo interno también se fortalecerá y se convertirá en un motor clave de crecimiento”, se puede leer en el documento.

La OCDE revisó al alza sus perspectivas económicas para la inmensa mayoría de sus países miembros y, en menor medida, para las grandes economías emergentes gracias al avance de las campañas de vacunación contra la COVID y a los paquetes fiscales, sobre todo de los de Estados Unidos. Pero avisa de una recuperación que será muy desigual.

El organismo cree que después de la caída de 3.5 por ciento que sufrió la economía mundial en 2020, este año subirá un 5.8 por ciento y un 4.4 por ciento en 2022. La corrección es significativa en Europa, que ha sufrido un largo invierno de restricciones por los repuntes epidémicos y por la lenta distribución de los primeros lotes de vacunas, que ahora ha alcanzado una velocidad de crucero y permite una reapertura de las actividades económicas.

Por eso, la organización cree ahora que el Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro progresará en 2021 un 4.3 por ciento (cuatro décimas más) y todavía un poco más en 2022: un 4.4 por ciento (seis décimas más). España, que sufrió en 2020 la mayor caída de la OCDE (10.8 por ciento), estará propulsado a la primera posición de ese grupo, con ascensos del 5.9 por ciento y del 6.3 por ciento.

La rapidez de la vacunación en el Reino Unido le ayudará a ascender nada menos que un 7.2 por ciento este año y un 5.5 por ciento en 2022, de forma que a comienzos de ese ejercicio recuperará el nivel de actividad de la precrisis pese al batacazo del 9.8 por ciento en 2020.

De nuevo el avance de la vacunación, pero también los ingentes estímulos fiscales puestos en pie sobre todo por la Administración estadounidense de Joe Biden (el paquete adoptado en marzo por el Congreso equivale al 8.5 por ciento del PIB) van a generar un crecimiento del 6.9 por ciento este año, cuatro décimas más de lo que anticipó la OCDE hace dos meses y medio. La situación cambia para 2022, ya que la progresión esperada ahora (3.6 por ciento) es cuatro décimas inferior a la anunciada en marzo.

Los autores del informe ponen el acento en que el paquete fiscal estadounidense no solo beneficiará a ese país (con 3 a 4 puntos porcentuales de PIB en los doce primeros meses tras su aprobación), sino que globalmente aportará en torno a un 1 por ciento a la actividad mundial, con entre 0.5 y un 1 por ciento para México y Canadá, y entre un 0,25 y un 0.5 por ciento para la eurozona, Japón y China.

Para la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, el despliegue sin precedentes de ayudas en los países ricos y en algunas economías emergentes para mantener a flote durante la pandemia a los trabajadores y las empresas se ha demostrado efectivo porque está permitiendo una rápida recuperación. Boone hace hincapié en que no debe retirarse demasiado rápido, como ocurrió tras la crisis financiera hace una década, sino mantenerse “mientras las economías no hayan vuelto o se acerquen al pleno empleo”.

Eso no impide que, para dar confianza, se den signos de que a medio plazo se pondrá en pie un marco fiscal “efectivo y sostenible” que garantice una fiscalidad justa y progresiva que permita además obtener fondos públicos para la transición digital y ecológica.

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