Los restos del cementerio de Jebel Sahaba fueron hallados en 1964 y su estudio inicial hizo pensar a la comunidad científica que se trataba del cementerio de una de las primeras guerras de la prehistoria, sin embargo, el reciente estudio concluye que los entierros no fueron hechos al mismo tiempo.
París, 27 may (EFE).- Una batalla ocurrida hace 13 mil años en el actual Sudán y que desde 1960 se calificaba como una de las primeras guerras de la historia fue en verdad una "sucesión de altercados", según un estudio arqueológico publicado este jueves en la revista Scientific Reports.
El análisis, que ha reexaminado los esqueletos de 61 individuos hallados en el cementerio de Jebel Sahaba, ha sido llevado a cabo por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia en colaboración con la universidad Jean Jaurés de Toulouse.
Los restos de ese yacimiento arqueológico en el valle del Nilo fueron hallados en 1964 y su estudio inicial hizo pensar a la comunidad científica que se trataba del cementerio de una de las primeras guerras de la prehistoria.
El CNRS sugiere ahora que se produjeron varios episodios de violencia en lugar de uno solo y basa su hipótesis en que varios de los esqueletos hallados en la zona presentan a la vez heridas cicatrizadas y otras sin cicatrizar.
Very happy to see this great collaborative work out! Jebel Sahaba deserved a reassessment: https://t.co/SG6xKOheZQ#Prehistory #Archaeology #Africa #Anthropology #violence@INEE_CNRS @PACEA_Bordeaux @umr5608_traces @britishmuseum
What is new? 🧵 1/17— Isabelle Crevecoeur (@ICrevecoeur) May 27, 2021
Según los autores del estudio, de ahí se deduce que las incisiones ya cicatrizadas habrían sido producidas en combates anteriores y que las que están sin cicatrizar pertenecerían a reyertas posteriores, lo que dibuja ese escenario de una "sucesión de altercados".
Este proyecto del CNRS empezó en 2013 y ha analizado más de mil huesos, cien piezas líticas (herramientas hechas de piedra) y el entorno funerario: el yacimiento de Jebel Sahaba, que ahora se encuentra cubierto de agua por el lago Nasser.
Utilizando técnicas microscópicas, los investigadores detectaron más de cien heridas nuevas en los huesos en cuestión, prestados por el British Museum, quien los conserva desde su hallazgo.
Además de haber encontrado en 16 de los 61 cuerpos heridas que pueden atribuirse a diferentes momentos de la vida, el estudio concluye que los entierros de los cadáveres no fueron hechos todos al mismo tiempo, lo que también rechaza la idea de una fosa común de muertos de guerra.
El análisis de las herramientas líticas añade que en esa "sucesión de conflictos" a la que apuntan los investigadores se usaron "lanzas y flechas" afiladas con el objetivo de matar.
En concreto, el estudio sugiere que estos episodios violentos corresponden a diversos ataques contra las poblaciones cazadoras-recolectoras de la época: el final de la última glaciación y el inicio del período húmedo de África.
Estos cambios en el clima forzaron la migración de algunas comunidades prehistóricas hacia zonas más confortables y las consiguientes luchas por el dominio de esta región sudanesa que los investigadores suponen "un refugio contra las fluctuaciones climáticas".
Para ellos, el solapamiento de cementerios de culturas diferentes en la misma zona es la prueba de que el Valle del Nilo constituía una fuente de recursos que debió de suscitar conflictos y altercados entre las poblaciones de hace 13 mil años.
"Este análisis, que modifica la historia de la violencia en la prehistoria, invita a reconsiderar otros sitios arqueológicos de la misma época", sentencia el estudio.